Ruta 220
El viaje de Arthel, el pequeño Mudkip, resultó ser una primera experiencia bastante mas sencilla y simple de lo que se imaginaba el joven pokémon tipo agua, y pronto se dió cuenta que el ave que lo acompañaba no era un compañero precisamente amigable, sino mas bien, un guía silencioso y de pocas palabras. Para cuando llegó el atardecer, la caminata que emprendiese con tanta emoción esa mañana se transformó en un simple paseo, monótono y sin sorpresas, pues la ruta por la que transitaban era bastante sencilla. Salvo una caravana de viajeros que se dirigían a Misuvia o un par de veloces pokémon mensajeros, no se toparon con nadie que detuviese su marcha.
Grower, el Toucannon, volaba a pocos metros sobre el suelo y por delante del joven Mudkip, pero de vez en cuando, simplemente descendía y caminaba, manteniendo la misma distancia. Sumido en sus pensamientos, había tratado de ignorar la incordiosa cháchara del pequeño, pero las constantes preguntas, comentarios, así como exclamaciones de asombro del chico, lo forzaron a dirigirle la palabra en mas de una ocasión. Cuando el Mudkip preguntó por el tiempo restante del viaje por centésima vez, fue que el ave perdió la paciencia y calentando su pico, arremetió contra una roca al lado de Arthel, destruyéndola por completo. Desde entonces, las últimas horas de viaje del día transcurrieron en silencio, con un Toucannon irritado y un temeroso Mudkip siguiendo sus pasos.
Cuando el sol comenzó a ponerse en el horizonte, Growert se dirigió a un costado del camino y con un gesto, le indicó al viajero novato que le siguiera. Posicionándose en las ramas de un vetusto árbol, el Toucannon dio un suspiro de cansancio y miró a su acompañante. No le caía mal el chico, pero su torrente de preguntas y palabrerío inacabable era algo que superaba los límites de la paciencia de un pokémon como él, acostumbrado a que sus paquetes se mantuviesen silenciosos, estables y bajo su constante vigilancia, no que hablaran hasta por los codos, y que a cada novedad en su camino se detuvieran para inspeccionarla y perder varios minutos. Sin embargo, intentó disimular su malhumor y relajarse antes de dormir.
-Se acerca la noche -dijo el Toucannon, intentando utilizar un tono amable- Estableceremos un pequeño refugio en este árbol para comer algo y descansar. Ya hemos viajado suficiente por hoy. De seguro que tus pequeñas piernas ya no dan más.
-No, señor Growert, puedo seguir caminando por kilómetros...
Una mirada asesina del ave congeló de terror al pequeño pokémon tipo agua.
-Eh... Si, ya me estaban incomodando mis pobres pies -dijo con nerviosismo el Mudkip - creo que debo descansar un momento...
Sin decir nada mas, el Mudkip se recostó con tranquilidad al pie del árbol y se quedó dormido, ante la incredulidad del pájaro, cuyo ceño fruncido se remarcó y su pico se tornó de un color rojo intenso. De un solo salto, el ave bajó de su rama y de un aletazo despertó al chico.
-¡Por Arceus! ¡Verdaderamente, tu padre no te ha enseñado nada del mundo exterior! ¡Vamos, tenemos un campamento que montar!
Con una exhalación, Arthel se incorporó y rápidamente se dispuso a seguir lar órdenes del ave. Growert, recurriendo a su férreo sentido de la moral, y recordando que le debía un gran favor al viejo Swampert, desechó sus instintos de dejar inconsciente al Mudkip y abandonarlo a su suerte y se armó de la paciencia necesaria para instruir al chico, que después de todo, estaba bajo su cuidado.
Le ordenó reunir un pequeño montón de ramas, piedras y hojas, y luego le enseño como elaborar un modesto pero cómodo nido entre las raíces del árbol que los albergaría por esa noche. Acto seguido, le entregó una pequeña ración de semillas y frutas. Era la cena.
Mientras comían, el ave se mostró un poco más comunicativo con el joven Mudkip.
- Es simple sentido común, muchacho -dijo Growert tras comerse una Manzana - todo aquel que viaje y duerma en las afueras, debe al menos asegurarse de preparar un refugio. Solo los tontos duermen a la intemperie, quedando a merced del clima o arriesgándose a ser sorprendidos por cualquier bestia.
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Pokémon Ausvandel: La academia Plateada
AdventureEn una región habitada solo por las fantásticas criaturas conocidas como Pokémon, un joven Mudkip sueña con convertirse en un valiente aventurero y explorador. Para lograr ese objetivo, se dirigirá a la prestigiosa Academia Plateada, donde podrá ap...