Like I Can [James Potter] (Wattys2022) ✓

52. Bienvenidos al Mundo Marlene y Charlus Potter

16 de febrero de 1995

Bueno habían pasado unos meses desde la primera prueba y me alegraba que Harry no estuviera tan solo, tenía a Ron, Hermione, Asher, Marie y Neville que lo ayudaban demasiado en todo. Así que me sentía un poco más tranquila de que él no estuviera solo en esto.

Hace dos meses fue el Yulle Ball y los niños se lo habían pasado demasiado bien, Marie había ido con George, Neville con Ginny, Harry con Parvati, Ron con Padma y Asher había ido con una francesa que ni él recordaba el nombre.

Obvio que también fuimos no solo para vigilar un poco a los niños sino que también porque Sirius y James habían insistido demasiado en ir. Algo que no estaba muy de acuerdo porque en ese momento había cumplido los siete meses y solía cansarme demasiado rápido, al igual que ahora que ya tenía nueve meses y en cualquier momento podía dar a luz. Esperaba de todo corazón que los mellizos nacieran antes de la Segunda Prueba de Harry porque la verdad si quería ir a verlo. 

Según me dijo, gracias a la ayuda de Cedric pudo descifrar lo que decía el huevo y por lo que me contó, la segunda prueba sería en el Lago Negro. La verdad es que no se me ocurría nada en que podría consistir esa prueba y eso que estuve semanas investigando, sin éxito alguno.

Como ahora que me encontraba demasiado concentrada buscando información en la sala sentada en el suelo rodeada de libros. Buscando algo para poder ayudar mas a Harry, la verdad es que tampoco esperaba a nadie y James se había ido a casa de Sirius para hacerles una visita. Yo no quise ir porque no tenía muchas ganas y prefería estar en casa buscando información, ya que mi vientre no me permitía hacer ciertas cosas.

De pronto sentí un líquido en mi parte baja y sabia perfectamente de que significaba eso.

—Genial, niños os amo, pero pudisteis hacer eso cuando papá estaba en casa —susurre y de pronto una contracción apareció logrando que hiciera una mueca—. Lo juro, no dejaré que vuestro padre me vuelva a tocar —susurre y me levante con cuidado, hice aparecer el bolso del hospital y avise con un patronus a todos. Esperaba que al menos uno viniera a ayudarme con esto.

Estuve unos minutos sentada en el sofá porque el dolor no me dejaba estar de pie, debía reconocer que los minutos se me estaban haciendo eternos y solo rezaba para que alguno apareciera ya. De pronto la puerta se abrió de golpe y en ella estaban James, Remus, Sirius, Freya e Ivy.

—¡Addie! —se acerco corriendo James preocupado hacia mí.

—Te juro Potter que te voy a matar cuando salga de esta —Freya se acerco a mí divertida.

—Yo te ayudo a esconder el cuerpo pecadora —los dos me ayudaron a levantarme y con cuidado salimos de casa al igual que el resto. 

James me ayudo a entrar en el coche y Freya se coloco conmigo en el asiento de detrás mientras Sirius se sentaba en el asiento del copiloto y James conducía. Remus e Ivy iban en otro coche.

Llegábamos bastante rápido, pero debía admitir que fue gracias a que James había conducido bastante rápido. Al llegar a San Mungo, James salió primero del coche y me ayudo a salir para ir los dos dentro. 

Los demás estaban detrás de nosotros, una enfermera nos vio y vino con una silla de ruedas y me coloco ahí para tirar de mí a una habitación. En ningún momento solté la mano de James, lo miré varias veces para verlo demasiado nervioso.

Entramos en la habitación y me pusieron una bata y me acostaron con cuidado en la camilla en lo que venía nuestra doctora. Sentía la necesidad de pujar, pero me contenía hasta que la doctora llegara.

—Todo ira bien amor —me dijo James mientras me daba un beso en la mejilla.

—Claro como tú no sufres.

—Sufro viéndote así —lo miré mal.

—No sufriste cuando decidiste... —pero me interrumpió Sirius.

—Shhhh, o tu imagen de mujer inocente se va a la mierda —Freya soltó una gran carcajada.

—Esa imagen desapareció cuando James la ato mientras lo hacían —James soltó una pequeña risa mientras yo me moría de la vergüenza, ¿cómo demonios sabía eso Freya? —. Leo mentes cielo.

—Iros a la mierda todos, menos Remus e Ivy... —los mencionados sonrieron.

La doctora apareció con una sonrisa mientras se acercaba a mí.

—Veo que vienes muy acompañada querida —asentí mientras ella me revisaba.

—Y lo siento señora, pero no me pienso mover de aquí y bueno ninguno se va a ir —la doctora asintió, digamos que ya le avise de lo que eran capaces Freya y Sirius si no estaban.

—Bien Addie creo que ya estás lista para pujar —asentí haciendo una pequeña mueca.

—Si no salgo viva de esta que alguien mate a Potter, porque si caigo yo, cae él —Freya me agarro de la mano al igual que James.

—Tranquila cielo, yo me encargo de matarlo lentamente y dolorosamente —James la miro ofendido—. Oye no me mires así son sus últimos deseos y como buena mejor amiga y hermana, obvio que le voy a conceder ese deseo.

—Para que enemigos si te tengo a ti rubia —soltó James logrando que Sirius riera—. No te rías que si yo muero tú vienes conmigo Canuto.

—Ni que fuera un juego de domino Fleamont —le dijo Freya.

—Pues lo siento, pero Canuto sufre las consecuencias —hablo el miope.

—¿Qué culpa tiene el pobre de que tú no sepas la función de un condón? —¿en serio se iban a poner a discutir ahora que estaba muriéndome de dolor?

—Pues... Ahora no se me ocurre, pero me da igual si yo caigo, el perro también —Freya volteo los ojos.

—Me parece injusto.

—Pues no lo es Adams —le dijo James.

—¡Hola! ¡Si soy Adele y voy a dar a luz a tus hijos Potter! ¿Podéis dejar de discutir en este preciso momento? Porque esto duele como el demonio y paso de veros peleando por quien se muere antes —eleve la voz adolorida.

Todos asintieron y la doctora me dio la señal de pujar, la verdad es que había olvidado lo doloroso que era esto, eso si la mano de James sufriría las consecuencias. Estuve pujando varias veces hasta que de pronto se escucho el llanto de uno de los bebés.

—Muy bien Adele, ya solo queda el niño —me animo la doctora mientras una enfermera revisaba a la pequeña.

—No puedo mas — susurré cansada y demasiado adolorida, no estaba segura de que pudiera una vez más.

—Vamos amor, tú puedes con esto... —me animo James con una pequeña sonrisa y asentí.

Volví a repetir el mismo proceso como lo hice con Marlene, hasta que después de unos intentos el llanto de Charlus se escucho. 

Suspire aliviada y James con lágrimas en los ojos me dio un beso en la frente.

—Estoy muy orgulloso de ti —susurro él logrando que sonriera. La enfermera nos dio a los bebés con una sonrisa y tanto James como yo estábamos llorando de la emoción. Él tenía a Marlene y yo tenía a Charlus, los demás nos veían con una gran sonrisa.

—Bienvenidos al Mundo Marlene y Charlus Potter — susurré viéndolos con una gran sonrisa.

NOTA DE LA AUTORA

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