Capítulo veintiséis

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¿Estaba arrepentido?

Claro que si y mucho la verdad, no quiso ser así, no era su intención, solo que su lobo tomó el control de su cuerpo y lo hizo hacer aquello. Jimin no quería ser así con su padre omega, pero no sabía como disculparse, sabía de antemano que el poder de su padre era tan fuerte que no podía andar por ahí contando lo que el destino le enseña.

Extrañaba bastante a su hermano, Tae era el que le daba las fuerzas para ir donde su progenitor y poder disculparse. Taehyung era como la luz brillante de la familia, era el que siempre la mantenía unida y hacía hasta lo imposible de resolver los problemas que se creaban, era el más amado, algunas veces le tenía envidia.

Su hermano menor había nacido con poderes del destino mientras que el era normal y corriente, el que siempre daba problemas por su actitud rebelde hacia los mayores y en especial a los alfas, menos con su padre alfa. Pero desde que se fue su hermano a buscar nuevos horizontes y volverse un poderoso chamán igual que su progenitor, Jimin quedó solo, solo entre tantas personas que lo miraban con desprecio por ser la oveja negra de la familia principal de la manada y no tuvo más remedio que aceptar la propuesta del casamiento.

Lo de casarse con Jeon no estaba en sus planes, era todavía muy joven, ¿con solo 17 años tener un alfa? Eso era un poco perturbador.

Pero lo conoció, conoció a Jungkook en su primera visita a la manada Jeon y se dio cuenta que aquel alfa no era como los demás que a lo largo de su corta vida fue viendo, este alfa era diferente, respetuoso, joven, un poco bruto para algunas cosas, pero protector y muy bueno con los demás, no había alfa perfecto como ese-ademas de su buen cuerpo claro-

Jimin cayó enamorado y su omega interior igual,  el era su destinado, lo sabía, lo presentía, su omega lo olía, los dos fueron creados por su dios el sol para estar juntos para siempre, estaba escrito en las hojas del destino y nada las rompería o eso creía muy ciegamente.

Hasta el día de su emparejamiento, hasta aquel día cuando se llevaron lo único que le hacía sentir importante y amado, lo único que le hacía sentir normal y no un bicho raro por no tener poderes ni ser bueno siendo un omega de verdad. Aquel día llegó devastado en tristeza a su manada y peleó con su padre omega sin razón, pero con el corazón roto.

Se había encerrado en su antigua habitación en el piso alto de la mansión, donde todo era más tranquilo y nadie lo molestaba, el segundo piso nadie lo visitaba porque estaba vacío igual que el pobre omega que lloraba en su recámara mientras se preguntaba un millón de veces el por que de su mala suerte.

Miró a su alrededor recordando tantas cosas, tantos momentos buenos en su niñez, cuando solo era un cachorro sin conocimiento del peligro fuera del aroma materno de su padre omega y los brazos protectores de su padre alfa, sin saber que dentro de unos años la luz colorida que veía entrar por la ventana junto con su hermano cada mañana, se volvería gris y monótona con la partida de este de su vida.

Sus ojos dorados como el oro, pero irritados y rojos por el llanto se posaron en la cama vacía a un lado suyo, cama donde antes su hermano dormitaba, cama donde se sentaban y farfullaban de temas sin sentidos, cama donde dormían juntos cuando una tormenta se ceñía en la manada; tantas memorias hermosas y agradables abarcaban su mente, pero la tristeza de tenerlo lejos lo destruía tanto que la calma que se había avecinado por los recuerdos se derrumbaba y se volvía de nuevo tristeza, añoranza y arrepentimiento.

Unos golpes pequeños en la puerta de madera le llamaron la atención, son muy pocas las personas que llamaban y menos a esa hora de la noche, las 10 para ser exactos, pero un aroma a pinos y bosque le relajó, su padre alfa estaba fuera de la puerta esperando una respuesta suya.

✞𝑊𝑖𝑡𝑐ℎ 𝐶𝑟𝑦𝑠𝑡𝑎𝑙✞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora