Alice
Pensar duele, recordar aún más. Me siento sumergida en un pantano, dónde por más que intento salir solo soy arrastrada a la profundida de las oscuras y densas aguas.
Las semanas comienzan a pasar, una detrás de otra arrancándome la vida a pedazos al ver a mi mamá en esas condiciones. No duermo, no me alimento, soy un zombie que camina de un lado a otro por la clínica llenándose de cafeína para no dormir en ningun momento, aunque lo he logrado por unas horas algunos dias.
Mi mamá está mal, bastante mal, ya no respira sola, la saturación la tiene muy baja y estoy sola con ella en Milán, en un país extranjero de dónde solo conozco unas pocas calles de mis visitas anteriores. Ni siquiera puedo comunicarme con Hendrik o Tania, no tengo a nadie que me apoye. Necesito un abrazo, algo de esperanza para no dejarme caer en estas paredes blancas que rodean el centro donde los Thompson decidieron trasladar a mi mamá para su mejoría, la que no llega. Nadie me da noticias alentadoras, solo unas que me aterran cada que las recuerdo.
Miro el anillo en mi dedo que se burla de mí situación, aspecto y decisión, no sé nada de Houston. Lo muevo en mi dedo, sintiéndome peor recordando su significado.
Cada dia es un nuevo reto en lo que respecta a la salud de mi mamá, no puedo soportar no escuchar su voz ni su risa, los días sin ella se me hacen eternos. Mi mamá es mi ancla y sin ella estoy... Sobreviviendo.
Iván y Charlotte Thompson se fueron regresando a Austin apenas comprobaron que en efecto seguía aquí e incomunicada, porque rompí mi teléfono y no he tenido tiempo ni ganas de comprar otro. A ellos solo les importa que cumpla con mi promesa, no la salud de mi mamá.
No he querido buscar un medio de comunicarme ¿Para que?
No me perdono haber lastimado a Darren como se que lo hice, no me perdono que mi mamá este así por un error que no fue de Carina, sino de las empleadas que no estuvieron al pendiente de ella cuando los Thompson llegaron a la casa y le cedieron los días libres que le correspondían a la enfermera que solo yo cubría para evitar... Esto, si tan solo hubiese estado en Austin y no en Houston siguiendo las órdenes de Iván. No quiero pensar en los culpables de mi dolor, porque eso solo aviva más el rencor que ya siento por ellos.
Mi mamá no ha despertado ni una sola vez, se mantiene dormida, no come, no ríe, no se mueve, respira por la mascarilla, mientras yo me consumo con esta soledad, por no tenerla, ni a mis amigos ni a Darren. Mi felicidad duro tan poco, siempre es así y por lo visto seguirá de esa manera, lo único que me mantiene cuerda está postrada en una cama con posibilidades casi nulas de regresar a la normalidad, a la vida.
No sé que haré si se va, sin ella soy una cometa sin cola, voy a dónde me lleva el viento, sin una dirección, estoy cansada pero no tengo energías ni ánimos para cambiarlo. Tarareo Falling de León, es la canción que no me he cansado de repetir una y otra vez desde que llegue y vi a mi mamá en ese estado, la tengo graba en mi mente. La letra es tan dolorosa y refleja parte de lo que siento.
—Regresare en un ratico, ¿si? Espero ver tus bonitos ojos castaños al regresar, ¿podrías hacerlo por mí? ¿Por tu niña? —Se me quiebra la voz, he derramado tantas lágrimas en estas últimas semanas que se sienten como meses, años, desde que estamos aqui—. Por favor, mami, te necesito conmigo.
No obtengo respuesta, ni sus ojos abriéndose mágicamente, tampoco sus dedos moverse, nada, ningun cambio que signifique mejoría en su estado.
Con un nudo en la garganta me seco las lágrimas que no han dejado de correr en ningún momento por mis mejillas, parece parte de la rutina, llorar y llorar hasta que me quedo dormida aferrada a su mano rogando que regrese, despertar notando que todo sigue igual e iniciar de nuevo el ciclo.
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Obsesión
RomanceNunca imaginé que un amor tan bonito se convertiría en una obsesión. A veces solo me pregunto ¿Que no vi?, ¿Como no lo noté? Su amor solo nos causo dolor. ----------------------------------------‐------------------------------------------ Esta hist...