✞𝑊𝑖𝑡𝑐ℎ 𝐶𝑟𝑦𝑠𝑡𝑎𝑙✞

Capítulo cuarenta y ocho

Los sirvientes se movían de un lado a otro, los mayordomos daban órdenes a más no poder y los murciélagos seguían siempre en su lugar observando, agitando sus alas o solo durmiendo.

JungKook observó a la vampira a su lado con curiosidad por tanto alboroto en el castillo principal. Una semana atrás todo era normal, no se veían muchos sirvientes correteando ni a los propios mayordomos todos juntos explicando o solo dando mandatos, nada de lo que veía había pasado en esa semana. Fue pacífica por una parte, por la otra aquel sentimiento por el vampiro crecía, no sabía cómo ni por qué sólo allí estaba aumentando a más no poder, solo con verlo aquellos días y tener conversaciones cortas o solo mirarse desde lejos, con aquellos contactos entre ellos su pecho se le calentaba y su lobo ronroneaba.

Desde aquel día cuando el sol y la luna se habían abrazado en el cielo, desde aquel maldito día no dejaba de pensar en él, no como un enemigo, no como su mayor rival, ni como su contrario; era más como su igual, más que desconocidos, más que amigos, más que nada, un lazo fuerte que los juntaba que lo hacía hasta perder la cordura al pensar tantas cosas que le abrumaban, que le hacían hasta preguntarse tantas cosas como avergonzarse de otras más.

Cuando lo había visto, cuando tuvo de frente a la gran bestia que con sus ojos le miraban como a un tesoro prohibido, que le transmitían confianza y amor con aquellos rubíes, como su aroma lo marcaban como suyo; en aquel momento bajo el manto del cielo azul y oscuro, en esos instantes se sintió como una pequeña flor delicada de pétalos de seda, siendo protegida y cuidada por las grandes manos del monstruo, se sentía como aquellos omegas que abrazaban a sus alfas en su manada, se sentía bien no ser el que abrazaba y transmitía aquella protección, se sentía seguro y perfecto con la piel de la bestia oscura llena de un material terrorífico sobre la suya cobijándolo de la maldad que ella misma desprendía.

Linnet con sus ojos vio como las mejillas del lobo adquirían un rosado muy adorable y mientras miraba para otro lado y se mordía los labios ante aquellos pensamientos que se reproducían en su mentes y que eran inéditos para ella.

-¿Sabes que nos estamos preparando para la aparición del portal de crepúsculo?- preguntó la chica sonriendo con picardía ante la la mirada confusa que le dio el lobo- Tu boda Kook- aclaró.

El lobo casi se atraganta con su propia saliva.

¡Se le había olvidado por completo!

Tantas cosas habían pasado que no recordaba ese detalle tan importante.

-Yo no quiero casarme con el vampiro-dijo negativo cruzando sus brazos y desviando la vista hasta alguno de los adornos que traían los sirvientes mientras gruñía.

Pero internamente su lobo movía su cola feliz a la noticia.

-Ya no es tu elección Kook, estás enlazado con el Señor Min, no puedes renovar las letras hechas por el destino- Linnet se encogía de hombros despreocupada y escuchando el gruñir del lobo ante sus palabras.

Jungkook no quería aceptarlo, no quería ver la realidad, se seguía escondiendo en aquel caparazón que su familia había creado con su crianza, con aquellas tradiciones de matar vampiros, de mantener el orgullo de alfa.

Pero las decisiones fueron tomadas en el pasado y en ese presente ya los preparativos estaban casi listos para recibir a los invitados.

El lobo bufo ante la mención del lazo que cargaba y lo unía con Yoongi. Era muy cierto lo que decía la vampira pero todavía no lo podía aceptar del todo.

Si su yo del pasado lo viera en ese momento lo haría sopa, por haber defraudado a todos sus ancestros y tirado su orgullo de alfa dominante por el caño.