Cap. 43 - Una noche solos

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El bosque estaba en calma, al igual que la casa Cullen. Estábamos fuera, habíamos decidido hacer una pequeña hoguera y cenar fuera tras hacer una ronda de reconocimiento del territorio.

En realidad, la idea de la acampada fue cosa de Asher. No estaba segura todavía de cómo nos había convencido, pero aquí estaba esa cita doble que esperaba, excepto que Leah no estaba al tanto de ello.

La loba ya había dado ese paso de ocupar el mismo espacio por más de un par de minutos, que eran los suficientes para calmar por un tiempo su necesidad de estar cerca de su impronta. Recordaba los primeros días en la Reserva, el como estando con Asher apareció Leah para saludarme, gruñó con molestia a mi hermano y se marchó sin más.

Luego estuvieron las cenas, en las que las primeras intentaba ignorar su presencia y se marchaba antes del postre, en las siguientes dio ese paso de contestar de forma cortante aunque se seguía marchando antes de terminar la cena, pero era un avance.

–Esto es una broma. – Gruñó Leah llegando hasta donde estábamos, con los bocadillos que Rachel había insistido en prepararnos al saber que nos quedaríamos aquí. – Por eso Rachel ha aparecido en mi casa insistiendo en que os trajera esto. – Levantó la bolsa, negando con la cabeza.

–Al menos cena con nosotros, Leah. – Le pidió Jacob.

Jake y yo estábamos sentados en un tronco, dejando las dos sillas de playa para Asher y Leah. Mi hermano habría preferido otro tronco que compartir con su impronta, pero no habíamos estado muy seguros de que eso fuera aceptado por la loba.

Paso a paso, eso le había estado repitiendo a Asher, aún cuando las chicas habíamos intentado "la charla" con Leah para que ella pusiera de su parte.

–Bien, pero después me iré a casa. – Dijo Leah dejándose caer en la silla libre, haciendo que Asher sonriera ampliamente al no moverla de su lado.

Miré a Jake sin evitar sonreír un poco, antes de quitar el brazo que tenía sobre mis hombros para que Leah me pasara uno de los bocadillos.

–Disfruta un poco de esta noche, Leah, será la única en mucho tiempo sin vampiros a kilómetros a la redonda.

–Cierto, ¿en esa bolsa hay nubes para después? – Preguntó tras pasarnos un bocadillo a cada uno, señalando la bolsa de compra al lado de la nevera portátil que habíamos traído.

–No sería una buena hoguera sin nubes dulces. – Le dijo Asher a quien no se le borraba por nada del mundo la sonrisa, se levantó para sacar de la nevera un botellín de cerveza que le tendió a Leah.

–En eso estoy de acuerdo.

Jacob y yo nos miramos ante las palabras de Leah, eso sí era un gran avance.

La conversación mientras comíamos fue simple y fluía con facilidad. Leah parecía relajada, incluso había sonreído algunas veces ante la emoción que Asher mostraba por cosas sencillas como lo que le gustaba saltar por los grandes árboles de estos bosques.

–Eso de ir saltando es muy vuestro, ¿no? – Me preguntó Jake en un susurro.

–Somos animales ágiles. – Me encogí de hombros, antes de apoyar la cabeza en su hombro, con la mirada puesta en las nubes que estaba tostando. – Ayuda en la cacería, les tomamos por sorpresa.

–Sí, lo último que un chupa-sangre espera mientras está siendo rodeado por la manada es que le salte otro desde arriba o por encima de otro. – Explicó Asher después de comerse su nube y antes de colocar otra más para ponerla sobre el suelo. – Su cabeza rueda antes de que se den cuenta de lo que sucede.

–Es una buena táctica, ¿sería posible probar a hacerla entre ambas manadas? – Preguntó intrigado Jacob, haciendo que me pusiera recta para mirarle. – ¿Es una mala idea?

Garras y Colmillos (Jacob Black)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora