Capítulo 25: Flores a la sombra

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Academia Plateada (aula)

—Poco después, pude salir del bosque Bergrim y llegué a Nolmaria —decía Sorzen a un interesado Arthel, que había pasado un buen rato ya en silencio, aunque se notaba que se moría de ganas por hablar. El Snivy hizo una última pausa antes de terminar su relato—. Me tomó alrededor de una hora recorrer la ruta 222, pero logré llegar sano y salvo a Nolmaria, sin mayores inconvenientes. Cierto es que me crucé con un pokémon, al que por poco no lo ataco sin razón. Simplemente estaba demasiado nervioso.  En fin, pronto llegué a la empalizada que rodeaba al pueblo, la que me pareció muy poca cosa, la verdad. Un pequeño salto en una rama y estaba dentro con ayuda de mi látigo cepa.  Mantuve un perfil bajo en el pueblo, caminando y buscando el camino correcto hacia la academia. Al final llegué al mercado y le compré un par de bayas aranja a la abuela de Leaffy. Ella me indicó el camino correcto y bueno, poco después me encontré con Hank y el otro Murkrow... Y ya conoces el resto.

Arthel mantuvo un silencio y un gran brillo en sus ojos. Sorzen, bastante extrañado, continuó hablando.

—Esa es toda mi historia Arthel. Espero que entiendas ahora las razones detrás de mi silencio y mi insistencia en no darme a conocer más de lo necesario con mi verdadero nombre... ¿Arthel? ¿Te pasa algo?

El Mudkip continuaba completamente inmóvil, sin dejar de mirar con gran admiración a Snivy, quien ya se estaba poniendo bastante nervioso con la situación.

— ¿Arthel?

—¡Simplemente eres genial! —dijo de pronto el Mudkip—. ¡No puedo creerlo!¡Tengo de compañero a un príncipe! ¡Que gran honor!

—¿Oh?—como Sorzen se lo temía, el trato del joven Mudkip y todos los que le rodeaban cambiaría notoriamente nada mas se enteraran de su verdadera identidad. Esperaba que Arthel lo comprendiera, pero era evidente que no. El Snivy dio un último suspiro de resignación—. Creo que quizás estas mas emocionando de la cuenta por esto, compañero.

— Lo siento... Pero estoy hablando con un príncipe... Ni en mis sueños pude imaginar algo así. Y un príncipe bastante genial, por no mencionar que valiente, debo añadir.

— ¿Genial y valiente? — preguntó sorprendido el Snivy, pues nunca se había considerado a si mismo como alguien valiente y digno de admiración. Solo era un solitario come libros que se había fugado de su hogar.

—¡Pues claro que si Sorzen! No cualquiera tiene la determinación ni la habilidad para atravesar el bosque de Bergrim. ¡Incluso yo lo sé! Además, mi padre me advirtió muchas veces de no meterme en problemas con los Beedrill y lo peligrosos que pueden ser. ¡Y tu te enfrentaste a dos de ellos completamente solo!

—Bueno, digamos que tuve algo de suerte —reconoció Sorzen con una mano en la nuca y agachando la cabeza, un poco aliviado de que Arthel continuase llamándole de ese modo y no por su nombre real.

De pronto, el joven Mudkip pareció mudar su expresión y con gran solemnidad, se puso de pie, abandonando el asiento donde ambos pokémon habían estado conversando. Extrañado, Sorzen solo miró a su compañero.

—¿Qué tienes Arthel?

—Repito lo que dije antes, ¡eres genial, amigo! Demasiado genial, diría yo. Un príncipe que se escapa de su casa y atraviesa sin ayuda el peligroso bosque de Bergrim, nada menos... —murmuró el Mudkip de espaldas al Snivy.

— ¿Arthel?

—La verdad es que desde el primer momento supe que no eras un pokémon ordinario. Desde que era pequeño desee tener un compañero de aventuras fuerte y leal. Pensé que tu serías ese compañero...¡Y por los dioses, no me equivocaba! —Arthel se giró rápidamente y mostraba gran resolución y seguridad en su rostro mientras hablaba—. ¡Sorzen, tu eres claramente mucho mas valiente que yo, pero te juró por Lugia que algún día seré igual o mas valiente que tu! ¡Entrenaré duro y soportaré las pruebas que hagan falta para no decepcionarte, compañero! ¡Juntos vamos a ser un equipo explorador legendario!

Pokémon Ausvandel: La academia PlateadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora