Parte 54

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Capítulo 54

Jenn salió de la reunión hecha un manojo de nervios. No solamente la habían humillado diciéndole que sus propuestas para incrementar la expansión de TurboSoft en el mercado eran inviables, sino que parecían ser el sueño de una chica que se acabase de graduar de la universidad.

Era estúpido que pensaran eso de ella. Era una mujer decidida y fuerte. Una mujer que entendía las visiones del futuro y que creía firmemente en que le futuro de la inteligencia artificial estaba en campos como la medicina y la exploración espacial, no en las compras o en el ejército. ¿Un robot avanzado de ataque? Eso sí que era absurdo.

No muy en el fondo, Jennifer sabía que Iván, su nuevo supervisor, era el autor de esa pequeña campaña de desprestigio en su contra. Se estaba vengando por los comentarios que ella había dicho, aludiendo a su latente homosexualidad.

—Debería de decirles a todos que a ese tipo le encanta que le empujen la mierda por el trasero.

—Estoy comiendo, Jenn —se quejó Derek—. Cambia el tema y calma.

—Para ser un hombre que sale con tanta mujer se le cruza en el camino, no sabes que a una chica alterada no se le dice que se calme.

Jenn le dio un sorbo a su cerveza y se llevó un manojo de cacahuates a la boca.

—Velo de esta manera: que Iván te ataque es signo de que te ve como una amenaza para su puesto. Algún día tú podrías ser supervisora.

—No, gracias —suspiró la mujer, haciendo grandes esfuerzos para serenarse—. No quiero vivir trabajando por el resto de mi vida. Tengo una novia maravillosa con la que quiero pasar tiempo. No voy a arruinar mi relación trabajando las veinticuatro horas de día.

—Entonces me parece que elegiste la carrera equivocada.

El comentario hirió a Jenn, pero ella sabía que Derek tenía razón. Sus aptitudes como ejecutiva de TurboSoft la llevarían lejos y francamente, no se sentía preparada para emprender semejante viaje. Ya podía imaginarse de aquí para allá en reuniones de negocios, preocupada día y noche por la bolsa de valores y siempre pegada al teléfono.

No era la mujer que quería ser.

—Iré a acostarme —dijo después de terminar su cerveza—. Tengo muchas cosas en qué pensar.

—¿Cómo en qué? —Derek alzó la vista de su plato—. Pensé que esperarías a los demás para la cena.

—Diles que me sentía mal. No quiero estar en la misma mesa que un montón de tontos presumiendo sus viajes y sus relojes caros.

—Vaya —sonrió el hombre de color—. Me parece que la grandiosa y vanidosa Jennifer ha cambiado mucho.

—Puede ser —dijo ella con una expresión calmada—. Además quiero hablar con Mireya. Le dijo a su hija menor que se está divorciando de su papá y ella no se lo tomó nada bien.

—Los divorcios siempre son difíciles para los niños —comentó Derek con empatía—. Te necesita.

—Así es. La niña es adorable. Deberías conocerla un día de estos.

—Lo haré cuando me invites —alzó la copa.

—De acuerdo, de acuerdo. Quiero que Mireya se involucre un poco más en mi círculo social. Ella no tiene muchas amigos. Está tan sola...

—Te tiene a ti.

—Ojalá el amor de una pareja fuera suficiente para llenar a una persona. La gente necesita amigos.

—Esa chica tiene suerte de ser tu novia.

—Sólo un poquito —dijo tratando de ser modesta.

Se despidió de Derek con un beso en la mejilla y subió a la habitación para hacer una llamada.

[Terminado] A mamá le gustan las mujeres [Historia Lésbica]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora