❤︎𝙲𝚘𝚗𝚟𝚒𝚛𝚝𝚊𝚖𝚘𝚗𝚘𝚜 𝚎𝚗 𝙰𝚗𝚒𝚖𝚊𝚐𝚘𝚜.

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ℕ𝕒𝕣𝕣𝕒 ℝ𝕖𝕞𝕦𝕤.

Estaba en la cama de la enfermería esperando a que llegara Violett con los chicos, estaba muy nervioso. Le pedí a Violett que los trajera ellos debían también saber que soy, creo que es una locura ¿Si ya no quieren ser mis amigos?.

Hubiera seguido pensando de no ser que la puerta de enfermería fue abierta, por ella entraron Violett con los chicos todos en pijama (que esperaban son las 3 de la mañana), vi la preocupación en la cara de mis amigos a verme en este estado, solté una sonrisa a ver cómo Sirius traía abrazada a Violett por el frío de la madrugada, ya que ella no tenia nada que la cubriera.

—Remus amigos ¿Que sucedió?.—dijo James llegando a mi lado, siendo seguidos por los demás que rodearon la cama donde estaba.

—No se como decirles esto, ni siquiera se como empezar.

—Porque no lo haces por el principio.—dijo Sirius tratando de romper el momento incómodo.

Yo me quedo callado.

—Lo mejor será que nos sentemos.—sugirió Violett,

Ellos obedecieron James y Peter se sentaron juntos en la cama de mi derecha, y Violett y Sirius se sentaron abrazados en la cama izquierda.

—Remus les va a comentar porque desaparece por estas fechas.—dijo Violett ayudándome.

—¿No te vas por tu madre?.—pregunto un confuso Peter.

—De echo no, en estos tres años ninguna vez mi madre a enfermado. Yo me tenía que ir, me tenía que alejar para no herir a los que quiero y me quieren.—empecé explicando.

—No comprendo.—dijo James.

—Ya somos dos.—le siguió Sirius.

—Tres.—dijo por último Peter.

—Dejen de interrumpir a Remus de una maldita vez.—dijo Violett con voz de enfado, mis tres amigos se callaron ya habíamos tenido la suerte de verla enojada y no era algo bueno de ver.

—Yo soy....yo soy...yo.

—Remus mírame, respira.—dijo Violett sentándose a mi lado y haciendo que la mirara, hice lo que me dijo.—Se que estas nervioso, pero ninguno te dejaremos.

—¿Me lo prometes?.

—Te lo prometo.

Se quedó conmigo, respiré un par de veces y los vi a todos y solté.

—Soy un hombre lobo.

Espere su reacción, fueron segundos largos y de angustia, estaba esperando que se fueran, me gritaran incluso golpearan pero no sucedió así.

—Me debes 20 galeones James.—grito Sirius.

Estaba anonadado.

—No es justo.—dijo cruzándose de brazos.—Te los doy en el cuarto.

—¿Ya lo sabían?.—pregunté.

—Lo habíamos mencionado, pero cuando Violett me dio su idea estuve muy seguro, estaba esperando que lo confirmaras.—dijo Sirius.

—Violett fue la primera que lo comentó, pero no quise créele hasta que tú nos dijeras la verdad, pero siempre supe que ocultabas algo.—Dijo su punto de vista James.

—Siempre supe que guardabas un secreto, pero nunca supe cuál era.—dijo por último Peter.

—¿Me odian?.

Espere con calma su reacción, pero lo que hicieron fue que se levantaron y me abrazaron, teniendo cuidado de no lastimarme, quedamos en un abrazo los cinco.

—No podríamos odiarte, sigues siendo nuestro amigo hombre lobo o no.—dijo James.

—Somos amigos, hermanos eso no nos separará, lo prometimos siempre juntos.—dijo Sirius.

—No te dejaremos te queremos Remus.—dijo Peter.

—No se que decir, solo puedo decirles gracias por ser mis amigos.

Nos volvimos a abrazar con fuerza.

—Estuve pensando en ayudarte en las lunas.—dijo Violett.

—No—dije con fuerza.

—¿Por que?.

—Les puedo hacer daño, y no me lo perdonaría.

—Si te ayudamos siendo humanos, nos dañarías pero ¿si fuéramos animales?.

—¿De que hablas?.—dijo James.

—¿Si nos convertimos en animagos?, es algo lento y duro, pero si estamos dispuestos yo puedo realizar el hechizo para convertirnos en animagos, solo tendríamos que conseguir las hojas de mandragora y hacer la poción. No se si ustedes quieres pero yo lo haré.

—Nosotros también.—dijeron James y Sirius y Peter asintió un poco después.

—Están dispuestos a hacer esto por mi.

—Claro que si.

𝙻𝚊 𝙷𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗𝚊 𝙱𝚛𝚞𝚓𝚊 𝙳𝚎 𝙻𝚘𝚜 𝙿𝚎𝚟𝚎𝚗𝚜𝚒𝚎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora