Academia Plateada
(terrenos de combate)
El peculiar "encuentro" entre Tassard y Arthel ya había durado varios minutos y pese a ello, ninguno de los pokémon mostraba señales de cansancio. Era evidente que ninguno quería darse por vencido y admitir la derrota frente al otro.
Una y otra vez habían repetido la misma e inútil secuencia de movimientos en la que el Mudkip intentaba golpear al Beheeyem, este lo detenía en seco y lo teletransportaba a unos pocos metros, para que el tipo agua se girase e intentara entrar a la academia. Sin dejarse sorprender, el pokémon psíquico se lo impedía al teleportarlo de regreso al punto inicial, donde Arthel volvía a intentar atacar a Tassard y repetían el ciclo.
—¡Ah!¡Maldito cabezón! ¡Ya déjame ir! ¡Debo ir a ayudarlo! —reclamó Arthel mientras era nuevamente teletransportado.
—¡Silencio renacuajo! Tu no irás a ninguna parte hasta que la profesora Fleiris termine sus asuntos con el pequeño príncipe en su despacho... Oh, cierto, puede que ya no estén ahí— el Beheeyem se calló abruptamente. Otra vez había soltado más información de la que debía.
Esta breve distracción fue suficiente para que Arthel escapara de los poderes psíquicos de Tassard. Sin siquiera mirar atrás, se puso a correr hacia el interior de la Academia, pero una voz autoritaria lo detuvo en seco. Por un segundo, el joven Mudkip pensó que era su propia madre quien le estaba regañando.
—¡Por los dioses! ¿Qué sucede aquí? —inquirió la Vespiquen que acababa de llegar y que era acompañada de una Mienshao y los Combee.
—Hasta que por fin llegó —susurró la Tranquill a los jóvenes de primer año que todavía observaban la escena—. Supongo que aquí se termina el espectáculo de su amigo. Le va a caer un regaño de los grandes a Tassard por molestarlo, y también al Mudkip por desafiarlo tan directamente como lo hace. Hace bastante que no veía tan enfadada a la señora Mist. Y creo que a la profesora Kuvira tampoco le hace mucha gracia nada de todo esto.
Y lo cierto es que la Vespiquen si parecía estar bastante molesta. Avanzó revoloteando con decisión entre el grupo de estudiantes, que le abrieron el camino con rapidez, la tipo bicho se interpuso entre Tassard y Arthel. Sus alas chirriaban y su mirada tenía un destello rojo bastante aterrador.
—Tassard, ¿puedes explicarme que sucede aquí y por qué estás molestando a este jovencito?
—Oh, señora Mist, verá usted... — intentó explicar Tassard antes de interrumpirse al ver como Arthel se escabullía y se marchaba dentro de la vieja mansión —¡Oh no! ¡Ni lo sueñes, pequeño pejelagarto!
El Beheeyem intentó usar sus poderes para seguir a Arthel, pero antes de poder hacer cualquier cosa, un inesperado Golpe aéreo le hizo perder la concentración. Mod, el Combee, se había apresurado a hacer la voluntad de su patrona.
—Lo siento mucho Tassard —se disculpó el insecto —, pero cuando la señora Mist ordena, yo debo obedecer.
—Muy bien Tassard —agregó Mist poniendo sus brazos a modo de jarra y sin darle tiempo al psíquico de responderle mordazmente al Combee—. Volveré a preguntar, y más te vale no intentar escapar. ¿Por qué estas molestando a uno de mis niños?
—Eh... Yo, este... No quería causar destrozos en el salón, así que... Nos teletransporté aqui fuera...
—¡¿Destrozar un salón?! ¡Mas te vale que no hayan hecho tal cosa, Tassard! —amenazó la encolerizada ama de llaves al tipo psíquico.
—No, no no... Nada de eso, señora. Permítame explicar.
Mientras la Vespiquen interrogaba a un nervioso Tassard, los estudiantes que observaban se fueron dispersando lentamente, recordando la mayoría de ellos que tenían cosas por hacer, aunque era evidente que la mayoría se marchaba por temor a ser reprendidos por la señora Mist.
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Pokémon Ausvandel: La academia Plateada
Phiêu lưuEn una región habitada solo por las fantásticas criaturas conocidas como Pokémon, un joven Mudkip sueña con convertirse en un valiente aventurero y explorador. Para lograr ese objetivo, se dirigirá a la prestigiosa Academia Plateada, donde podrá ap...