❤︎︎𝙷𝚊𝚋𝚕𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚌𝚘𝚗 𝚕𝚘𝚜 𝚜𝚎𝚗̃𝚘𝚛𝚎𝚜 𝙿𝚎𝚟𝚎𝚗𝚜𝚒𝚎

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ℕ𝕒𝕣𝕣𝕒 𝕊𝕚𝕣𝕚𝕦𝕤.

Era sábado, el profesor Dumblundore nos permitió pasar el fin de semana fuera de la escuela para darle la noticia a los padres y hermanos de Violett, aprovechando que todos estaban en su hogar y yo estaba aterrado, siento que no saldré vivo de esa casa. Creímos que quizás Dumblundore nos castigaría o nos regañaría pero al contrario nos felicitó por el nuevo integrante, aunque Violett se enojó cuando le dijo que sus clases de duelo serían suspendidas, pero cuando le explico la razones que era para cuidar el bebé ella aceptó de inmediato.

—¿Estas listo?.—me pregunto Violett abrazándome por la espalda.

—No, siento que tu padre me matará.

—Mi papi no es malo.

—No digo que sea malo, pero cariño tu padre me amenazo cuando le pedí para ser tu novio, ahora como le diré a tu padre que te deje embarazada, que te toque y te hice muchas cosas para hacer a su nieto.

—No creo que debas decirle como fue que lo hicimos, solo debemos decirle que estoy embarazada de dos semanas y el tendrá un nieto en nueve meses.

—Estoy seguro que el y tu hermano me golpearan.

—¿Cual hermano, tengo cuatro?.

—Peter tu mellizo, presiento que el también me matará.

—No exageres vamos.

Ella me tomó de la mano y me arrastro por el castillo, sabía que ella estaba emocionada no solo por el bebé, si no por ver a sus padres y hermanos, llegamos a la oficina de Dumblundore para utilizar la chimenea.

—Muy bien, Sirius Violett el domingo por la noche deben volver aquí al castillo, tendrán estos dos días para darle la noticia a los señores Pevensie, buena suerte.

—Gracias.—dije sincero sacándole una sonrisa a Dumblundore, ya que estoy seguro que la suerte era para mi.

Tomamos los polvos flu y dijimos "caldero chorreante", aparecimos en Londres. Comenzamos a caminar por las calles que nos llevarais a su casa, era una sorpresa para su familia ya que no sabían que iríamos, teníamos que aprovechar ya que sus hermanos tienen libre este fin de semana en la casa de sus padres.

—Tranquilo cariño.—dijo dándome un beso cuando estuvimos frente a la puerta de su casa.

Le di una sonrisa y toque el timbre de la casa, esperamos un minuto cuando nos abrió Susan la hermana de Violett.

—Letty.—dijo y fue a abrazarla y mi novia la recibió.

—Hola Susan.—le dijo ella.

—¿Quien vino Susan?.—dice la voz de la señora Pevensie asomándose por la puerta.—Violett cariño.

Ella tomó mi mano y entramos a la casa su madre nos recibió a los dos con besos y abrazos, y creo que el escándalo fue mucho ya que del piso de arriba empezaron a bajar Edmund, Lucy, Peter y detrás de todos venía el señor Pevensie, todos los hermanos se abrazaron y por el último el señor Pevensie.

—Papi.—dijo ella abrazándolo.

—Mi pequeña, ¿que hacen tu amigo y tú aquí?.—le pregunto.

—Es mi novio papá no mi amigo.

—Hola señor Pevensie.

—Hola Sirius, ¿no deberían estar en la escuela?.—pregunto.

—Así es, pero pedimos permiso ya que debemos hablar con todos.—dijo mi Violett.

—¿Que sucede chicos?.—Pregunto su madre.

—Nos podemos sentar y hablar señores.—sugerí hablando por fin.

𝙻𝚊 𝙷𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗𝚊 𝙱𝚛𝚞𝚓𝚊 𝙳𝚎 𝙻𝚘𝚜 𝙿𝚎𝚟𝚎𝚗𝚜𝚒𝚎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora