Capitulo 16

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Alice

Si antes llegue a pensar que mi mente era un caos, ahora es mucho peor de solo recordar todo lo que Darren y yo hicimos anoche y está mañana en la ducha. Me sonrojo de pensarlo, fue tan... No imagine que me llegaría a gustar tanto lo que hicimos, no sentí ninguna presión, mi deseo era mucho mayor que todo lo que antes me evito experimentar. Darren me da seguridad para intentar cosas nuevas. Me gusto mucho tocarlo, hacerlo disfrutar como lo hizo conmigo la noche anterior o estaba haciendo con sus dedos en mí. Tuve que concentrarme mucho para no solo dejarme llevar por las sensaciones que me estaba generando y también darle la atención que deseaba.

El sexo es un tema que me avergüenza por mi inexperiencia, aún cuando claramente no es mi primera vez y ya estuve antes con alguien más. Ser muy amigable, sociable y conversadora no lo evita, peor al mi único amigo ser hombre y no poderme explicar como me gustaría. Amo a mi mamá, la veo como a una amiga, pero no tanto para tratar el tema con ella, seria incomodo. He salido huyendo de cada uno de sus intentos de darme la charla, asi como también lo hice el dia que Tania quiso intervenir. Me gustaría tener alguna amiga o simplemente contar con el apoyo de Charlotte, lo que es imposible porque seguramente se lo contaria a mi padre y lo haría aun peor.

—Querida, ¿me ayudas con la merienda? —Me pregunta Arya sacandome de mis pensamientos.

Hace dos horas que se fue Darren, no se a dónde, imagino que a su casa, no quise preguntarle y quedar como una novia intensa que...

Espera, ¿que? ¿Dije novia?

Si, lo dije... ¡Oh!

Me pongo de pie nerviosa por el rumbo de mis pensamientos aceptando ayudar a Arya. Hendrik y Devon estan jugando voleibol en la piscina, mientras yo tomaba sol. Sin detener el juego o los gritos me miran de reojo siguiendo a Arya al interior de la casa.

Hendrik sabe que algo me ocurre, me lo pregunto discretamente en el desayuno, me excuse diciendo que luego le contaría. Se va a morir cuando sepa todo, le agrada Darren así como Devon y eso me alegra. Quiero que todos nos llevemos bien, en especial ellos, y creo que es asi, aunque Darren haga esos comentarios extraños de manera de broma, que debe serlo, porque estamos los cuatro aquí y cuando salimos también es igual. Nos hemos vuelto inseparables y espero que lo sigamos siendo siempre.

Acompaño a la madre de Devon a la cocina. Me recuerda mucho a Tania, es alegre y amorosa, Devon es la luz de sus ojos como lo es mi amigo para su madre y yo para la mía. «Madre solo hay una» es lo que dicen, me pregunto como será la de Darren, no la ha mencionado desde que nos conocemos, si recuerdo que dijo sobre llevarme al rancho de su padre, pero nada más. Su vida para mí aún es un misterio porque las veces que hemos tratado el tema en grupo, él no participa y en su teléfono no tiene fotos de ellos, a diferencia de mi que si tengo de mi padre y hermana en el mio.

—Yo no cocino mucho —Comienza a decir Arya, arreglando algo de fruta en unas bandejas—. La verdad es que no lo hago, y estás frutas ya las cortaron para mi.

Me río al notarla un poco avergonzada por ello.

—No soy quien para juzgarte, yo tampoco lo hago mucho —Le digo cubriendo mi boca con la palma de mi mano como si fuese un secreto.

Me mira sonriente y aliviada al no ser la única. En la casa contamos con servicio, lo poco que se cocinar lo aprendi por mi mamá y Tania a escondidas, a Iván nunca le ha gustado vernos en la cocina «Las Thompson no serán esclavas de nadie, menos de un hombre». Se pensaría que con ese consejo mi padre nos quiere cuidar, sin embargo, sus intensiones son otras. Lo que quiere decir con esas palabras es que no seamos estúpidas y nos concentremos en los negocios que podremos conseguir con nuestros maridos millonarios, sin enforcarnos en las labores del hogar, para las cuales debemos de contar con personal.

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora