✞𝑊𝑖𝑡𝑐ℎ 𝐶𝑟𝑦𝑠𝑡𝑎𝑙✞

Capítulo trece

Los chamanes en cada manada tienen un propósito una misión dictada por su dios: ver el destino que depara a cada uno de las personas que le rodean, ser sus mensajeros en la tierra, curar con sus poderes y ayudar a todo quien necesite. Pero muy pocos son los hombres lobos que nacían con estos poderes. Muchos ya venían de familias con antecedentes de ellos y otros solo lo tenían, nacían así. Estos podían ser cualquiera de las castas: alfa, omega y beta, no importaba con que olor naciera ni cómo saliera, su magia siempre estaría allí.

El poder de un chamán es muy poco, ellos solo pueden ver una parte del destino, una muy pequeña y con imágenes muy distorsionadas pero mientras más entrene más poder podrá controlar y más será el destino que se muestre ante ellos pero nunca será suficiente, nunca será la historia entera.

Pero aveces el egoísmo ciega a muchos y hacen cosas que no deben, matan sin querer, para tener más poderes de su dios el sol, para poder ver mucho más, para poder ver todo lo que el destino tiene planeado, para ver el hilo rojo que conectaba a los destinados, saber el futuro completamente.

Cuando eso te puede condenar de por vida.

Pero a su padre no le importo, tenía en su corazón la maldad de sacrificar a su propio hijo, todavía en el vientre de su omega, para poder él tener el mayor de los poderes del destino, quería verlo todo y a todos. Pero el dios del sol solo lo maldijo, nunca le dio el poder, sino su hijo nació con el, pero el castigo para el cachorro fue mucho peor, le quitó la vista para darle mejor visión y le quitó la capacidad de transformarse, el podía tener a su lobo dentro pero este también era ciego y no se podía defender, lo mejor era mantenerlo allí, dentro de su conciencia hablándole y advirtiéndole. Kim Seokjin y su omega podían verlo todo y al mismo tiempo nada, un castigo que le dieron por culpa de su propio padre, algo injusto pero para el dios muy justo.

Nunca se sabía con los planes que tenían los dioses con sus criaturas en la tierra.

Con el tiempo Jin se fue acostumbrando a su ceguera, aunque fue despreciado y abandonado, luchó y se volvió el chamán más poderoso de la tierra y el chamán principal del manada Kim. Se emparejó con su alfa, Kim Namjoon y tuvo sus dos hermosos hijos omegas y sus más grandes amores: Kim Jimin y Kim Taehyung, ninguno de los dos con ceguera ni con índice de poder tenerla más adelante, el maldito era el y eso lo agradecía, no quería que sus cachorros tuvieran su mismo destino. El sabía todo lo que le deparaba el futuro a sus hijos pero nunca decía nada, estaba prohibido, el solo tenía el derecho de ver, no de relatar. Eso lo frustraba.

Pero ahora, el destino era incierto y extraño hasta para él. Sueños se acumulaban en las noches y visiones aprecian durante el día, nada se entendía. Sabía que algo se debía de hacer, ¿pero qué? Nada le daba una pista, hasta ese fatídico día que atacaron los vampiros a la manada Jeon, hasta aquel día que todos de aquella manada llegaron muy aturdidos y más su propio hijo que acababa de perder a su alfa.

El chamán miraba sin dirección, pero sus dientes y puños estaban apretados de rabia, no podía creer que su conexión con el destino se estaba desvaneciendo, algo estaba pasando para que eso ocurriera. Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por el llamado de su cachorro entre los pasillos fuera de su habitación. Su omega dentro suyo aullaba pidiéndole que tranquilizara a su hijo.

-¡Papá!- gritaba Jimin con lágrimas en sus dorados y tristes ojos.

-Cachorro- dijo calmado Jin saliendo de una de las tantas habitaciones que conformaba la casa, sintió el aroma de su hijo triste y pesado, eso puso sus instintos de omega mucho más preocupados y soltó su  olor a flores silvestres para apaciguar la desesperación de su retoño.

Jimin venía lleno de tierra y sus ropas antes blancas ahora estaban negras, su pelo rubio revuelto y su aura bastante deprimida, Jin lo sentía, el no podría ver pero lo podía percibir, su vista recaía en la pared de al lado pero su cachorro sabía que su padre lo miraba con su olfato, oído y poderes.