Cap. 05 - La guarida Cullen

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Jacob me llevó directamente hasta la cocina, donde me presentó a Esme, la matriarca de la familia Cullen. La vampira tenía un rostro en forma de corazón con hoyuelos que encajaban a la perfección con su amabilidad y supe que, incluso si lo intentara, jamás me caería mal.

–Me alegro de que hayas aceptado la invitación, Alexa. – Sonrió Esme, dejando un plato frente a mí y otro para Jacob cuando me senté al lado de Seth, que ya estaba devorando su comida.

–Gracias a ti, es muy amable de tu parte cocinar para nosotros. – Le dije devolviéndole la sonrisa a la vampira antes de empezar a comer.

Esme se marchó de la cocina, dejándonos a Seth, Jacob y a mí para poder comer.

Creo que devoré el contenido del plato en menos de un minuto, ¿se habría notado que tenía hambre? Bueno, mis dos acompañantes debían tener las mismas necesidades alimentarias al ser metamorfos como yo, por lo que no iba a ser una dama delicada cuando sería capaz de hasta lamer el plato como un verdadero animal.

Solté un pequeño gruñido cuando me quitaron el plato, pero levanté la cabeza sorprendida cuando fue sustituido por otro con más comida.

–Lo necesitas más que yo. – Jacob me sonrió, parado al otro lado de la gran isla.

–¿Estás seguro? – Pregunté todavía asombrada por su gesto, pero no esperé su respuesta antes de empezar a comerme ese segundo plato. Sí, seguía con hambre.

Jacob, al ver que comía con un poco más de tranquilidad, empezó a contarme como se había revelado contra Sam Uley, el alfa de la otra manada, porque no quería atacar a la única humana que se encontraba en la casa. Resultaba que una historia de amor trágico sobrenatural era algo que podía suceder en la vida real. ¿Un vampiro y una humana podían tener un bebé? Bueno, esperaba poder verlo y que no terminara la cosa en la parte "trágica".

Estaba agradecida de saber que mi compañero veía más allá de las enemistades y no se centraba solamente en proteger a los suyos. Pero había algo en la historia que no me cuadraba, aunque no quise preguntarle justo en ese momento. ¿Cómo podía ser tan fuerte su amistad con Bella como para sacar su lado alfa? ¿Y si había algo más?

No quería estar con el lado posesivo de mi jaguar siempre activado, no era bueno ni para mí ni para nadie. Lo había visto en otros en varias ocasiones, no quería ser así. Esperaba que el lazo de almas gemelas que me había unido para siempre con Jacob fuera realmente fuerte en ambos sentidos, pero sin llegar a ser algo tóxico que nos hiciera sufrir.

Además, Bella estaba embarazada de Edward por lo que no debería preocuparme de lo que pudiera haber entre ella y Jacob, ¿verdad?

–Y ¿qué hay de ti, Alexa? – Preguntó Seth, mirándome interesado. – ¿Cómo has terminado aquí?

Me encontraba estupendamente tras por fin haber saciado mi apetito, pero mi comodidad se esfumó ante el interés de Seth.

No estaba preparada para compartirlo, con nadie.

–Alexa, Bella desearía conocerte.

Gracias a los Ancestros.” Agradecí mentalmente cuando Edward apareció en la cocina. ¿Habrían estado escuchando la conversación? ¿O Edward habría leído mi mente? Me daba lo mismo, estaba agradecida por la interrupción.

–No creo que sea buena idea, Edward. – Habló Jacob, consiguiendo una mala mirada de mi parte. – Lo digo por la sanguijuela rubia, no por ti. – Me dijo rápidamente.

–Eso espero. – Le advertí. – O me dará igual que seas mi compañero o un lobo que me doble en tamaño.

–No te preocupes por Rosalie, Jacob. – Edward miró hacia fuera de la cocina, donde supuse estaría la vampira. – Se llevaran bien.

–¿Estabas cuando ha dicho...? – Empezó a preguntar Jacob molesto, pero Edward le interrumpió.

–Sí, pero eso fue más para molestarte a ti.

Me levanté con tranquilidad, no queriendo saber lo que esa chupa-sangre habría dicho de mí. De seguro tendría relación con como de mal olería para ellos, ya lo había escuchado alguna vez. No era algo que me preocupara o me molestara, ya que sería algo parecido a lo que nosotros olíamos de ellos.

Tampoco quería ser una maleducada teniendo en cuenta que era una invitada, que me habían dado ropa y de comer, así que hacía el esfuerzo por no irme fuera. Aunque tuviera la necesidad de salir a respirar aire fresco, tener a Jacob cerca hacía un soportable equilibrio.

–Podéis seguir hablando de eso si queréis, pero no quiero hacer esperar a una embarazada. – Miré a Seth, quien parecía desear enterarse de lo ocurrido. – Seth, ¿me acompañas? Mi olfato te lo agradecerá mucho.

–¡Claro! – Se levantó contento, pero se sentó de nuevo ante el gruñido que se le escapó a Jacob. – Quiero decir... ¿No prefieres que te acompañe Jake?

Miré al joven levantando una ceja, ¿debía responderle de verdad a esa pregunta?

–Claro que ella le preferiría, pero me gustaría hablar a solas con Jacob. – Se adelantó a contestar Edward. – Y seguro que Jacob se sentiría más tranquilo si no dejas a Alexa sola en el salón.

Seth volvió a levantarse y miró a Jacob esperando una confirmación. A regañadientes, Jacob asintió y Seth sonrió, diciéndome que le siguiera.

–¡Espera!

Jacob me detuvo cuando estaba a punto de salir de la cocina, agarrando mi mano para atraerme contra él y abrazarme.

Noté como se relajaba al instante, mientras escondía su rostro contra mi cuello otra vez. Cerré los ojos, también aspirando su aroma.

Parecía que por el momento podíamos conformarnos con esto, y me alegraba de ello. ¿Sabéis lo complicado que habría sido no poder estar cerca de mi compañero? ¿Del miedo que se sentía cuando al principio tu alma gemela podía pensar que estás chiflado?

Bueno, tenía la suerte de no pasar por eso. Aunque recordaba las historias de algunos miembros de mi antigua manada y, a pesar de terminar en una historia de amor, algunas habían empezado muy mal.

–No estaré muy lejos. – Susurró Jacob contra mi cuello. – Pero por si acaso, si te enfadas por algo y no estoy, sal fuera de la casa.

–Solo no tardes en volver a mi lado. – Susurré de vuelta, separándome un poco a regañadientes.

Garras y Colmillos (Jacob Black)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora