Capítulo veintisiete

155 28 3
                                    


-H-hola, Alfa-saludó Jimin ante la presencia de jeon.

-¿Estás bien?-preguntó, parecía nervioso.

-¡Claro! Estoy bien- trató de responder Jimin con alegría, como si nunca hubiera visto aquello-¿Por qué pregunta?

-Pues por nada en particular- el alfa estaba mucho más nervioso, parecía querer preguntar algo pero las palabras no le salían.

El ambiente se volvía con el pasar de los segundos en silencio cada vez más tenso e incómodo para los dos, no sabían cómo hablarse, no sabían como decirse y preguntarse tantas cosas, no sabían por dónde empezar, era como si la confianza que tenían antes se hubiera desvanecido en las semanas que el alfa se la pasó encerrado en el castillo del primer vampiro, parecían dos desconocido. Las dos almas allí estaban nerviosas, una por que el omega haya escuchado de más y la otra por el miedo de haber tenido a lo más peligroso frente sus ojos.

Jimin como pudo tomó aire ante la intimidante mirada del alfa y caminó con sigilo y discreción hasta estar a una distancia prudente de este.

-Yo, pues, yo creo que me tengo que ir debo de ver cómo están mis padres- la incomodes lo hizo decir aquello mientras señalaba los pasillos que llevaban a las habitaciones.

-¡Oye!-gritó el alfa antes que el menor saliera corriendo de allí.

El omega paró de repente y sintió como lo agarraban de su muñeca y lo jalaban hasta atrás, su cara choco contra un pecho fuerte y firme, un embriagante aroma lo rodeó por completo junto con los grandes brazos de Jeon en su cintura.

Percibió como el alfa de manada le trató de decir algo, como este buscaba esconder su rostro en su cabello, como sus músculos estaban tensos, pero no decía nada, nada salía de su boca como Jimin quería, pero antes que analizara más a fondo la actitud de Jungkook unas extrañas cosas líquidas, pegajosas y negras que volaban detrás de este y Jimin no había notado antes, lo empujaron sacándolo del abrazo.

Jimin cayó de trasero contra el suelo y abrió los ojos para reclamarle al alfa pero las cosas lo estaban rodando, como si lo quisiesen comer, como si lo quisiesen lejos de Jungkook.

-¡¿Pero que mierdas son estas cosas?!-maldijo el omega mientras se arrastraba hacia atrás y movía bruscamente los brazos tratando inútilmente de alejar a los demonios sin forma.

-¡Yo no lo sé!- gritó el alfa y tras eso se acercó y cargó al omega en sus brazos apartándolo así.

Jimin se aferró al cuello del alfa y se hacía bolita, las cosas no tenían una forma en particular, parecía agua negra viscosa que se removían, se agitaban y hasta volaban, pero solo a una distancia corta del suelo. El líquido comenzó a rodear a Jeon pero no lo querían a él sino al omega que residía en sus brazos, estaban enfadados y mucho, de adentro soltaban púas como las de un erizo de mar y se estremecían y después se sacudían pero nunca se acercaban de más al alfa, no podían hacerlo.

-¡Aplástalos, mátalos!- gritaba el omega con miedo y alborotado en los brazos de Jeon.

JungKook levantó uno de sus pies y con sus zapatos de piel de animal y suela dura trato de machacar a uno de los líquidos en el suelo, pero en vano, este quedaba pegado y después volvía a la vida, no tenían husos, no tenían órganos, parecían poseídos por la magia. El alfa lo intentó algunas veces más pero igual, nada.

-¡¿Cómo lo hago?! Son inmortales- aplastó a otra cosa y está automáticamente se regeneró.

-¡No lo sé! El adivino es mi padre no yo

-¿Por qué hay tanto gritos aquí?- una voz interrumpió su "amena" conversación la cual el tema principal eran las pequeñas criaturas que ahora se deslizaban por los orificios de las paredes y el suelo en sí, sin ser notadas por nadie.

✞𝑊𝑖𝑡𝑐ℎ 𝐶𝑟𝑦𝑠𝑡𝑎𝑙✞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora