Capítulo 51: Más que un conflicto escolar -2° parte-

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Prado Peña Blanca

Arthel y Sorzen se encontraba frente a un muy enfurecido Monferno y sus compañeros Emolga, Graveler y Tranquill, listos para entablar batalla. Junto al Mudkip, además del Snivy, el corpachón del voluminoso Swalot se erguía con seriedad. A una distancia prudente, varios estudiantes curiosos se disponían a observar el desarrollo de tal encuentro, mientras el sol de la tarde comenzaba a caer detrás de los árboles en la distancia.

La tensión entre ambos bandos se quebró en un instante, cuando un enfurecido Golka lanzó el primer golpe, saltando con su rueda fuego directo hacia el dúo de novatos. Sorzen se preparó para evadir, y Arthel para contrarrestar el movimiento con uno propio, pero el inesperado y voluminoso cuerpo de Carl se interpuso, absorbiendo el impacto de las flamas gracias a su complexión viscosa y elástica. Un leve quejido salió del tipo veneno, pero no pareció realmente tener mayores daños.

—¡No pienses que te librarás de mí! ¡No te perdonaré lo que hiciste con Alba! —repuso Carl con una energía inesperada en su regularmente apacible persona—. ¡Vengan con todo, todos ustedes, que me tragaré cualquier cosa que me lancen!

—¡Eso es Carl! —exclamó el Mudkip con una sonrisa adoptando una postura de batalla junto al Swalot—. ¡Démoslo todo! Les enseñaremos a no meterse con nuestros amigos ni con nadie más.

—¡Silencio, lacras! —espetó Golka lanzando un veloz ultrapuño al Mudkip y luego, dando una patada al Swalot, que simplemente rebotó hacia atrás—. ¡Aprenderán a respetar su lugar así sea a punta de palizas! ¡Aprenderán que nadie está por encima de los miembros de nuestro club!

Una furtiva descarga eléctrica golpeó al tipo agua, acalambrando todo su cuerpo del dolor. El Emolga soltó una risotada y evadió el golpe de los látigo cepa de Sorzen, que intentó auxiliar a su compañero. La burlesca y sonora risotada del tipo eléctrico resonaba con fuerza en el prado, mientras este sobrevolaba con agilidad los cielos. Arthel se reincorporo lentamente.

—¿Ataques por la espalda se valen? —farfulló el adolorido Mudkip—. Vale, lo tendré en cuenta.

—Estamos luchando, renacuajo. ¡Por supuesto que todo se vale! —Ollie se posó unos instantes en el suelo frente al Mudkip—. ¡Estás aquí para ser aplastado por todo el peso del loado club Pargress!

Como si fuese algún tipo de señal, el Monferno asintió y dio un portentoso brinco para propinar una gran patada al Swalot, empujándolo algunos metros hacia atrás y cayendo este sobre el Mudkip, aplastándolo accidentalmente.

—¡Eso es Golka! ¡Enséñales quién manda! —animó el Emolga sobrevolando a los combatientes y lanzando una veloz esfera de pura electricidad, un onda voltio directo contra el Swalot, que nuevamente recibió el golpe sin rechistar—. ¡El club Pargress manda! ¡Vamos, todo el mundo! ¡Que se escuche alto y fuerte! ¡Pargress, Pargress, Pargress!

Un par de voces tímidas se alzaron entre los mirones, coreando el nombre del club. Poco a poco, más voces fueron uniéndose, hasta formar un pequeño coro, para deleite del Emolga, que se mostraba muy complacido y dejó de prestar atención al campo de batalla. Unos inesperados residuos golpearon al roedor, derribándolo, donde Arthel le propinó un contundente golpe cabeza. Chillando de dolor, Ollie escapó volando a una distancia segura, mientras Golka volvía a la carga con su rueda fuego solo para ser detenido por un potente hidropulso de Arthel. El daño había sido bastante, pero estaba lejos de ser suficiente como para acabar con los ánimos del Mudkip.

Mientras tanto, Sorzen se encontró separado del Mudkip y del Swalot por un amenazador Graveler y la Tranquill de expresión burlesca. Alerta a sus movimientos, el tipo planta retrocedió un par de pasos ante los dos estudiantes de segundo año.

Pokémon Ausvandel: La academia PlateadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora