Capitulo 8

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Alice

Me cubro el rostro con la almohada y grito de nuevo. Me siento algo extraña, por la sencilla razón de que el océano que tiene en los ojos Darren no sale de mi mente, cuando acaricio mi mejilla sin apartar su mirada de la mía... Sentí algo. Ese algo casi me lleva a besarlo si Hendrik no nos hubiese interrumpido.

Su cercanía me robo el aliento, me absorbió de tal manera que me asusté cuando nos interrumpieron, quería seguir mirandolando, así como sentir sus labios sobre los mios.

Tengo desde que regresamos de la fiesta hablando del mismo tema, Hendrik está harto también mi mamá hasta la pobre Carina. Mi mamá al principio se emociono mucho, pero en este punto creo que prefiere que su enfermera conteste mis llamadas, debido a que decidi ignorar su consejo de ser una chica valiente y arriesgarme a decirle lo que estoy sintiendo por él. Solo han trascurrido unas horas y ya quiero verlo de nuevo. Darren y Devon nos dijeron antes de despedirnos en la madrugada de ayer, que regresaran de sus casas antes de nuestra clase con el Señor Hartford, es decir que tendre que seguir esperando para eso y posiblemente continuar aturdiendo a Hendrik y a mi madre con el tema.

Darren me agrada, es atractivo y tiene cierto misterio que me llena de curiosidad al querer descubrirlo, no es como los demás, eso se nota aún cuando no intervenga mucho en las conversaciones. Me gusta y mucho.

Con Darren ha sido tan rápido, en el caso de mi exnovio llevábamos estudiando juntos desde que iniciamos en el instituto, apenas lo ví el primer dia me gusto, me resulto interesante y años después nos hicimos novios por un año. Su último año. Terminamos la relación porque se iba a estudiar a California y no soy tan estúpida para pensar que íbamos a durar, nuestra relación no era tan fuerte, me dolio, lo llore, y luego supere iniciando mi último año dónde no salí con nadie porque no me resulto interesante otro chico, hasta este momento.

Hoy soy un hermoso desastre de pensamientos contradictorios.

El teléfono comienza a sonar a mi lado por una llamada entrante, me quito la almohada del rostro y alcanzo el teléfono, me incorporo al ver el nombre de Carina en la pantalla, deslizo el dedo con un nudo en la garganta.

—Hola... ¿Carina? —respondo con temor.

—¡Mi niña! —dice riéndose y suelto todo el aire que no había notado que estaba reteniendo.

No puedo con estos sustos.

—Hola, mami, pensé que era Carina. ¿Cómo estás? ¿Te sientes bien? ¿Que has estado haciendo? ¿Comiste a tus horas? ¿Ya te chequearon la saturación del oxígeno? ¿Mami...?

De nuevo escucho su risa acompañada de la de su enfermera, ¿como me hacen esto sabiendo que soy tan sensible y no aguanto la presión? Solo por unos segundos la preocupcion me hizo olvidarme de Darren.

—Olvide la mitad de tus preguntas, pero estoy bien, Carina y yo estamos tomando sol en la piscina.

Me recuesto de nuevo en la cama imaginándomelas, mi padre ni Charlotte deben estar en la casa, porque antes muertos a que la «servidumbre» disfrute de las instalaciones de los Thompson.

Pido que nunca ni Charlotte ni yo, tengamos esposos adinerados como él lo desea, porque se le subirá más las infulas de ser sobrenatural al lado de los simples mortales.

—Que envidia, yo estoy en mi habitación, pensando en...

De nuevo la escucho reir sonrojándome por sentirme tan intensa con el tema. Su tos se hace presente como de costumbre e intento que eso no me desanime.

—En el muchacho que te gusta. Pobre, le deben estar picando los oídos de tanto que has estado hablando de él.

—¡Mami! —Me quejo cubriéndome el rostro con la mano, tengo las mejillas calientes de la vergüenza, menos mal que Hendrik no esta aquí, sino también se estaría riendo de mí.

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora