36. ¿¡Qué Harry que!?

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31 de octubre de 1991

Había pasado casi un mes desde que James me había pedido ser su novia y siendo sinceros, era todo tan perfecto que creía que en cualquier momento toda mi felicidad se esfumaría. Pero teniendo a James a mi lado todo eso se esfumaba. Los días con él eran perfectos, solíamos salir todos los días, un día fuimos a una tienda de música Muggle y compramos algunos discos. Otro día fuimos al parque de atracciones y estuvimos todo el día divirtiéndonos como cuando teníamos 17 años, otro día íbamos al campo y James siempre iba preparado con comida hecha por él y varios libros y música. Cada día era una aventura con él, que jamás me cansaría de repetir.

Sobre nuestra boda, lo estuvimos hablando demasiado, y sabíamos que Freya y Sirius también querían celebrarla en verano al igual que nosotros, así que su boda sería a mediados de junio y la nuestra a mediados de mayo, James quiso que fuera en mayo. La verdad es que tenía muchas ganas, pero a la vez tenía un poco de miedo, porque sabía lo que conllevaba organizar una boda. Aunque tanto James como yo queríamos una boda sencilla por no decir que James había propuesto hacerla en el jardín de casa, ya que era lo bastante enorme para celebrarla. Así que el catorce de mayo James y yo ya estaríamos casados, sonaba demasiado raro eso porque no pensé que podría ser cierto. A veces solía mirar el anillo para confirmar lo que en unos meses pasaría. Estaba demasiado ansiosa de que llegara el día y James estaba en las mismas que yo al igual que los niños. 

Aun recuerdo lo que me dijo James sobre el anillo. Era de Euphemia y ella se lo dio porque estaba convencida de que James y yo nos casaríamos, luego paso lo que paso y él lo guardo porque sabía en qué en cualquier momento siempre volvería a mí. Era algo demasiado lindo de su parte.

Aun recuerdo cuando fuimos a la tienda de música, recuerdo que ese se había convertido en nuestro lugar favorito porque no solo había discos sino que también libros y cámaras, lo que James aprovecho para comprar una e inmortalizar recuerdos de toda la familia.

—Señorita Williams, espero que esté lista —James apareció en mi campo de visión con una sonrisa y una rosa en la mano. James había decidido hace tiempo atrás, aunque yo ni enterada, darme una rosa todos los días. Me lo contó él hace unos meses que en un lugar escondido del jardín tenía un pequeño sitio donde plantaba rosas y todos los días iba a cuidarlas y solía darme una todos los días o a veces mas. Lo bueno es que con magia había logrado que no se marchitaran así que tenía todas las rosas que solía darme James en un hermoso jarrón.

James había empezado a trabajar en el Ministerio aunque no solía pasarse todo el día ahí, así que como él se levantaba antes, porque no quería despertarme. Siempre me dejaba una nota con una rosa en su almohada para verlas nada más despertar y era algo demasiado hermoso.

—Dime por favor que no me venderás los ojos —él soltó una pequeña risa y negó—. Menos mal.

James negó divertido y me agarro de la mano para salir de casa, James había decidido que lo mejor sería transportarnos, así que eso hicimos, hasta llegar a un lugar apartado de gente.

—Solo confía en mí —asentí y salimos de ese pequeño callejón para darme cuenta de que estábamos en el Mundo Muggle, hacía tiempo que no venía por aquí y siendo sincera lo había extrañado demasiado. 

Estuvimos caminando un buen rato hasta que llegamos a lo que era una tienda de música, entramos y el sitio era super hermoso. Había pósteres de algunas bandas de Rock y solistas por las paredes al igual que algunos discos pegados también. Había enredaderas, pero no eran reales, también estaban demasiado bien colocados algunas cosas. Al fondo había una pequeña cafetería y también había muchísimos libros. Así que estuvimos bastante tiempo ahí, siendo nosotros tan perfectamente imperfectos.

Ahora como solía hacer siempre, me encontraba en la Sala con mi taza de café y un buen libro. Me gustaba el silencio y la paz, eran dos cosas fundamentales en mi vida, aunque teniendo a los niños y a tres Merodeadores era un poco difícil. Había que reconocer que era divertido tenerlos a todos, eran un caos, pero era un lindo caos. Aunque me preguntaba como sería dejar a los niños con James y Sirius, no me preocupaba por Remus porque sabía que lo tendría controlado, pero nunca supe como sería dejarlos en manos de Cornamenta y Canuto. Siento que serían capaces de quemar la casa sin problema alguno, por eso mismo no estaba muy segura de poder dejarlos con los niños.

—¡Sirius! —grito James emocionado entrando en casa mientras sostenía una carta. Sirius bajo rápidamente tropezándose con las últimas escaleras, mientras que Freya lo seguía pero tranquilamente. 

—¡Cornamenta! —James le enseño la carta y yo me levanté para verlo confundida.

—¡Harry, Ron y Hermione pelearon con un troll! —Sirius lo miro impresionado, mientras que Freya abría los ojos impresionada y yo bueno estaba procesando todo, estaba segura de que ahora estaba pálida, así que mire a James sorprendida.

—¿Qué Harry que? —eleve la voz mientras James me veía asustado.

—¿Tú no habías salido? —elevo él la voz preocupado.

—Obvio que no maldita sea —James se acerco a mí y me dio una abrazo.

—¿Sabes que eres la mujer mas hermosa del mundo?

—No intentes comprarme Fleamont —él se separo y agarre la carta enfadada para alejarme de todos y leerla.


Querido papá: 

Antes de que la Profesora McGonagall os manden una carta y a mamá le dé algo, quería informarte que hoy hemos luchado Ron, Hermione y yo con un troll enorme. Nunca pensé que podría ver uno, la verdad es que era demasiado feo.

Pero estoy seguro de que te preguntaras del porqué hemos luchado con él. Digamos que Ron dijo algunas cosas no muy lindas de Hermione y bueno ella escucho y se fue llorando al baño. Había pasado tiempo y tuvimos que ir a cenar, así que Ron, Neville y yo fuimos, pero mientras estábamos comiendo el profesor Quirrell entro corriendo en el Gran Comedor y grito que había un troll en las mazmorras y bueno luego se desmayo. 

Cuando Percy nos llevo hasta la Sala Común, recordé que Hermione no había vuelto del baño, así que fuimos rápidamente a buscarla y el troll estaba en el baño con ella.  

Después de pelear con él logramos dejarlo inconsciente aunque debo admitir que fue asqueroso sacarle mi varita de la nariz, no preguntes por qué.

Cuando vuelva para Navidad te lo contaré todo con detalle papá, mientras tanto por favor que mamá no se entere, no quiero que se preocupe.

Os amo a todos.

Harry James Potter Williams.


Lo único claro que tenía es que cuando viniera estaría en un buen lío.






NOTA DE LA AUTORA

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Os amo❤


Like I Can [James Potter] (Wattys2022) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora