Capitulo 22

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Alice

Abro los ojos encontrándome a Darren de frente, sosteniendo un ramo de rosas de color rosa y con sus ojitos océano fijos en mi. Por un momento pienso en cubrirme con las sabanas, no debo verme muy bonita apenas despertando, pero disipa mis dudas dejando un beso mi frente haciendome sonreir somnolienta. No se qué hora es, los rayos del sol ya entran por las cortinas iluminando la habitacion, con el clima en Texas no se puede saber con exactitud el horario, el sol es inclemente a cualquier hora del dia, solo estoy segura que muy temprano no es. Anoche después de hacerlo en una posición totalmente nueva para mí, me quedé dormida entre sus brazos y eso es todo lo que recuerdo.

—Tomate esto —Me pide entregándome una píldora y un vaso de agua, me incoporo frunciendo el ceño.

—¿Que es esto?

—La pildora de emergencia.

—¿Fuiste sin mi a la farmacia o ya la tenías? —Le pregunto sintiendo temor que haya traido a alguna otra chica aquí y también hubiese olvidado ponerse el preservativo.

—No he traido a nadie aquí, ni tampoco lo haré, eres la primera y única, ángel. Ahora tomatela, aún estás en las veinticuatro horas.

Me relajo y me la tomo confiando en su palabra, Darren me ha demostrado que no miente. Agradezco que haya recordado ir por la pildora, no quiero riesgos, no podemos, mi padre seguro me ahorcaria y no se los suyos, lo mejor es prevenir, tenemos muchas metas que cumplir antes de pensar en un embarazo. Me muestra de nuevo el ramo de rosas que no dudo en tomar y llevar a mi nariz para olerlas, he notado que cada tipo tiene su propia fragancia, ya no se cual es mi favorita de todas las que me ha regalado.

Me acuesto de nuevo en la cama escondiéndome bajo las sabanas con cuidado de no dañar las rosas, aún me siento agotada por todo lo que hicimos ayer. Dos orgasmos y toda mi energía se fue, voy a necesitar un poco mas de resistencia para al menos no quedarme dormida con tanta rapidez.

—Ven a mi lado, no me quiero levantar aún —Le pido, asomando mi cabeza por las sabanas blancas al no sentirlo en la cama.

Sigo desnuda, eso debería darme vergüenza, pero estoy agotada y las sabanas me cubren lo suficiente. Darren asiente y cierro los ojos esperandolo para recostar mi cabeza de su pecho, lo que no llega porque lo siento desde atrás, con su pecho caliente chocando con mi espalda y sus piernas enrollarse con las mías.

—Tuve que hacer un esfuerzo para levantarme e ir a la farmacia, es el camino más largo que he recorrido, recordando que te deje en mi cama desnuda.

—Aww, que tierno.

Me rio.

Me acerca más a su cuerpo, dejando que recueste mi cabeza de su brazo, mientras que su mano va directo a mis senos masajeándolos a su antojo. Antes me avergonzaba la escasa cantidad de pechos que obtuve durante el desarrollo, eso me hacia sentir muy insegura y evito que me sintiera comoda durante mi primera vez. No fue su culpa, sino mia por mi complejo. Con Darren es diferente, parece que le gusta todo de mi y de mi cuerpo, asi no sea lo mas llamativo.

—¿Que tal un mañanero o tampoco te apetece? —susurra en mi oído, me muerto el labio para no gemir, siento su erección en mi culo y la humedad comienza a formarse entre mis piernas—. ¿Ángel?

No respondo, suelta mis piernas y las abro descaradamente invitándolo a tocarme.

—Quiero que me digas que te apetece —Me pide con cierta burla sin dejar de tirar con sus dedos de mi pezón, gruño por tener que someterme a esta vergüenza.

—Mañanero.

—Asi me gusta.

Dejo el ramo de rosas a una distancia lejana a nosotros en la cama. Su mano baja hacia donde lo necesito y... Gimo al sentir sus dedos jugando con mi humedad, me muevo buscando más, gruñe en mi oído haciendo presión en mi culo con el bulto que se encuentra escondido entre su boxer.

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora