Capitulo 43

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Hendrik

Conozco a Alice desde que éramos unos bebés, nuestras madres siendo amigas y luego nosotros. Mi madre siempre me dijo que debía cuidar de ella porque es mi hermana, una parte también de mí corazón que me dolería ver lastimada, el instinto de protección inicio desde que tengo uso de razón.

Alice vivió la mayor parte de su vida reprimida, sumida a una vida impuesta, aprendí idiomas por entrar a sus clases a acompañarla en sus tardes de enseñanza, no aprendi lo que me aburria, pero a diferencia de mi ella no podía elegir que quería o no almanecar en su cerebro para su educación. Mientras yo pasaba tiempo con Fernanda, ella tenía que asistir a sus lecciones por horas sin quejarse siendo una niña que solo queria jugar en vez de aprender sobre economía.

La posición que tiene ahora, Iván la deseo para sus hijas toda la vida y así las preparo, tenía la esperanza que lo hiciera Charlotte, no Alice. Recuerdo cuando me lo dijo, me sorprendi porque todos estabamos trabajando para su esposo sin nosotros saberlo, entramos gracias a Iván, no se niega ni dejo de agradecer que pudiendo hacerlo no destruyo la carrera de Darren y si lo ayudo a llegar a lo que es ahora, al menos a entrar, porque lo demás lo logro por mérito propio.

Cuando no supe de ella, la preocupación no me dejaba ni dormir, los tres sufrimos de maneras diferentes, sabíamos que estaba muy mal, yo más que ellos por lo que representaba no tener a Fernanda para mi amiga, si para mi mamá aun es difícil y para mi, a Alice... La cambio.

Lo que me dijo Devon aún lo pienso y me mueve la consciencia, penso en suicidarse, no en buscar a alguien que la ayudara o acompañará, a nadie ni a mí, eso me duele, porque siempre he estado para ella. A veces no la entiendo, lo intento, dándole el beneficio de la duda y respetando sus decisiones por más que no las considere como correctas, porque en el fondo sigue siendo la misma niña que se robaba las galletas de la cocina y también parte de mi comida cuando nadie la miraba.

Estaré eternamente agradecido de que Isaac supo actuar a tiempo evitando una tragedia. Es cierto que su relación no es la más normal, aún así, es suya, se entienden y se aman, la desesperación de anoche solo fue un destello del sentimiento que tiene por mi amiga. Ella lo cambio, no al contrario como todos piensan. Alice tiene esa cualidad de sacar lo mejor de las personas, Darren es otro.

Entro a la casa, dónde estaré viviendo con mi mejor amiga por unas cuantas semanas hasta que pueda regresar a Estados Unidos. No le gusto la idea, lo acepto, porque ama a su hijo aún sin conocerlo. Tendre un nuevo sobrino o sobrina, ella ya lo llama Austin, si es niña espero que no elija ese nombre y de ser el caso me burlare de ella, ya que para ese momento se podrá bromear sobre la situación tan horrenda que vivimos todos ayer. Escuché los gritos y el llanto, ya Milán estaba dormido, cuando baje el desastre se hizo presente, no me pidieron quedarme con Milán, ni aquí cuidandola, lo decidí sabiendo que solo en mi confían a su hijo, aún cuando ayer les falle y Darren aprovecho el momento.

—Es muy bonito lo que intentan hacer, pero Alice odia las rosas —comento.

La sala está llena de arreglos de rosas, que están siendo acomodados con mucha dedicación por las hermanas Hamilton y Devon.

—¿Desde cuando? Nunca se quejo de las que yo le regalaba, más bien parecía que le encantaban por como me lo agradecia —Se burla Darren.

Por más que intento justificarlo, no lo consigo, hizo y sigue haciendo mal, al no dejar ir a Alice, con lo de Milán y también con Astrid, es una pobre mujer que está usando para olvidar el amor que siente por mi amiga, sin embargo, no parece funcionar, y ella solo ignora todo aguantándose los malos tratos y hasta desinteres que se le nota a Darren.

El amor es una mierda que te hace ciego, por eso no me voy a enamorar de nuevo, el amor tiene a Alice entre dos hombres, su pasado y presente luchando por su futuro.

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora