Capitulo 23

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Darren

Conduzco el auto poniendo de todo mi autocontrol, para no orillarme en la carretera y subirle ese vestido a Alice que me está matando desde que se lo vi puesto. Podría hacerlo, el problema es que Devon y Hendrik vienen en el asiento trasero arruinando mis planes.

Vamos camino a la fiesta de cumpleaños sorpresa de Alice, ella claramente no lo sabe, mi mejor amigo la engaño diciéndome que Arya y René organizaron una cena en su honor y luego iríamos a una fiesta de nuestros excompañeros de clase, lo que no es del todo falso, solo que habrán invitados tanto del instituto de donde nos graduamos como de la universidad. Para mí sorpresa Alice conoce a muchas personas, demasiadas si sumamos las que conocen Devon y Hendrik, yo honestamente no conozco ni a la puta mitad, tampoco es que me interese, todo lo que quiero está a mi lado vestida con un ceñido vestido blanco un poco más arriba de medio muslo que deja a la exhibición un par de ligeros que sujetan sus medias tambien blancas. Me dijo que fue una idea de su madre y no sé si felicitarla, darle las gracias o escandalizarme, la convencio de ser el ángel más sexy que he visto alguna vez. Ángel que voy a tentar toda la noche, hasta que se deje arrastrar hacia el pecado conmigo.

Deseo tener un rato con ella a solas, lo necesito para entregarle su regalo que sigue en el bolsillo de mi pantalón, debido a que Hendrik no me dejó dormir con ella anoche ni darle el feliz cumpleaños que tenia planeado, que consistía en ella debajo o encima de mi gimiendo sudorosa. Me tuve que conformar con solo un almuerzo donde estuvimos los cuatro.

Nuestros amigos ni se de qué están disfrazados, tampoco me importa. Devon me ayudo a improvisar un disfraz de vampiro con el que me siento patético e idiota. Lo hice por ella, porque no pensaba ponerme nada, aún cuando tenemos más de dos semanas planeando su fiesta de cumpleaños. Hendrik nos dijo lo que ella deseaba para este dia y cuánto lo anhelada, eso nos basto para a Devon pedir permiso a sus padres para hacer la fiesta en su casa y a mi para fingir que no recordaba la fecha mientras la mantenida entretenida placenteramente el fin de semana pasado en el rancho, días que nuestros amigos usaron para terminar con la organización que se necesitaba para esta noche.

Arya y René estuvieron invitados, sin embargo, rechazaron la invitación por no sentirse tan jóvenes para estar rodeados de ellos. Decidieron irse al rancho desde ayer dándonos todo la libertad de hacer lo que queramos en su casa. Insisto en que Devon es un bastardo con mucha suerte.

—¿Seguro que a tus padres no les importa que vayamos con los disfraces puestos? —Le pregunta Alice a Devon.

—No, no hay problema.

Mi ángel suspira con alivio. Entre mis deseos no estaba una fiesta, si celebrar su cumpleaños solos en mi habitación, jugando a quitarle esos ligueros con los dientes, y luego descubrir que trae debajo del vestido, pero... Es lo que desea. Si eso la hace feliz, tendré que conformarme y también intentar disfrutar de la fiesta disimulando la erección que no parece quererse bajar desde que la ví subirse al auto.

—¿Ahora te avergüenza que te vean como un angelito sexy, osita? —bromea Hendrik haciendome gruñir.

—No soy un angelito sexy, estoy bien cubierta y me veo inocente —Se defiende.

La miro de reojo con incredulidad, ¿inocente? Quiero arrancarle la puta ropa y hacerselo en todas las posiciones que pueda, para volverselo a poner e iniciar de nuevo. Tan inocente que me tiene duro y con bastantes posibilidades de tener que usar el baño para bajarme la erección que se esta tornando dolorosa.

—¿Inocente? —Se burla Devon—. Creo que la princesita tiene una erección por solo mirarte.

—Callate —gruño.

Devon y Hendrik se comienzan a reír como si fuese muy divertido, puede que lo hayan notado porque no consigo una posición comoda para sentarme que me alivie. Aclaro mi garganta, llamando la atención de cierta tentación vestida de ángel que con las mejillas sonrojadas comprueba descaradamente el comentario de mi amigo. Espero que piense ayudarme, porque la idea me resulta mucho más atractiva que irme solo al baño a encargarme.

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora