Capitulo 11

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Darren

Me obligo a no sonreír por haber obtenido lo que tanto desee desde hace una semana. Tenerla solo para mí. Aunque el mensaje de Hendrik me dio algo más de esperanza, intento no pensar en ello para no arruinarlo. Si la quisiera solo para un «rapidito» no me tomaría tantas molestias, ella merece que vaya lento e intente hacer las cosas bien, por lo que si es lo que desea, no va a ocurrir hoy por muchas ganas que tenga.

—Puedes poner música que sea de tu agrado —La ánimo notandola nerviosa, no deja de moverse en el asiento, fija su atención en mi y de reojo noto que asiente.

Es obediente.

Me gusta más así, quiero corromperla, que me demuestre que tan lejos puede llegar. Es que se ve tan inocente, mi ángel. Debo admitir que también me gusta desafiante, me excito como me reto. Nadie me reta sin que obtenga su merecido.

¿Que haré con ella?

¿Que no haré con ella? Esa es la pregunta.

No se decide por ninguna canción, comienzo a pensar que no está prestandole atención a lo que hace, su silencio solo me confirma lo nerviosa que esta, normalmente conversa mucho cuando estamos los cuatro, incomodidad no es, de haber sido eso, no habría aceptado estar a solas conmigo en un principio.

—Es solo si quieres, sino podemos ir en silencio.

Me mira de nuevo, regalándome una pequeña sonrisa de sus labios carnosos.

Es tan bonita...

—Es solo que... —Mis ojos se mueven solos hacia ella. No puedo conducir teniendola a mi lado. Solo quiero estar mirándola, detallándola. Sus ojos gris acero se fijan en sus uñas—. Lo que escribió Hendrik, yo no...

Ella si, y yo también.

—No pasa nada, ¿está bien? —Lo digo con lentitud, intentado convencerme a mí mismo, porque honestamente pasa todo.

Suelta un suspiro que parece de alivio, mientras yo pienso cuánto tiempo tendrá sin... Y con cuántos podria haber estado antes.

—Fue solo una broma.

—Claro, entiendo. Hendrik es bastante bromista.

No me agrada la idea que su amigo el osito conozca su intimidad y que con él ella la trate con tanta libertad, cuando conmigo no quiso ni siquiera que viera mientras se cambiaba la camiseta después que ya había detallado de principio a fin el sujetador que me está matando el pensamiento, porque lo trae puesto justo ahora y no puedo quitarselo, así como tampoco mi camiseta.

Se ve y se siente tan mía con ella puesta.

No fue divertido como toda la clase también la vio y detallo mientras yo corría escaleras abajo para que la dejaran salir a cambiarse. Es algo que estuvimos comentando Devon, Hendrik y yo, mientras ella estaba en el baño después de salir de clases, fue irrespetuoso y desagradable, algo que no debería ocurrirle a nadie, que la miren de esa manera y en vez de ayudar solo se rian y comenten. No se que haré con Alice, me saca de mi zona, despertando cosas que no llegue a imaginar que estaban dentro de mi.

Tengo que corromperla, llenarla de malicia.

Pero, perderá el ángel si lo hago.

Quizás no lo sea.

—¿Cuantas parejas has tenido? —Le pregunto sin poderme contener, necesito saberlo.

—Vaya... Esa pregunta no me la esperaba —Se ríe, me tenso de pensarla...—. Una, terminamos hace más de un año porque él es un año mayor e iba a la universidad en California, así que lo dejamos, no iba a funcionar.

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