Capítulo 41: Veneno corruptor

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"Misterioso pasaje oscuro"

Arthel, Sorzen y Rev se encontraban recorriendo los oscuros pasadizos de una siniestra base secreta oculta bajo la tierra en plena arboleda plateada, relativamente cerca de los terrenos de la academia. La luz era tan escasa que habiendo ya dado múltiples vueltas en caminos sin salida y seguido un buen rato los instintos de la Pawniard, terminaron regresando al punto de partida. La chica, avergonzada internamente por haber perdido el rumbo, optó por quedarse en silencio después de desquitarse con un par de fierros viejos que estaban por ahí tirados, mientras los dos amigos decidían qué camino tomar.

—Esto es mucho más grande de lo que pensé — reflexionó Arthel—. No será nada fácil encontrar a Hydreth dentro de este lugar tan oscuro.

—Entonces, ¿volvemos a la arboleda? —preguntó Sorzen.

—¡Por supuesto que no! Sé que Hydreth está por aquí dentro —aseguró con aplomo el Mudkip—. Veamos... ¿antes doblamos por este pasillo de aquí no?

—Pues no estoy muy seguro.

—Este pasaje oscuro es más complicado de lo que pensé. No nos quedan muchas opciones, así que, ¡habrá que ir por el otro lado!— indicó el tipo agua echando a correr.

—Y allá va... Será mejor no dejar que se aleje mucho —comentó Sorzen antes de salir detrás de su compañero, seguido por la Pawniard que maldecía internamente al Mudkip.

[...]

Laboratorio secreto

La veterana Roserade todavía seguía sorprendida de ver a los "voluntarios" de Ashley, pokémon que claramente estaban bajo los influjos de una poderosa sustancia, y se acercaban con intenciones poco pacíficas al Dewott inmovilizado. Una vez superada la sorpresa, Fleiris no dudó en proteger a su alumno y lanzando una potente danza pétalos, trato de mantener a raya a los pokémon. Con horror comprobó que el Linoone, la Whismur y la Leavanny no reaccionaron de ninguna manera visible al ataque. Simplemente siguieron avanzando, impasibles, con la mirada perdida y gruñendo como salvajes, aunque ciertamente habían recibido daños de las ráfagas del movimiento hasta que este terminó su efecto.  La confusión que le siguió fue curada en el acto gracias a una baya caquic que la Roserade llevaba consigo.

—El efecto de mi "compuesto X" es impresionante, ¿verdad? —decía entretenida Ashley desde lo alto, viendo como su antigua profesora lidiaba con sus voluntarios.

—Es una sustancia aterradora... —murmuró Fleiris tras decidir adoptar otra técnica e inmovilizar a la Whismur y al Linoone con sus raíces—. Los pacientes no responden. Solo parecen actuar por mero instinto y no tienen cuidado por su propio bienestar.

—Oh, si lo hacen. Cada uno de mis voluntarios lucha por un bien común. Jeje... Aunque ciertamente, ellos no lo saben. Ellos tienen un punto de vista más cercano y personal. Luchan para sobrevivir.

—Hmm, ¿entonces los has convencido de que luchan por sus vidas? —comentó Fleiris esquivando una hoja aguda de Jeaffye y lanzando una bola sombra a quemarropa, que mandó al suelo a la tipo bicho—. Eso significa que tu compuesto es un poderoso sugestivo. ¿Quizás elaborado con extracto de las terrorillo?

La sonrisa del rostro de la Grafaiai desapareció. No esperaba que su maestra descubriese tan rápido el ingrediente principal de su nueva creación. Tomándose el amargo silencio de la pokémon como una respuesta afirmativa, Fleiris decidió que había dado en el clavo.

—Bien, si se trata de terrorillo, el antídoto será una semilla cura. Sin embargo, esto tiene algo más. Un elemento aerosol... ¿Polvo de titrale?¿Extracto de zinma? No... —la Roserade reflexionaba a gran velocidad mientras esquivaba grácilmente a los tres pokémon sometidos al control del veneno de Ashley. Habiendo entendido que atacarlos solo los lastimaría en vano, trataba de pensar en alguna manera de inmovilizarlos definitivamente. No eran unos simples esbirros de Ashley a los que derrotar, eran sus rehenes.

Pokémon Ausvandel: La academia PlateadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora