Capitulo 6

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Alice

Reconozco que soy la chica más afortunada y envidiada está noche. Asi me siento al estar rodeada de estos tres chicos que se estan robando miradas de las mujeres presentes desde que nos sentamos. En las mesas cercanas, hay en su mayoria adultos de las edades de mis padres, y eso no evita que las mujeres les hayan dedicado más de una mirada a cada uno. El lugar carece de jóvenes, por lo que somos los únicos aquí junto con la chica que nos está atendiendo, que tampoco sabe a cual mirar con mayor atención. No se decide. No la culpo, los tres son bastante atractivos y está noche se ven aun más. Estando asi de arreglados parecen hasta empresarios jóvenes.

Todo lo que mi padre quiere para mí futuro matrimonio, y que posiblemente no obtendrá. Al menos por mi parte, porque estoy segura que Charlotte ya ha ido agregando a varios candidatos a su lista.

Seria lo que se llama «matrimonio por conveniencia». Para la sorpresa de muchos, incluyéndome, en la actualidad siguen existiendo y son lo más normal en personas de altos cargos. A Charlotte no le importa, a mi si, yo no quiero esa vida y si llego a casarme, sera por amor, no por complacer a Iván Thompson en sus planes de negocio.

La chica espera pacientemente que realice mi orden, ya Hendrik, Darren y Devon lo hicieron. Estoy indecisa entre la cantidad de platos que ofrecen aquí, se nota que es un buen restaurante, los precios también son una referencia asi como los demás comensales que nos rodean. Es un lugar de lujo y por un momento me siento mal al traerlos aquí sin saber si pueden costearlo, pero todo indica que si por como se han manejado hasta ahora. Es un lugar al que ya han venido antes.

Lo que nos trajo aquí se encuentra en el menú entre mis manos, sin embargo, ya no se me antoja. Leo de nuevo cada plato, me decido finalmente por uno y se lo pido a la chica. Es igual de pretencioso. Un exquisito y tierno solomillo de cerdo.

Bajo la carta entregándosela amablemente, mi mirada se topa con la de Darren y no aguanto la risa al notar su expresión.

—Eso lo pude haber preparado —Se queja, haciendo reír también a nuestros amigos.

—Puede, pero hubiese evitado que nos vistieramos así de bonito y ahora tenemos otra excusa para que cocines.

—¿Cual es la excusa? —Me pregunta Devon divertido por la situación, su amigo esta mas serio de lo normal no muy conforme con mi elección cuando hizo un esfuerzo en traernos aquí, lo que agradezco y también me produce una sensación extraña en el pecho. Normalmente solo Hendrik cede ante mis caprichosos, y que Darren lo hiciera apenas conociéndonos me hace sentir bien, importante.

—Porque ella quiere —responde por mi Hendrik, asiento dejando salir mi lado caprichoso.

Naci y creci en una cuna prácticamente de oro. La mejor ropa y zapatos. Las comidas más refinadas. Los lugares más lujosos para vacacionar. Tutores certificados. La ultima tecnología a mi alcance. Los mejores centros educativos. Autos costosos. He tenido todo y si no fuese por mi mamá, eso seria nada, solo dinero que no me hace feliz. Lo más importante para mi es y sera el amor, que en ese ambiente se que nunca encontrare y por esa razón también lo rechazo.

—Esto será divertido —comenta Devon, mientras Darren recuesta su espalda del respaldo de la silla con una ligera sonrisa que me agrada demasiado en sus labios.

Este es el inicio de una bonita y duradera amistad. Algo me lo dice.

La conversación fluye toda la cena, que estemos participando los cuatro es agradable. Creo que Devon, Hendrik y yo estamos algo locos y Darren se deja arrastrar por nuestra locura, no es que tenga muchas opciones, somos mayoría. Las risas no faltan, llenando el lujoso lugar y llamando más la atención de algunos comensales por lo escandalosos que somos al hacerlo. Quizás nos terminen sacando por romper con el molde y todo el protocolo que se ve en estos lugares.

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