Cap. 55 - Historias a la luz de la hoguera

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Cuando se decía que los vampiros eran fríos como granito, lo último que esperaba era verlos siendo realmente estatuas. Todos inmóviles, apenas moviendo los labios para comunicarse con los otros. Daba un poco de grima. Miento, daba repelús.

–Me dan ganas de darles un susto para que al menos parpadeen. – Le susurré a Seth, mirando de reojo a todos los vampiros y haciendo que Tia y Benjamin sonrieran divertidos.

–Si te escuchan, no tiene gracia. – Me susurró de vuelta Seth, pero su mirada puesta en la tienda de campaña que había alejada, donde estaban Renesmee y Bella.

–Si alguno hubiera reaccionado, la habría tenido.

Hacía poco que habíamos llegado, tras entrar en la casa Cullen después del beso bajo el muérdago, la pequeña había venido corriendo a saludarnos.

Mira lo que me ha regalado Seth.” Me mostró una pulsera trenzada de color naranja que llevaba puesta, antes de hacer que me agachara para poder susurrarme algo más, como si de un secreto se tratase: “Lo ha hecho él, pero le ha ayudado Jacob.

Eso la hace muy especial.” Le había dicho yo haciendo que asintiera sonriente, para después marcharse en busca del chico mientras mi mirada se encontraba con la de Jake.

Benjamin se movió detrás de Tia, donde había estado de pie, haciendo que volviera a lo que estaba pasando. Jacob llegó con algunos troncos más y sobre un dedo del vampiro apareció una llama, algo sin duda sorprendente.

Pero más sorprendente fue como pasó a tener los cuatro dedos en llamas cuando Jacob dejó caer los troncos donde la hoguera y le hizo la señal de que encendiera.

–Vaya, eso sí que mola. – Le dijo Jacob cuando la hoguera estuvo encendida.

–Mola mucho. – Susurró Seth con los ojos abiertos del asombro, haciendo reír a ambos vampiros egipcios.

–Sienta bien hacer una hoguera. – Comenté mientras Benjamin se sentaba entre su compañera y el cachorro y Jacob venía hacia mí.

Había sitio para que Jacob se sentara, pero igualmente me levanté para que se sentara él y después me senté sobre él, colocando un brazo alrededor de su cuello.

–Sí, una hoguera antes de entrar en batalla. – Dijo Jake colocando pasando un brazo por mi espalda y su otra mano posándose en mi rodilla. – Se pueden contar historias de guerra...

–O plantarse ahí como unas estúpidas estatuas. – Añadí mirando al resto de vampiros, no entendía cómo podían simplemente quedarse ahí tan quietos sin hacer nada.

–Nombrad cualquier batalla americana, yo estaba allí. – Habló Garrett apareciendo de repente, sentándose en la gran piedra que había a nuestro lado.

Los cinco nos miramos divertidos, pero Jacob pareció pensar en una y la mencionó:

–Little Bighorn.

–Aish, estuve a esto de morder a Custer. – Dijo Garrett haciendo el gesto de muy poco con los dedos. – Los indios le alcanzaron primero.

–¿De verdad? – Le preguntó Seth y Garrett asintió, haciendo que el chico exclamara del asombro.

–Pensad en el asalto de Oleg a Constantinopla. – Kate apareció también de repente, sentándose sobre una de las piernas de Garrett, lo que él no tardó en aprovechar para rodearle con un brazo para mantenerla ahí. – No venció él solito.

Tras sus palabras, el clan irlandés también se unió, tomando asiento en otro tronco al otro lado de la hoguera.

–Si hablamos de batallas, hablemos de la guerra de los Once Años. – Habló Liam, lo cual fue curioso porque no parecía muy dado a hablar, al contrario que las dos mujeres del clan. – Nadie monta rebeliones como los irlandeses.

Garras y Colmillos (Jacob Black)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora