✞𝑊𝑖𝑡𝑐ℎ 𝐶𝑟𝑦𝑠𝑡𝑎𝑙✞

Capítulo quince

Sentía su cuerpo pesado, como su respiración era bastante lenta hasta casi ni poder notarse, los latidos de su corazón eran pausados como si en algún momento se pararían. En su cuello sentía como un líquido salía pero se amortiguaba por algo, se acumulaba allí, pero cada que pasaban los segundos, los minutos, las horas, el no sabía, aquel líquido se volvía pegadizo. A lo lejos escuchaba unos murmullos, no entendía que decían.

Un gigantesco ardor le recorrió por todo el cuerpo haciéndolo abrir sus ojos. Al principio todo estaba oscuro, los cerró de nuevo para acostumbrarse a la poca luz y después los abrió pero con mucha más esfuerzo que antes. Miró, estaba boca abajo en un suelo lleno de musgo, unas pocas antorchas en las paredes, el conocía el lugar, estaba todavía en el almacén.

Trato de moverse, aunque sea su mano, pero nada, su cuerpo no respondía, estaba dormido. Después de intentarlo unas cuantas veces, todas sin éxito alguno, se concentró en los murmullos, sus sentidos de hombre lobo se agudizaron lo máximo posible, necesitaba saber qué pasó, ¿que hacía en el suelo? ¿Por qué le dolía el cuerpo?

-¡¿Pero como se te ocurre?!- un susurro muy alto pudo percibir, la voz era gruesa, pero la persona no la podía ver, parecía que estaban detrás del bulto de cajas delante suyo, ya que unas sombras se movían en la pared después de las cajas.

-Solo me deje llevar- otra voz resonó, esa si la conocía.

¿Pero de dónde?

-¿Ahora que vamos hacer? Dime. ¿Como vamos a devolverle su pareja así?- ¿pareja?, ¿que pareja? No entendía nada.

Agudizó más su oído, quería saber.

-¿Pareja? ¿De quien?- no es el único con las dudas, eso le relajaba.

-¡Ahg! Del primer vampiro tonto- oh del primer vampiro.

¡Espera! Min Yoongi tenía pareja, pensó el hombre lobo en el suelo y trató de moverse de nuevo pero nada. En su pecho un extraño sentimiento de enfado lo albergó de repente, esto era extraño.

-¿Del primer vampiro? ¿pero como lo sabes?- la segunda voz se oía nerviosa, como asustada.

-¿Acaso no viste la marca ni el anillo en su dedo?- la frustración era palpable en el otro.

Hasta marca y todo tenía la pareja del primer vampiro, una nueva curiosidad desbloqueada, los vampiros marcan a sus parejas, pero la pregunta: ¿Cómo?

La furia en su pecho aumentó mucho más, se sentía traicionado, ¿pero de quién?

-El anillo si, ese anillo es muy importante es la llave, pero la marca... ¿Que marca?- la voz interrumpió sus pensamientos.

-Los vampiros más poderosos solo pueden tener una pareja de por vida, algo que tú no sabes- escuchó como murmuro otras cosas pero en un tono tan bajo que ni oído tan desarrollado lo pudo percibir-Solo aquella criatura que puede resistir su veneno y no muchas lo hacen, para no decirte ninguna- explicaba con fastidio-Y ese que tú ves allí tirado- sintió como el movimiento de un brazo, parecía que señalaba a alguna parte, pero no veía, las malditas cajas le obstruían -En su sangre se puede oler el veneno marcando su territorio y no cualquiera si no el del primer vampiro, está marcado y es su pareja- término de decir con un resoplido.

-Oh no -contestó el otro

-Oh si, nos has metido en un tremendo lío y con el puto amo de las tinieblas- regañó, si que estaba enfadado- Lo bueno es que pude hacer que la sangre no saliera más y su conexión con su lobo se desvaneciera por unas horas, pero en cuanto aparezca no dudará en llamar a su vampiro para que nos haga puré-añadió mucho más furioso.