Capitulo 58

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Hendrik

Corro a ayudar a mi amiga que cae de rodillas sosteniéndose el vientre cubierta de su propia sangre llenando el piso, Devon intenta detener a Darren, Strom o como sea que se llame, luchando con él para alejarlo de Alice que ya no grita de dolor por la puñalada en el abdomen que le hizo quien dijo amarla muchas veces estando ebrio.

Le crei. Todos los hicimos.

Me quito la camisa haciendo presión en la herida que solo empapa la tela cubriéndola de color carmesi, en unos segundos para mi alivio estamos rodeados por personal médico de la clínica y de la policía liderizada por Luke Woods, el exnovio de Alice, que parece que no le salió loco como el otro y decidió hacerse cargo del caso cuando lo llamé al no encontrarla en el baño.

Alice Thompson, la niña con la que vivi la mayor parte de mi vida yace en mis brazos llena de sangre con los ojos cerrados, su frente cubierta de sudor, susurrando el nombre sus hijos y él de su esposo como si estuviera delirando. El miedo de perderla me desespera llenándome de odio cada que los gritos de Darren llamándola se escuchan con mayor fuerza, me asquea lo dolido que suena, como si de verdad la amara como tanto lo repitió cuando por su culpa estamos en esta situación, él lo hizo, él la lastimó.

No debí dejarla ir sola al baño, fueron solo unos minutos de descuido que aprovecho para dañarla más.

Me hago a un lado dejando que la suban a la camilla, espero que tanto ella como el o la bebé estén bien, hay demasiada sangre cubriendo todo, por la herida abierta que parece ser profunda. Está palida, sudorosa y llora aferrando sus manos a su vientre.

—Osito... —Me llama sonando en un susurro que casi se pierde en los gritos del loco que le hizo esto, intento no llorar al verla en esta situación, pero no puedo, nunca espere que algo así le sucediera justo a ella a quien cuidaron tanto toda su vida y que yo no cuide de él, nos engaño tan bien a todos que hasta lo compadeci en su dolor por su ausencia.

—Estoy aquí, osita, debes dejar que te atiendan —Beso su frente sosteniendo su mano fría, le humedezco el cabello con mis lágrimas. Perderla me llevaría a sentir en carne propia el dolor que mi mamá guarda tras la muerte de Fernanda, Alice es más que mi amiga y compañera, es la hermana que no me dieron mis padres, una parte de mi corazón, que me niego a dejar ir a manos de la maldad.

—No hay tiempo, osito... Dile a mis hijos que los amo —Asiento sin poder responderle. Debe hacerlo ella, yo no—. Y a Isaac que siempre sera el amor de mi vida y estoy enamorada de él desde... —Tose ahogandose—. No se lo dije solo por molestarlo.

—¡No, no, no! —grita Darren.

Alice respira con dificultad, las enfermeras me hacen a un lado para llevársela dejandome destrozado con la ultima imagen que tengo de ella, el dolor en mi pecho es insoportable.

Se tienen que salvar, los tres. El mal no le puede ganar al amor.

—¡Diles, Hendrik! Prometeme que sabran cuanto los amo e Isaac que sera hasta que la muerte nos separe, siempre seré suya en cuerpo y alma.

Sus ruegos son claros y dolorosos, el personal que la llevan nos miran con tristeza, sus expresiones no son alentadoras. Asiento sin poderle aun responder, la situación me supera, es mi mejor amiga, no hay recuerdos de mi vida donde no este presente Alice y tampoco los quiero. Tiene que lograrlo.

—¡No lo puedes amar! ¡No puedes estar enamorada de él! ¡Eres mía! —grita Darren, lo miro unos segundos, lo sostienen dos oficiales, sus ojos estan en Alice siendo arrastrada con rapidez lejos de nosotros por los enfermeros, Devon está en una esquina culpandose como yo por el descuido.

Teníamos una vida tranquila, una que no sabíamos que iba a cambiar al conocer a Darren Holt, jamas logramos llegar a imaginar que su otra personalidad y hasta él desarrollarían una obsesión insana por Alice, que nos tiene a todos viviendo una pesadilla, dónde nuestras vidas pasaron a un segundo plano.

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora