Capitulo 37

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Alice

Después de seis años regresamos a Manarola, un lugar tan importante para nosotros, para mí, aquí deje ir parte de ese intenso dolor que no me dejaba respirar. Estuvimos aquí sin saber que ya que estaba embarazada de mi muñequito, es decir, no confirmado, porque la posibilidad comenzo a estar presente desde esa noche en Milán. Manarola fue un nuevo comienzo para mí, para Isaac y la familia que ahora tenemos. Me siento satisfecha con mi vida, es más de lo que una vez pense lograr cuando soñaba con los ojos abiertos al lado de mi mamá. Me gustaría que ella estuviera aquí para verlo y disfrutar de mis hijos, sus nietos.

«Mis hijos».

Sere madre otra vez. No imagine lo feliz que iba a sentirme al obtener el positivo en la prueba de embarazo.

Isaac lleva demasiados años pidiéndome otro hijo, no me negaba de un todo, fingia fastidio para que él siguiera insistiendo, tengo algo extraño con que lo haga y me niegue solo para molestarlo, lo reconozco, me gusta notar sus ganas en agrandar nuestra familia, la ilusión en sus ojos verdes. Por esa razón decidi sin que él lo supiera, dejar de tomarme los anticonceptivos y como con Milán no hubo que hacer mucho esfuerzo o esperar mucho tiempo, la excelente calidad de sus espermatozoides me tiene embarazada de nuevo.

Quería darle la sorpresa, algo especial, por lo mucho que me lo ha pedido, en mis planes no estaba que se enterara en el cumpleaños de mi amigo llevándome toda la atención, sin embargo, no contaba que mis cambios de humor gracias a las hormonas me jugaran en contra, me frustro tanto que se negara a mi antojo que se me escapo y sus ojos brillaron tanto como la primera vez, lo siguen haciendo por la emoción que le genera ser padre de nuevo.

Recuerdo que con Milán estuvo conmigo al momento de hacerme la prueba, no quiso salirse del baño, se mantuvo a mi lado mientras orinaba, lo que fue incómodo porque parece que tengo pánico escénico y no me salía de los nervios, luego dijo alguna estupidez, me rei y el líquido cayo directamente dónde esperábamos. Me hice una, dio positiva al primer intento, luego confirme con otra dos más esa misma noche y otras dos la mañana siguiente, en todas y cada una, estuvo a mi lado. Está vez no lo espere, me la hice antes de la cena a escondidas, tenía mis sospechas y quedaron confirmadas.

Otra cosa que tiene Isaac durante el embarazo es que me da todo lo que deseo, soy una embarazada caprichosa, por eso explote dándole la noticia antes, frente a todos, incluso a Darren, del que la verdad me olvide por completo el resto de la noche, mi putito es tan feliz que eso me llena, creo que son pocos los hombres que lo hacen por un segundo hijo o uno en si, para él es como si navidad se adelantara y Santa lo llenara de regalos. Ama ser padre y mi esposo, nuestra familia es lo más importante para él y no duda en demostrarlo, por esa razón estamos de regreso en la casa de Manarola para celebrarlo.

No me incómoda que todos hayan venido, incluyendo a Darren, hay que seguir la vida, yo decidí y estoy conforme con ello, no me afecta que este, al menos no me sigue molestando con el tema de la supuesta paternidad de Milán, mientras se mantenga así, podemos llevar la fiesta en paz.

—Bienvenidos a nuestra casa, les asignarán sus respectivas habitaciones —Señala Isaac al encargado de que la casa se mantenga en perfecta condiciones—. Indicales el camino. Nosotros estaremos en la piscina, pueden acompañarnos al terminar si gustan.

Tan educado y cordial. Me quiero reir por sus perfectos modales, a Iván le encantan, se siente importante cuando mi esposo lo detesta por todo lo que nos hizo a mi mamá y a mí.

Milán sigue dormido en los brazos de Isaac, los demás acatan las indicaciones subiendo a sus habitaciones, mientras nosotros caminamos hacia la piscina de la casa donde Isaac pidió preparar una sorpresa para nuestro muñequito. Milán ha estado deseando desde hace mucho ocupar el lugar de hermano mayor, claro, no menos que su padre que lo hiciera.

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora