Capitulo 7

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Darren

He asistido a una insana cantidad de fiestas en lo que llevo de vida, desde que los padres de Devon lo dejaron hacer la primera, perdí la cuenta de cuántas han sido desde ese momento, así como las veces que me he embriagado hasta el culo perdiendo la conciencia. Conocer a alguien que no ha ido a la primera me sorprende y me hace preguntarme las razones. Alice parece una chica de su casa, aunque repito que es demasiado confianzuda, apenas llegamos a la fiesta hace veinte minutos y ya está rodeada de un grupo de personas que le prestan la mayor atención aun cuando se escucha muy poco por la música.

Devon se me perdió de vista al entrar llevándose a Hendrik con él, si penso que con eso tendría una mayor cercanía con Alice, creo que los dos nos equivocamos porque yo también lo llegue a pensar. Ella parece llamar a las personas, mientras yo me mantengo solo a una distancia cercana para no perderla de vista, porque no olvidó que estás fiestas son diferentes a las que he ido antes y que su poca malicia le puede traer problemas si no sabe elegir entre las personas, como ya me demostró que puede ser una posibilidad por como se ha comportado con nosotros. Pudiéramos ser malas personas y ellos ni lo notarian, una cena y ya parece que nos tienen mayor confianza que antes, si eso es posible.

La veo tomarse el último trago de su cerveza y levanta la mirada buscando algo o a alguien... Noto que es a mí.

Sonríe y me llama con la mano pidiéndome que me acerque, le doy el último trago a la mía y lo hago. Me siento como su puto guardaespaldas, pero no puedo solo irme y dejarla sola, siento la obligación de resguardar su integridad, no me perdonaría que alguien la lastimara por mi egoísmo. Es demasiado buena, hasta para mí.

—¿Por que estás tan lejos? —Me regaña, lo sé por como frunce el ceño—. Conoce a algunos de nuestros compañeros de la clase del Señor Hartford.

Me comienza a presentar a dos chicos y tres chicas, no registro sus nombres porque no me interesan, solo me dedico a asentir y sonreír como si quisiera conocerlos de verdad. Seguro Alice hasta sus apellidos grabo en su memoria, tiene una facilidad impresionante para socializar incluso mayor que la de mi mejor amigo y eso ya es decir mucho. Les sale tan natural agradarles a los demás sin proponérselo, es un don con el que no nací ni me interesa desarrollar.

—Alice, te traje otra cerveza —Le dice otro chico que no había visto, ella intenta tomar el vaso, pero soy más rápido arrebatandoselo de la mano al idiota.

¿Es que nadie le dijo que no debe aceptar bebidas de extraños?

No, es su primera fiesta.

No es excusa, es cultura general.

El chico me mira mal, le sostengo la mirada sin intimidarme con su patético intento de que ocurra, ella parece no notar el intercambio, le agradece y sigue la conversación. No me molesto en disimular, me giro y dejo que el líquido caiga en una planta que espero no sea natural, solo una de las chicas se da cuenta.

Quiero sacar a Alice de este círculo y abrirle los ojos en cuanto a su jodida seguridad en estos ambientes.

Miro a mí alrededor localizando a mi mejor amigo y al rubio «osito» también en un círculo dónde están riendo y socializando, parece que soy el único asocial.

—¿Donde están las cervezas? Tengo sed —Me pregunta tirando de mi brazo para llamar mi atención, la diferencia de estatura es notable, es alta pero no trae tacones como anoche, hoy viste sencilla. Con lo que sea que se ponga se ve bonita, demasiado bonita.

—Vamos, no te dejare sola.

No se molesta, solo sonríe y asiente, se despide de «nuestros compañeros de clase» y la guío entre los demás estudiantes. No solo está nuestra escuela, hay variedad, no todas, porque no es la única fiesta que hay en el campus, en otras hermandades hicieron las suyas, no tengo idea de cuál es está ni voy a averiguarlo porque tampoco me interesa.

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora