Changing my Life. [Terminada]

Capítulo 42: Controla tus Hormonas!

Me dejé caer sobre un montón de almohadones de colores que estaban en una esquina de la habitación, suspiré.
- Bueno, si sucedió quiero que ella sea capaz de decírmelo, y acabemos de una vez por todas esto. -dije en voz alta.
En eso Valerie entró por la puerta.
- Hola… ¿Qué haces ahí?
- Nada, sólo pienso –la verdad es que quería abalanzarme a hacerle millones de preguntas, pero no sabía cómo.
- Ooooook. ¿Estás bien? –dijo caminando hacia mí pero se detuvo pues esa fastidiosa música volvió a sonar.
- ¿Podrías cambiarle el tono por favor? –dije cubriéndome los oídos.
- ¿Qué hace mi celular fuera de mi bolsa? –tomó el aparato de la cama.
- La música me desesperó y lo saqué… -respondí sinceramente.
- Ah ok –me sonrió y se acomodó en el cabecero de la cama para leer; Al leer su rostro cambiaba mucho, primero extrañada, luego confundida -¿Por qué confundida? ¿Y si no se acuerda y ese cretino le hizo algo malo? ¡Juro que lo acabo!- Y finalmente se sonrojó y soltó una carcajada. ¿Qué estaba pasando?

Cuando se recuperó tras reírse, me miró y dejó de sonreír tornándose seria ¡Culpable!
- ¿Qué sucede? –pregunté seco pues quería saber todo antes de salir de esa casa y no volver jamás.
- Nada. –respondió rápidamente. Se acomodó nuevamente pues se torció mucho cuando se rio, y comenzó a teclear en su celular, su rostro mostraba entre preocupación e ira ¿Arrepentimiento? ¡Já! 
- ¿Quién es ‘Ricky’? –pregunté pasando mi mano derecha por mi cabello tratando de serenarme, aunque entre discusiones y situaciones que podrían alterar a cualquiera, siempre podía mantener el control.
- … Un…Amigo…
- ¿Por qué dudas?
- Es complicado…
- Escucho…
- Pues verás, paso todos los veranos en Suiza –ahora todo tenía sentido, amor de verano, pero de cada verano…Me siento como un… ¡Idiota!- Richard es vecino de mi tía, donde siempre me quedo, nos conocimos hace años, y es mi mejor amigo… -¿Mejor amigo? ¡Já! Me estaba viendo la cara ¿O qué?
- Veo… no me habías platicado de él antes…
- Si lo sé, y creo que ahora ya no es mi mejor amigo -¿En serio? ¿Eso realmente estaba pasándome a mí?
- ¿Por qué? –me mantenía muy calmado.
- Lo que sucede es que ahora hay una chica…
- ¿Y estas celosa de ella?
- ¡No! ¿Cómo se te ocurre? La cuestión es que esta ‘chica’ no me agrada ni me agradará jamás; Y Ricky en una fiesta a la que fuimos se le declaró cantándole, como odio a la chica enfurecí y me fui del lugar, pero no sin antes regarle ‘’accidentalmente’’ algo de ponche en su vestido…-hizo las comillas con las manos.
- ¿Qué? –pregunté incrédulo, o era una historia muy rebuscada o era verdad, pero que ridículo, aunque en ese caso yo podía ser el ridículo dudando de Valerie.
- Sí, Lo sé, suena bastante inmaduro ¡Pero la odio! –dijo dibujando una sonrisa maliciosa.
- ¿No será que sientes algo por Ricky? –debía preguntarlo, a fin de cuentas era lo único que me interesaba saber.
- No. La verdad no, sólo somos amigos, pero la chica siempre me trataba mal, así que cómo no odiarla.
- Ósea que tú y él no…
- ¿No qué? -preguntó ella confundida.
- Nada, nada… -suspiré muy aliviado. ¿Cómo dudé de Valerie? ¡Qué tonto! Sólo sabía que era un celoso. Sonreí sin notarlo.
- ¿Qué sucede? ¿Por qué sonríes así?
- Nada, nada…
- Vamos dime ¿Cuál es el chiste? –me levanté y me acerqué al borde frontal de la cama y llegué a ella gateando.
- ¿La verdad?
- Sí por favor.
- Ok… Lee los primeros mensajes… y trata de ponerte en mis zapatos…
- ¿Leíste mis mensajes Malik? –preguntó con un leve tono de furia.
- Si… Lo siento, Sólo hazlo… -empezó a leer los mensajes, mirándome en cada pausa.
- ¡Oh por Dios! Tú, tú…pensaste qué yo…yo tuve algo con... Ricky?
- Sip. –bajé la mirada, estaba algo apenado por pensar mal de ella.
- ¿En serio? Pero si yo JAMÁS te haría daño.
- Imagina mi reacción…
- ¡Ven aquí tonto! –Tomó mi rostro en sus manos y al separarnos añadió –Además Ricky sabe que soy sólo tuya. Antes yo le gustaba, pero lo hablamos y sólo somos amigos. No vuelvas a pensar eso de nuevo, yo sería incapaz corazón. –me besó de nuevo, sus labios junto a los míos era una de las mejores sensaciones de la vida, y no estaba dispuesto a perderla después de lo que me dijo.
- Si… lo sien… -me calló con un beso más apasionado.