Parte I: Capitulo 1

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Darren

Siento el sabor de mi propia sangre en mi boca, y el ardor de mi piel tras cada azote del cuero del cinturón. Ha pasado tanto desde que esto inicio que se volvió una jodida rutina que me tiene aguantando los golpes que me causa mi padre sin quejarme, si me quejo solo sera peor.

Dentro de una semana iniciaré en la universidad y parece que es el motivo por el que está descargandose, o porque me aceptaron en Los Ángeles, a donde no podre asistir aún cuando tengo la edad suficiente para elegir a dónde quiero ir, debido a que mi padre tiene la última decisión en cuanto a mi vida. No lo acepto por sumisión sino por interés, él pagará toda mi carrera y es lo que me interesa para salir de esta puta vida en la que me sumergió mi madre cuando decidió abandonarnos, fue cobarde hasta para decidirse a llevarme con ella.

Mi padre fue claro, debo seguir estudiando en Houton, sin dejarlo, con lo que yo no contaba es que me aceptaran en LA tras esa solicitud que Devon me convenció de enviar y que por lo visto Ralph Holt se enterara de ello ganandome este «castigo» por desobedecerlo.

El cinturón cae al piso violentamente, escucho su respiración agitada, no me muevo, solo intento no concentrarme en el dolor que con los años y la edad de ambos en cierta manera se ha hecho menos, pero no lo suficiente para que no pase algunas semanas aguantando los malestares en el cuerpo.

—Espero que te haya quedado claro que mis decisiones son las que deben cumplirse, Darren —dice aún con la voz agitada, no respondo, sigo de pie esperando que termine—. Estudiaras en dónde y lo que he planificado para ti.

Asiento sin mirarlo, siento asco, rabia y rencor. A veces me pregunto que me detiene para defenderme, creo que es el hecho de que sigue siendo mi padre y que verlo es imaginarme en unos años, el mismo cabello negro cayendo sobre la frente, los ojos azules, la mandibula definida, o simplemente que no quiero ser como él, quizás esa es la verdadera explicación.

Sale de su oficina dejándome como siempre, solo con la piel ardiendo, a veces usa la fusta con la que doma a los caballos en el rancho, otras como hoy, el cinturón.

Tomo aire y camino a paso lento hacia mi habitación, apenas entro al baño me quito la camiseta. Las marcas están por todos lados, demasiado visibles, siendo el constante recordatorio de lo que ha sido mi vida en estos años.

Me termino de desvestir sin detallar más las que me hizo hace unos minutos, el agua fría impacta sobre mi piel adolorida haciéndome gruñir. Lo detesto, los detesto a ambos. Cómo puedo para no lastimarme más me limpio con el jabón. En una hora hay una fiesta en casa de Devon y necesito embriagarme para olvidar por unas horas mi patética existencia, con suerte muera de un coma etílico y termine con todo, no es que quiera suicidarme, solo es una posibilidad por la manera en la que utilizo el alcohol en esas fiestas para borrar un poco mi realidad.

Con movimientos automáticos me visto, tomo algo de la cocina para comer bajo la mirada llena de lastima de las empleadas, la cual ignoro, no me interesa la lastima de nadie. Me subo al auto y conduzco a la casa de mi único amigo.

Devon Morris, lo conozco desde que ingresamos al instituto, nuestros padres se dedican al negocio de la ganadería, el que no pensamos ninguno de los dos seguir, en su caso sus padres lo dejaron decidir y aceptaron lo que el deseo estudiar, no como en el mío que es impuesto con la patetica idea que si siga el negocio. No somos millonarios ni mucho menos, si contamos con una buena posición económica que nos permite darnos lujos, como el auto que conduzco, la ropa y zapatos que visto, sin embargo, no para irnos de vacaciones a Europa por meses, tampoco es que necesite mucho para vivir, aunque quizás es lo que parezca por seguir en esta situación, pero no es tan fácil, no cuando tu padre tiene contactos que pueden joderte la vida así me vaya al otro lado del mundo.

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora