Parte 14

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Capítulo 14

Alice volvió de la junta y se dejó caer sobre su silla reclinable. La fusión entre HardTec y TurboSoft estaba próxima y los directivos no dejaban de ir y venir. Se hablaban de contratos millonarios, de alianzas estratégicas con inversionistas y hasta el tipo ese de Tesla estaba interesado en los proyectos de inteligencia artificial que estaban desarrollando.

Todo iba bien en el trabajo, pero la vida sentimental de Alice empezaba a desmoronarse, y lo peor es que ella misma se daba cuenta. Era como ver un edificio caerse a pedazos sin poder hacer nada por la gente del interior.

No era feliz, aunque tampoco podía afirmar que se sentía devastada por la depresión al haberse separado de Mireya. Una parte de su corazón seguía pensando en esa mujer y la otra, intentaba a fuerzas olvidarla, enfocarse en alguien más y en divertirse. Alice no sabía a cuál hacerle caso y se sentía atrapada entre su pasado y su futuro.

El memorándum sobre el escritorio estaba firmado y sellado por recursos humanos. Era la baja definitiva de Mireya después de que faltara tres días sin comunicarse con la empresa. Alice no lo entendía. ¿Era por ella? ¿A caso la odiaba tanto, que prefería marcharse para siempre y perder todo lo que había ganado con los años?

—Se suponía que ella sería jefa de departamento después de la fusión. Era una sorpresa.

Resopló y puso su firma de enterada en el memo. A pesar de que se había separado, Alice estaba lista para ponerla como su primera opción para ocupar su puesto. Tanto HardTec como TurboSoft se tendrían que reorganizar, habrían despidos y puestos vacantes. Alice pensaba ascender y dejar a Mireya en esa espaciosa oficina, ganando tres veces su sueldo y con el doble de prestaciones.

Supongo que está viendo por su salud mental. Este trabajo es muy estresante.

Abrió el cajón para guardar el memo, y se topó con la cajita de porcelana donde estaba el anillo de compromiso que había querido darle. Ahora, esos deseos sonaban lejanos y tristes, como un pez llevado por la corriente. Apoyó el codo sobre la mesa y contempló el anillo con una sonrisa melancólica. Sus ojos se llenaron de lágrimas y su nariz se congestionó.

—Yo realmente quería casarme.

No valía la pena seguir con eso. Alice sabía que se estaba haciendo daño. Su traicionera mente enviaba imágenes de un futuro que ya nunca sería posible: una boda, una casa para ellas solas, una mascota y un bebé. Le habría encantado cumplir todos esos sueños. Sólo le quedaba ver cómo se desvanecían para siempre.

Metió el anillo en la cajita y lo lanzó al bote de la basura. Se limpió las lágrimas y encendió su computadora para revisar los correos y seguir de cerca los documentos que seguían enviándole para que los revisara. Trabajó sin descanso y sin almorzar hasta que dieron las cinco de la tarde.

Decidió que ya había tenido suficiente. No se quedaría a hacer horas extras esta vez. Necesitaba un trago con urgencia. Quería reír con sus nuevos amigos y olvidar por completo a esa mujer que había desaparecido de su vida, tal vez para siempre.

***

—Debes conocer a alguien más —dijo Carol mientras tomaba asiento sobre las piernas de Oscar y este la abrazaba por la cintura.

—Tiene razón —Leydi compartía su sentir—. Hay miles de mujeres con tus preferencias en esta ciudad. ¿Qué te cuesta hallar a una? Estarían encantadas de salir contigo. Eres atractiva, ganas muy bien y sobre todo, te comprometes con una relación.

Oscar le dio un sorbito a su trago.

—Si yo fuera mujer, saldría contigo.

—¿Tú? —Rió Alice—. Pensé que estabas con Carol.

[Terminado] A mamá le gustan las mujeres [Historia Lésbica]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora