Lago Jurasarg (ribera sur)
El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte a sus espaldas, mientras que las ahora expuestas aguas del lago, por fin libres de su helada cubierta, reflejaban las tonalidades violáceas del cielo mientras unas oscuras nubes se aproximaban desde el norte. Un viento frío que golpeaba con fuerza en el rostro llegó de pronto desde las aguas.
Eso fue lo que hizo reaccionar a Klaw. Poco después del desconcierto inicial, el Weavile se encontró a si mismo sentado y fuertemente amarrado a una roca. El resplandor de una hoguera cercana era la única señal de vida que podía captar. Girando su cabeza todo lo que pudo, logró ver de reojo la cola del Dragonair que había enfrentado aquella tarde, pero estaba seguro que los otros dos exploradores también se encontraban por ahí cerca.
—Exploradores malnacidos... —murmuró para sí mismo el Weavile—. ¿Qué pasó? ¿Qué significa esto?¡¿Por qué estoy amarrado?!
—Veo que ya despertaste— le sorprendió de pronto una voz al saqueador. Se trataba de Thunder, quien estaba tranquilamente recostado sobre la roca donde el pokémon siniestro permanecía amarrado.
—¡¿Que significa esto?! —exclamó Klaw tratando de sonar lo más amenazador posible—. ¡Habla rápido, escoria norteña, o te sacaré las tripas!
—Ahórrate el numerito —le sugirió el Luxio levantándose y bajando de la roca de un brinco, para ponerse frente al Weavile sin la menor preocupación. Era evidente que las amenazas del cautivo no surtieron el menor efecto—. Será mejor que te calmes y me escuches.
—¡No me callaré hasta que me libere y reviente de un tajo esos insoportables ojitos brillantes que tienes! ¡No me callaré hasta saber que hicieron con Tak!
— ¿Tak? Ah, sí. Ella... Pues... ¿Cómo lo digo para que un criminal como tú lo entienda?
El alma de Klaw pareció temblar en su interior. El recuerdo de ver a su compañera caer en las fauces del hielo resquebrajado pasó veloz por su mente. Un sudor frío apareció en su rostro, y la expresión agresiva y violenta de su rostro se transformó en una de sincera preocupación.
—Tak... Tak, querida... ¿Ella está bien? —preguntó finalmente el saqueador, abandonando por completo su fachada de tipo duro—. Por favor, solo necesito saber si ella está bien.
El joven Luxio pareció sorprendido por el brusco cambio en el rostro de su prisionero, por lo que dejó de lado la actitud prepotente de antes y habló con la seriedad que el asunto ameritaba.
—Tu compañera Tak cayó en el lago Jurasarg. Lo viste con tus propios ojos, ¿no?
—Si... Lo vi...
— ¿Viste que ella misma provocó que el hielo se quebrase?
— Si... Intenté advertirle, pero ya era demasiado tarde...
— Ella cayó en el lago y bueno, Bianne mencionó algo de una leyenda sobre espíritus del agua o algo así...
— Entonces todo ha terminado. Tak ya es una mas de las almas que moran estas aguas...
Aeryl, notando algo de agitación en torno a la roca, se aproximó al Luxio y al Weavile con andar lento pero firme. Al llegar, encontró al pokémon siniestro sollozando como un niño pequeño y a un incómodo Thunder tratando de calmarlo.
—¡Vamos Klad... Kled... ¡Como te llames! —decía el pokémon eléctrico— No te alteres. ¡Solo te pregunté si sabías que pasaba con los que caen al agua!
—¿Qué haces Thunder? ¿No le has dicho todavía? —preguntó el dragón algo desconcertado.
—¡¿Decirme qué?! — exclamó Klaw entre lágrimas— ¿Qué puedes decirme para aliviar mi pena? ¡Ay! Mi querida y dulce Tak, ahora descansa con los centenares de infortunadas almas que reposan en este maldito lago.
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Pokémon Ausvandel: La academia Plateada
AventuraEn una región habitada solo por las fantásticas criaturas conocidas como Pokémon, un joven Mudkip sueña con convertirse en un valiente aventurero y explorador. Para lograr ese objetivo, se dirigirá a la prestigiosa Academia Plateada, donde podrá ap...