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Eran cerca de las nueve de la noche

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Eran cerca de las nueve de la noche. Shawn y Jasper habían matado tiempo yendo al centro comercial, no compraron nada más que un par de malteadas para mantener la boca ocupada.

El rubio había recibido infinidad de mensajes de disculpas y "arrepentimiento" por parte de su novia. No les presto mucha atención solo respondió con un simple "Esta bien, bonita, será para la próxima" y continúo vagando por las tiendas.

Muy probablemente la chica se enteró de lo que paso en el partido y por eso le había escrito.

Se sentía terrible al saber que si no hubiera jugado, nunca habría recibido esos mensajes.

Para ese momento se encontraban estacionándose a un par de cuadras de la casa donde es la fiesta por su victoria. Desde ahí podían escuchar la música.

Aunque Shawn sabia que al ser deportista, debía mantener cuidado con el alcohol, lo cierto era que cuando las fiestas eran por su victoria, perdía un poco el control, sabía que no sería un "adolescente con la posibilidad de ser rebelde" toda su vida.

Entraron al lugar quedando casi sordos con la música tan alta, pero lo ignoraron cuando vieron a algunos de los chicos del equipo jugando junto la "pista" que más bien era la sala, pero sin muebles. Saludan y se felicitan cuando llegan.

—¿Que hacen? —pregunta Jasper viendo unas cartas y un vasito con bebida sobre la mesa.

—Al que le salga una carta con letra en vez de número, le toca verdad o reto, si se niega, shot—señala el vaso.

—Genial, yo juego—dice emocionado. Esos juegos que incluían bebidas eran los mejores.

—Oigan—llama Shawn—¿Han visto a Katie? —sabe que todos ahí la conocen. Era la novia de su antiguo capitán, aunque la chica no estaba muy involucrada con los temas relacionados al fútbol, todo el equipo tenia que conocerla.

—Tu chica—dice uno de los chicos con un tonito pícaro.

—Katie—corrige—, no es mía.

Todos sueltan un "buu" aburridos. 

—¿La vieron? —insiste.

—Por ahí debe andar, pero ven vamos a divertirnos—un chico le pasa un brazo por los hombros impidiendo que se vaya. Sin más opción comienza a jugar. Esperaría a que el destino decida si debe encontrarse con su novia esa noche o no. 

El juego consistía en que en orden de las manecillas del reloj iban sacando una tarjeta del mazo que estaba sobre la mesa, si salía algún número no pasaba nada, pero si sale una letra, entonces había algún castigo.

Pasaron varios números hasta que la primer letra apareció.

Jasper siendo el afortunado.

—Genial, puedes pasar directo al shot, si quieres evitarte tanto show—le dice alguien. Él niega, eso le quitaría lo emocionante—. Bien, sabía que no me defraudarías, entonces ¿Verdad o reto?

Verde OcéanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora