Garras y Colmillos (Jacob Black)

Cap. 37 - Llévame a casa

P.O.V. Jacob Black

Mi principal preocupación era el estado de mi impronta, creo que por eso no prestaba atención más que al doctor Cullen mientras se encargaba de ayudar a que Alexa sanara correctamente.

Alexa se había desmayado, parecía estar durmiendo en comparación a como había estado apretando los dientes para no gritar por el dolor. Me había centrado en su rostro para no ver las heridas y la sangre, porque eso me hacía sentirme mal. Ya me sentía como si sus heridas fueran también mías, no necesitaba aumentar ese sentimiento por verlas.

–Estará bien, Jacob. – Me dijo Esme tras colocarle unos pantalones de chándal a Alexa, a lo que solo pude más que asentir.

–Mejor una chaqueta, Esme, las costillas todavía es posible que no sanen correctamente. – Le dijo el doctor a su esposa, quien asintió y desapareció con la camiseta que tenía en las manos, volviendo unos segundos después con una chaqueta vaquera.

–No hay otra opción, ¿verdad? – No pude evitar decir, no me parecía que la combinación de esas dos piezas fuera algo que Alexa utilizaría.

–Es la única que tenía en el coche. – Dijo la matriarca Cullen, en su rostro mostrando que sabía tan bien como yo que había posibilidades de que Alexa se quejara. – Ayudadme a ponérsela.

Fue mientras Esme abrochaba los botones de la chaqueta que me fijé en la parte baja del estómago de Alexa, ¿cómo no sabía de eso?

Alexa tenía un tatuaje en la parte baja del estómago, en la zona izquierda, que quedaba justo por encima del elástico del pantalón. Una especie de triángulo muy elaborado con detalles en los que podía distinguir en la parte baja lo que parecía un jaguar corriendo, mientras que el resto parecía estar conformado por manchas del pelaje y lo que parecían ser unos colmillos.

–No sabía que tenía un tatuaje. – No pude evitar susurrar sin dejar de mirarlo.

–Supongo que es como el que tenéis vosotros, Alexa dijo que le apareció tras la primera vez que se transformó. – Me informó Esme. – Pero los colmillos no estaban hasta que llegó a Forks.

Miré a Alexa pensando en ello, para luego mirar en la dirección del jaguar que nos vigilaba, cayendo en la posible explicación. Se podía tratar de una diferenciación de manada.

–Bien, ¿por qué no la llevas hasta el coche, Jacob? – Me pidió Carlisle recogiendo todo a gran velocidad. – Está empezando a sanar más rápido, lo que es muy bueno, pero Alexa va a necesitar descansar y aquí en medio de este bosque no es el mejor lugar.

–¿No podemos esperar a que vuelva despertar? – Le pregunté cuando el jaguar que nos miraba tumbado se levantó soltando un pequeño gruñido de disconformidad.

Carlisle nos miró a Asher y a mí antes de mirar a Alexa y asentir. Él y Esme no tardaron en desaparecer con su supervelocidad.

–Alexa, vamos a movernos. – Le susurré acariciando con el dorso de la mano su mejilla, esperando que con eso fuera suficiente para despertarla aunque fuera por un minuto.

Abrió los ojos lentamente para enfocarse en mí, que no soltara ningún quejido de dolor me hizo sonreír un poco, aliviado de que estuviera mejor. O al menos eso parecía.

–Siento como si todos los animales del bosque me hubieran pisoteado... – Murmuró con la voz un poco rasposa, necesitaba hidratarse.

–Hay agua en el coche, voy a llevarte nada más me digas que puedo levantarte del suelo.

Sus ojos recorrieron todo lo que podía observar, reparando en su hermano aún en su forma animal.

–Estoy bien, Ash, puedes cambiar de forma cuando quieras, ¿sabes? – Le dijo intentando enderezarse, pero las vendas que cubrían su cuello y torso se lo impidieron, así como mi mano posándose en uno de sus hombros con sumo cuidado para detenerla. – Si tienes algo de ropa, claro.