Cap. 04 - La pequeña manada

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Salí del bosque y caminé hacia Jacob, quien estaba de espaldas mirando hacia la casa. ¿Había dicho ya lo bueno que estaba mi compañero? Creo que cada vez que le viera pensaría en la suerte que había tenido.

Jacob se dio la vuelta al notar mi presencia, tenía el rostro muy serio, pero rápidamente pasó a una sonrisa al verme. ¿Estaría pensando en cómo sería mi forma humana? ¿O tal vez le preocupaba alguien del interior de la guarida de vampiros?

–¡Dios, su asqueroso olor sigue siendo demasiado fuerte! – Susurré arrugando la nariz, pero mi comentario le hizo reír mientras se acercaba un poco más a mí. – ¡Lo siento, pero es la verdad! – Exclamé hacia la casa, sabiendo que me habrían escuchado perfectamente.

–Creo que tengo la solución para ambos, pero antes... – Jacob me tendió la mano y le miré confusa. – Hola, soy Jacob Black, lobo.

Sonreí divertida, no había pensado que ni siquiera le había dicho mi nombre. ¿Cómo no me había dado cuenta? Y mira que habíamos tenido un intérprete que podría habernos presentado antes.

–Encantada de conocerte, soy Alexa Summers, jaguar. – Me presenté tomando su mano.

Nuestras manos encajaban a la perfección, estaban hechas para estar unidas.

–Bonito nombre. – Susurró Jacob sin soltar mi mano y acariciando el dorso de ésta con el pulgar con movimientos circulares lentos. – Ahora ya sabemos algo el uno del otro, gatita.

Levanté una ceja ante el apodo tan común que acababa de utilizar, pero me gustó como sonaba viniendo de él.

–Eso parece, lobito. – Noté movimiento en la casa, creo que era hora de conocer a esos vampiros de ojos ámbar. – Y, ¿cuál es la solución para el mal olor? ¿Ambientador, colonia, hierbas aromáticas...?

–Esto. – Jacob me atrajo hacia él y me abrazó, agachando la cabeza para enterrar su rostro contra mi cuello.

Me sorprendí ante su acción, pero al momento levanté mi cabeza para que mi nariz alcanzara su cuello y aspiré su maravillosa fragancia natural. Jacob olía a bosque, a crema de cacahuete y al agua dulce del lago donde me gustaba ir a relajarme desde que me transformé por primera vez. Un lugar que nunca más volvería a ver...

–¿Estás bien? – Susurró Jacob contra mi cuello, notando el cambio que habían dado mis pensamientos.

–Sí, pensaba en el maravilloso contraste que hace tu aroma entre tanto hedor. – Respondí también en un susurro contra su hombro.

Supe de por como sus brazos me apretaron más a su cuerpo que no estaba del todo seguro de mi respuesta, pero no dijo nada más al respecto.

–Es una buena solución, ¿verdad? – Comentó separando su rostro de mi cuello y haciendo que le mirara a los ojos. – Para mí también hueles de maravilla, deliciosa incluso, y eso lo compensa.

Estaba segura de que en cualquier otra situación para alguien como nosotros, estar así de cercanos desde el momento de encontrarnos sería difícil. Al menos, estaba segura de que si hubiera sido una simple humana, no habría permitido que alguien a quien apenas conocía me abrazara. Suerte de ser ambos cambiaformas y sentir de la misma manera el fuerte vínculo que ahora nos unía.

–Me gustaría estar un poco más así, me relaja tenerte cerca. – Jacob soltó un suspiro de rendición, rompiendo el abrazo, pero volviendo a unir nuestras manos. – Pero tienes cara de tener mucha hambre, Alexa.

–Llevo un par de días sin comer. – Admití, notando que me sonrojaba. – Puede que mi jaguar disfrute de la carne cruda, pero mi parte humana le tiene mucho asco.

Jacob se rió ante mis palabras y le miré sin entender qué le hacía tanta gracia.

–¡Mira, Leah, ya tienes algo en común con ella! – Exclamó un chico saliendo de entre los árboles y se acercó sonriente a nosotros. – ¿No vas a presentarnos antes de entrar, Jake?

Sonreí ante la alegría del chico que tendría unos 15 años en contraste con la cara de pocos amigos de su acompañante mientras también llegaba junto a nosotros. Leah resultó ser una chica con la piel morena y el cabello negro corto, muy atractiva de una forma exótica.

Me preocupé un poco cuando Jacob me soltó la mano cuando ella nos alcanzó, pero me tranquilicé cuando me rodeó la cintura con el brazo para acercarme más a él. Estaba marcando que yo era su compañera frente a los suyos, aunque tal vez lo habría hecho inconscientemente.

–Alexa, ellos son Seth y Leah Clearwater, son los únicos miembros de mi... de mi manada. – A Jacob le costó decir lo último, como si fuera algo que no lograba asimilar. ¿A qué se debería?

Era extraño para mí saber que solo eran ellos tres, ¿no se suponía que alguien con el gen de cambiar de forma entraba en fase dependiendo de la cantidad de vampiros que hubiera por la zona? Si no había contado mal cuando se habían ido asomando por las grandes ventanas, dentro de esa casa había unos seis o siete vampiros.

–¿Solo sois vosotros tres? – No pude evitar preguntar intrigada.

–Bueno, es porque ahora somos dos manadas diferentes desde que Jake se reveló contra Sam y nosotros...

–Seth, cierra el pico. – Le interrumpió Jacob. – Es una larga historia, Alexa, te la contaré cuando hayas comido algo.

–O puedes acompañarme y contármelo mientras como. – Le sugerí.

Era interesante saber que Jacob se había revelado contra el alfa de su manada, igual que había hecho yo, pero él tendría que ser descendiente de un alfa para haberse convertido en uno.

–¿Puedo acompañaros también? – Preguntó contento Seth. – Así de paso iré a ver como está Bella.

–No. – Respondió rápidamente Jacob molesto.

–Claro que puedes, Seth. Será agradable que nos acompañes. – Dije haciendo que Seth exclamara de felicidad e intentara darme un abrazo antes de que Jacob le gruñera en advertencia para que no se acercara.

Seth levantó las manos hacia arriba divertido por lo que acababa de hacer su alfa y se fue corriendo hacia la casa.

–Sigo sin entender como es capaz de entrar ahí tan tranquilo. – Gruñó Leah, siguiendo con la mirada a su hermano.

–Le caen bien, y hay comida. – Jacob se encogió de hombros, también mirando por donde había entrado el más joven de la manada.

–¿Tú no quieres entrar a comer, Leah? – Le pregunté intentando que el ambiente entre nosotras fuera a mejor.

–¿Entrar a la guarida de las sanguijuelas? No, gracias. – Leah arrugó la nariz y se dio la vuelta para volver al bosque. – Iré a recorrer de nuevo el perímetro, Jake.

No esperó a que Jacob le dijera nada antes de correr hacia los árboles y desaparecer de nuestra vista.

–No te preocupes mucho, Leah es así con todos. – Comentó Jacob, guiándome para ir hacia la casa.

No estaba del todo segura con eso de entrar a la guarida de las sanguijuelas, como había llamado Leah a la casa, pero un leve aroma a comida cocinada me llegó a través del mal olor y mi estómago rugió demandante. Bien, era la hora de entrar.

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Holaa, creo que me está encantando escribir esta historia tanto que por eso subo dos capítulos seguidos y el siguiente lo tengo casi terminado también. ☺️☺️

Desde que decidí escribirla, me vino a la cabeza que Chloe Grace Moretz era perfecta para ser Alexa, ¿qué os parece?

Y, por cierto, ¿os están gustando estos primeros capítulos?

Os leo en comentarios. ¡¡Hasta pronto!! ❤️❤️

Garras y Colmillos (Jacob Black)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora