Like I Can [James Potter] (Wattys2022) ✓

15. Deja vu

6 de agosto de 1985

Habían pasado ya unos meses desde que a Harry le pusieron sus gafas y había que admitir que fue y es un trabajo demasiado duro que se las deje puestas. Siempre las escondía en cualquier sitio que tuviera oportunidad, en eso se parecía a James. Según la señora Potter me había contado que James siempre solía esconderlas de pequeño porque no le gustaban como le quedaban. En Hogwarts paso lo mismo, pero lo convencí de que se las dejara puestas porque de verdad se veía demasiado lindo con ellas, aunque él dijera que no yo sabía que la razón la tenía yo.

—James, ¿y tus gafas? —él se encogió de hombros y me miro con una sonrisa inocente.

—Amor, no lo sé. Creo que me las han robado —enarque una ceja divertida mientras negaba—, es en serio.

—Cariño, los dos sabemos que eso es mentira —saque de mi bolso sus gafas de repuesto—, o te pones estas o te pones las tuyas, tú eliges.

James bufo mientras buscaba en sus bolsillos seguramente sus gafas, yo sabía que siempre aprovechaba la oportunidad de esconderlas. Él odiaba llevarlas porque decía que le quedaban horrible, cosa que no era cierta. James las encontró y se las puso a regañadientes.

—¿Feliz amor? —asentí con una sonrisa mientras me acercaba a él para darle un beso en la mejilla.

—Demasiado amor, además sigo sin entender por qué no te gustan, te hacen ver muy adorable y muy lindo.

—No me gustan Addie, siento que me sientan muy mal y que no parezco un chico guay —susurro él bajando la mirada, con cuidado le levante la cara para que me viera.

—Escúchame muy bien James, de todas las formas posibles te ves lindo y un chico guay. No porque lleves gafas vas a ser menos guay o menos atractivo. Si te digo que te quedan bien las gafas es porque es verdad. Me gusta mucho como te quedan y no lo digo porque sea tu novia, lo digo porque es la verdad —él me regalo una sonrisa abrazándome muy fuerte.

—Te amo demasiado —susurro él mientras le correspondía el abrazo de la misma manera.

—Yo te amo más —murmuré yo. James se separó un poco y me vio con esa hermosa sonrisa que tenía para acariciarme delicadamente la mejilla y besarme. Lo amaba demasiado incluso sus defectos y todo lo que él odiaba de sí mismo yo lo amaba. Porque esas pequeñas cosas que el poseía eran las que lo hacían ser James Potter y esperaba de todo corazón que nunca cambiara por alguien. Si lo hiciera, que fuera por sí mismo, no por alguien más.

Harry era igualito a él, los mismos gestos, las mismas muecas y actitudes. Aun recuerdo cuando tuve que hablar con él sobre la importancia que tenían las gafas. Era tan terco como su padre, se negaba rotundamente a no llevarlas.

—Harry, ¿y tus gafas? —él se encogió de hombros y me regalo una sonrisa inocente.

—Mamá, no lo sé. Creo que me las han robado —enarque una ceja divertida mientras negaba—, es en serio mamá. ¿Por qué no me crees?

—Cariño, los dos sabemos que eso es mentira —saque de mi bolsillo sus gafas de repuesto—, o te pones estas o te pones las tuyas, tú eliges.

Harry bufo y saco las gafas de su bolsillo, sabía que siempre aprovechaba la oportunidad para esconderlas. Él odiaba llevarlas porque decía que se veía horrible, cosa que no era cierta. Harry me miro haciendo un puchero y yo negué con una sonrisa haciendo que él a regañadientes tuviera que ponérselas.

—¿Feliz mamá? —asentí con una sonrisa mientras me acercaba a él para darle un beso en la mejilla.

—Demasiado amor, además sigo sin entender por qué no te gustan, te hacen ver muy adorable y muy lindo.