Capítulo 53: El final de una era

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Academia Plateada (enfermería)

Arthel despertó con gran sobresalto y agitación. Tras quedar inconsciente el día anterior nada más regresar a los terrenos de la academia acompañado de Trucy y Terrence, el joven Mudkip apenas se enteró de nada, salvo que su amigo Snivy aún seguía sin aparecer para la hora de la cena. Por supuesto, eso le preocupó muchísimo, e intentó más de una vez el incorporarse para irle a buscar, pero su cuerpo desgastado por la batalla del día anterior todavía no estaba recuperado del todo, y sus intentos fueron vanos. Gracias a los cuidados de Leaffy y de Alba, quién se ofreció para velar por Arthel, Carl y la joven Pawniard que habían sido hospitalizados esa noche a modo de retribución (después de todo, ella fue la desencadenante del conflicto), es que el tipo agua pudo finalmente ser convencido para que descansara un momento, pues la tipo bicho le informó de que un buen número de pokémon habían emprendido la búsqueda del Snivy.

Sin embargo, la madrugada sorprendió al Mudkip ya despierto y casi completamente curado de las heridas obtenida tras su batalla con Golka, aunque todavía bastante nervioso por saber que había ocurrido con su compañero. No se veía a nadie despierto en la enfermería, seguramente todos se habían marchado a descansar.

Sin poder aguardar más la incertidumbre, Arthel se incorporó de la cama de suave brezo. El silencio matinal de la mansión le inquietó ligeramente. No estaba muy acostumbrado a despertar a esas horas, y mucho menos en una habitación que no era la suya, a pesar de todas las veces que había pasado por la enfermería. El inesperado crujir de un tablón de madera bajo su pie sonó como un trueno en medio del tranquilo ambiente, paralizando al Mudkip y haciéndole mirar hacia el biombo que servía de separador entre las camas. El escuchar el ronquido del Swalot al otro lado de la habitación le hizo creer que había pasado inadvertido, por lo que Arthel siguió avanzando con paso cuidadoso, cuando una voz le detuvo.

—Así que puedes levantarte temprano, después de todo. Irónico que sea en estas condiciones —comentó la voz de Rev desde el otro lado del biombo—. Me gustaría poder salir a entrenar ahora mismo...

—No estoy acostumbrado a madrugar tanto, la verdad —reconoció Arthel con algo de vergüenza al aproximarse al lecho donde su compañera reposaba de todas las heridas y las quemaduras que recibió en el combate del día anterior. El aspecto de su coraza ennegrecida y cubierta por linos y compresas frías en las articulaciones la hacía ver como una especie de momia, siendo apenas capaz de moverse—. Imagino que eso debe doler bastante.

—¡No me duele en absoluto! —la mirada de la Pawniard se contrajo involuntariamente al agitarse—. Es solo... una leve molestia.

—Lo siento mucho... Es por mi culpa que terminaste así. Si tan solo hubiese derrotado antes a Golka...

—¿Tu culpa? ¡No me hagas reír! Esto es solo la prueba de que todavía tengo mucho que entrenar. Todavía me falta un largo camino antes de poder superar a ese macaco fanfarrón y su estúpida ventaja de tipo.

—Oh, lo olvidaba. Tú eres como Sorzen. El fuego los lastima mucho y... —una mirada penetrante de parte de la Pawniard detuvo al Mudkip de seguir por ese rumbo, aunque pronto ella emitió un suspiro de resignación.

—Lo hiciste bien ayer, dándole su merecido a ese macaco engreído. Realmente me dejaste sorprendida.

—¿Lo dices en serio? —cuestionó Arthel con los ojos brillantes.

—Ni pienses que lo repetiré —refunfuñó la tipo acero.

Arthel permaneció en silencio unos instantes, hasta que pareció recordar algo más importante que su victoria contra el tipo fuego.

—Oye, Rev... ¿Has sabido algo al respecto de Sorzen? ¿Sabes si lo encontraron anoche?

—Ese Snivy idiota... Me pregunto qué es lo que le habrá pasado. No he sabido nada de él desde que esa Leavanny se lo llevó en brazos anoche.

Pokémon Ausvandel: La academia PlateadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora