Cap. 56 - Como una sola manada

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Los chicos ya habían salido al jardín, listos para marcharnos todos hacia el punto del bosque donde nos encontraríamos con la manada de Sam.

Apenas se veía en el cielo el indicio de que estaba a punto de amanecer cuando Seth llegó para avisarnos de que era la hora.

–Todo saldrá bien, estoy segura. – Me susurré a mí misma, mirando mi propio reflejo en el espejo de la entrada.

Se me veía con mucha seguridad, y era porque estaba segura de que las cosas iban a salir bien. Si Alice aparecía antes de que se pusiera feo, porque posibilidades había de que eso pasara. Aunque si podía desgarrar algunos cuellos de vampiros, tampoco me iba a quejar.

–Hey, ¿todo bien? – Jacob llegó por detrás, apoyando su cabeza en mi hombro a la vez que me abrazaba.

Asentí en respuesta, dedicándole una sonrisa a través del espejo antes de darme la vuelta entre sus brazos y rodearle el cuello con los míos.

–¿Crees que estaremos listos para una buena coordinación entre manadas? – Le pregunté intentando desviar su atención, aun sabiendo que eso sería complicado.

–Buen intento. – Jacob sonrió, inclinándose para darme un pequeño beso antes de ponerse serio. – Sí, hay una buena compenetración entre todos, y ayuda que nos llevemos bien. Pero me preocupa más que todos hayan salido fuera menos tú. Te estamos esperando.

–Perdón, no es el momento de perder tiempo, lo sé.

–¿Qué te preocupa?

–Si los Vulturi no escuchan, habrá una batalla. Sé que nosotros estamos hechos para enfrentarnos a los vampiros, por decirlo de alguna forma, pero eso no quita que me preocupe un poco. Cuando Drácula rubio me preguntó... – Aparté la mirada, mis manos resbalando por sus hombros hasta dejarlos caer a ambos lados de mi cuerpo.

–Eso no pasará, Alexa. – Las manos de Jacob tomaron mis mejillas, haciendo que le mirara. – No vas a perderme. Y yo no pienso perderte de vista en ningún momento, porque nadie va a alejarnos de nuevo.

Sonreí, subiendo una mano a su mejilla para darle un pequeño beso.

–Tampoco será necesario que tus ojos estén todo el rato sobre mí, estaremos conectados en todo momento. – Le recordé dándole un pequeño golpecito con un dedo en la frente, haciendo que ambos nos sonriéramos. – Ahora mejor que nos vayamos, a ver si llegamos tarde.

–Ya, como si no fuera posible que puedas llegar la primera. – Dijo Jacob mientras caminábamos hasta la puerta de atrás para salir al jardín.

–¿A alguien le molesta que esta jaguar sea la más rápida? – Le pregunté sonriendo.

–Sabes que no. – Respondió Jacob.

–Sabes que sí. – Dijeron Quil y Grant a la vez, chocando los puños por decirlo al mismo tiempo.

Los chicos se habían quitado ya las camisetas, era una suerte de que el jardín tuviera suficiente intimidad como para que ningún ser humano normal y corriente pudiera ver a un grupo de locos medio desnudos con el frío que hacía a estas tempranas horas.

–A todos nos molestó en algún momento, y nadie lo puede negar. – Habló Leo con una pequeña sonrisa torcida antes de mirarme poniéndose serio. – Hoy la que mandará serás tú, nosotros tres te seguiremos, Lex. Seremos como una sola manada.

Asentí, habíamos discutido sobre ello porque no me parecía la mejor idea teniendo en cuenta que la única comunicación entre las manadas era la conexión que teníamos los alfas. Coordinación y confianza los unos con los otros, era lo mejor que teníamos. Pero Leo decía que ellos harían lo que yo dijera.

Garras y Colmillos (Jacob Black)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora