Cap. 17 - El olfato de los lobos

12.6K 1K 68
                                    

No hablamos en todo el camino hasta Forks. Yo no quería, y ellas lo sabían.

Mi mirada estaba puesta en el bosque que nos rodeaba mientras el coche avanzaba solo con el sonido de la música que salía de la radio resonando, sin dejar de pensar en que había visto a Asher y que no estaba enfadado o dolido por mi abrupta marcha.

Tenía claro que Asher haría todo lo posible por no decirle a nadie dónde me había visto, pero de seguro ya les había informado de que estaba bien. Solo esperaba que también les hubiera contado que había encontrado a mi compañero y que eso significaría que podía estar tranquila, que no vendría nadie más a buscarme.

Sonreí cuando entramos en el camino que conducía a la casa de los Cullen y vi a la loba gris, que aulló para avisar de nuestra llegada antes de correr también hacia la casa.

–¿Vas a informar a Jacob sobre Asher? – Preguntó Esme aparcando frente a la entrada principal.

–Claro que tendrá que hacerlo. – Dijo Rosalie antes de que yo hablara. – No le daría tiempo a ir hasta el baño para darse una ducha y dejar de apestar a esa colonia masculina antes de que el chucho se lance a abrazarla, ¿o me equivoco?

–No, no te equivocas. – Le dije saliendo del coche al mismo tiempo que Jacob salía de la casa y de un solo salto llegaba hasta estar delante de mí, con una gran sonrisa en su rostro.

Pero la sonrisa que tenía al verme se esfumó, había notado el olor a la colonia.

–Mi hermano. – Me adelanté a decirle al ver como su cara variaba entre molestia, dolor y confusión. – ¿Voy a poder contártelo o vas a correr hacia los árboles y entrar en fase?

–¿Has dicho “hermano”? – Preguntó Jake, cerrando los ojos y respirando hondo.

–Sí, que yo recuerde Asher siempre ha sido mi hermano, no creo que en este tiempo haya cambiado eso. – Respondí intentando relajarle.

–Bueno, al menos ahora sé que tienes un hermano. – Dijo frunciendo el ceño. – Sí, sin duda quiero saber lo que ha pasado, porque pensé que era una salida para comprar.

–Y eso ha sido, chucho. – Rosalie pasó por nuestro lado cargada de bolsas, seguida por Alice que iba tan cargada como la rubia. – Ropa para Bella, Alexa, Alice... Ninguna se esperaba que ese gato pasado por colonia apareciera por allí, eso te lo aseguro.

Me alejé mientras intentaba no decir nada sobre esa idea de Asher por no pararse en algún hotel a ducharse, pero esa misma idea le había ocultado de nuestro olfato, algo brillante en realidad. Sí, sin duda Asher era un chico con una extraña mente que ni yo entendía a pesar de conocerle de toda la vida, pero así le quería.

–Bueno, voy a suponer que sigues sin estar preparada para hablarme de esa parte de tu pasado que te hizo llegar hasta mí, pero ¿de como es tu hermano? ¿O cómo te ha encontrado? – Jacob caminó a mi lado, mientras nos dirigíamos hacia los árboles, alejándonos de la casa. – ¿Cómo has dicho que se llamaba? Cómo el de Pokémon, ¿no?

–Es Asher. – Dije soltando una pequeña risa ante lo último. – Pero, ¿sabes? Veíamos esa serie juntos cuando éramos niños y le llamo Ash muchas veces desde entonces.

–No me sorprende. – Jacob tomó mi mano con la suya, pero continuamos con el paseo. – Y ¿cómo es, Asher? ¿Es también...?

–Sí, también es un jaguar. – Me adelanté a responder su pregunta. – Es un año mayor que yo y siempre hemos estado muy unidos, es mi mejor amigo. Supongo que por eso él me conoce tan bien que ha sabido seguir mi recorrido por el país hasta encontrarme.

–No pareces del todo contenta de haberle visto. – Comentó dando un ligero apretón a mi mano. – ¿Va a ser un problema?

No pude responder cuando Leah apareció caminando hacia nosotros.

–¿A qué hueles, Alexa? – Preguntó la chica, acercándose hasta mí y oliendo mi hombro con una cara de extrañeza.

–Colonia de hombre. – Le respondió Jacob, los dos mirándonos levantando las cejas ante lo raro de la situación.

–No, no me refería a eso. – Leah se separó, frunciendo el ceño todavía extrañada por mi olor. – Nada, olvidadlo. Voy a ver que tal Seth...

E igual que llegó, pasó por nuestro lado para marcharse, dejándonos mirándonos sin entender lo que acababa de pasar.

Creo que Jacob había deducido algo, porque repitió lo que hizo Leah y me olfateó, para fruncir el ceño mientras miraba hacia donde se había marchado la chica.

Giré la cabeza y me olfateé el hombro también, frunciendo el ceño ante la idea que pasó por mi mente. La idea que seguramente había pensado Jake primero.

Entre el olor de la colonia había un leve rastro de la fragancia única de Asher. ¿Podía ser que...?

–¿Crees que...? – Preguntamos a la vez, volviendo a mirarnos. – ¿Es posible?

–Bueno, nosotros somos la prueba de que es posible. – Comenté levantando nuestras manos unidas.

–Sí, pero tal vez no sea lo que estamos pensando. – Dijo Jake haciendo que diéramos la vuelta, para ir volviendo hacia la casa. – Además, quería preguntarte algo importante.

Levanté las cejas sorprendida del cambio de conversación tan obvio que estaba haciendo.

–Solo si después me cuentas que tal con el Consejo y la otra manada.

–Algo tiene que ver con eso. – Me dijo con un leve rastro de preocupación, que rápidamente me contagió. – No, no tienes que preocuparte en realidad.

–¿Seguro?

–Querían saber cuanto tiempo más estaríamos por aquí, teniendo en cuenta que la situación ya no es peligrosa, para así volver a casa. – Me informó Jacob. – Les he dicho que cuando estemos seguros de que Bella no será un peligro para los humanos, y para Seth.

–¿Y qué tiene eso que ver con lo que quieres preguntarme? – Le pregunté sin entender, parando y colocándome frente a él.

–Mi padre me ha pedido que te invite a cenar cuando vayamos. – Respondió con rapidez, tomándome por sorpresa. – No sería solo con él, también estará Rachel. ¿Te dije que es la impronta de Paul? No es algo muy agradable saber que se pasa mucho tiempo en nuestra casa, pero...

–Jake. – Le tapé la boca con las dos manos, riendo al verle hablar tan rápido. – Sí, ya me dijiste que tu hermana Rachel es la impronta de Paul, creo que también me dijiste que no me caería muy bien ese lobo... Me parece una buena idea cenar con tu familia.

–¿Segura? – Preguntó sorprendido entre mis dedos.

–Segura. – Asentí con una sonrisa.

Jacob tomó mis manos con las suyas, para así quitarlas de su cara, mientras me devolvía la sonrisa. Acortó la distancia y me dio un pequeño beso antes de iniciar de nuevo nuestro camino.

Sería interesante visitar al fin la Reserva, así que esperaba que cuando Bella despertara mañana, las cosas salieran bien.

Garras y Colmillos (Jacob Black)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora