Alice
Lleno de aire mis pulmones buscando la valentía que necesito, la que hace menos de treinta minutos sentí que tenía. Dejar a mi mamá en esta situación me preocupa, quise aplazar mi ingreso a la universidad al menos un año y solo obtuve un enorme y firme «no» por parte de mi padre, demás de ganarme de mi hermana Charlotte una mirada asesina. Para ellos la educación lo es todo, siempre ha sido lo principal, obtener las mejores notas y estudiar una carrera referente a los negocios, que es lo que estudia mí hermana mayor mientras que yo entraré por economía.
—Estare bien, corazón. Debes ir a seguir con tus sueños —dice mi mamá en un intento de que no baje la maleta de la camioneta. Es difícil verla en esa silla de ruedas, el alejarme de ella sabiendo que además de mi, solo la enfermera le presta la debida atención, porque mi hermana está muy enfocada en su carrera y como ser una mujer exitosa, y mi padre en su trabajo, los dos demasiado ocupados para mi madre y para mí, las dos descarriadas de la familia, porque no somos todas pulcritud y con modales como ellos, los perfectos Iván y Charlotte Thompson.
—¿Me prometes que me dirás cuando te sientas mal? Puedo venir siempre que lo necesites.
Beso sus manos aún arrodillada frente a ella, solo estamos las dos, mi padre dispuso a un hombre cuyo nombre no me quiso decir para que me llevara al aeropuerto, porque ni él ni mi hermana tienen tiempo para despedirme.
—Siempre, mi niña, ahora debes irte o perderás el vuelo y no quieres hacer enojar a tu padre —dice con dulzura, asiento sin tener más opciones, casi le rogué a mi padre estudiar aquí en Austin, no quiso, me envió a Houston sin derecho a reclamos, no entiende que mi mamá no está bien y dejarla sola me duele en el alma.
—Te amo, tendre siempre mi teléfono a la mano.
Beso su frente, por la mascarilla de oxígeno no puedo hacerlo en sus mejillas, me abraza con la poca fuerza que tiene y me pongo de pie corriendo al interior de la camioneta, se que si tardo un segundo más, dejaré a un lado mis estudios y me quedaré con ella, ganandome el inicio de una guerra con mi padre.
El chófer se sube a la camioneta, bajo el vidrio despidiéndome de mi madre con la mano, lo poco que me permite el chofer antes de ponerla en marcha dándole inicio a una nueva etapa en mi vida.
«Estará bien, Carina está con ella y los doctores», me repito una y otra vez hasta que llegamos al aeropuerto.
Tomo mi maleta, hago el chequeo, todos estos procedimientos no me distraen ni un poco, debí quedarme con ella, mi mamá me necesita.
Mi padre no quiso enviarme de otra manera que no fuese en avión, «un Thompson no puede esperar menos», lo apoyo mi hermana, para mi es tan innecesario, es muy poca la diferencia en cuanto al tiempo que toma ir de una ciudad a otra.
Escucho la llamada del vuelo a Houston, aprieto mi teléfono en la mano decidiendo qué hacer, lo desbloqueo y le envío un mensaje a Carina, la enfermera de mamá desde hace dos años, luego de caerse del tercer piso de la casa en su intento de ayudar a un pajarito quese encontraba en un árbol y tenía una de sus alas rotas, fue internada en el hospital más cercano, donde contrajo una infección que le afecto los pulmones, evitandole respirar por su cuenta. Debe vivir conectada a una bombona de oxigeno, el cual solo se puede retirar para comer, su calidad de vida desmejoro al punto que no puede hacer nada sola porque se cansa demasiado debido al bajo nivel de oxígeno.
Carina: Fernanda está bien, Alice. Yo la cuido, tranquila.
Dejo escapar un suspiro, confío en Carina, la cuida con tanta dedicación como yo lo hago. Escucho como llaman de nuevo por mi vuelo y me lleno de valor para avanzar hacia el área de abordaje.
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Obsesión
RomansaNunca imaginé que un amor tan bonito se convertiría en una obsesión. A veces solo me pregunto ¿Que no vi?, ¿Como no lo noté? Su amor solo nos causo dolor. ----------------------------------------‐------------------------------------------ Esta hist...