El sábado en la mañana Ian de despertó completamente solo. Por la madrugada aceptó la idea de tomar un baño, Shawn estuvo aferrado en meterlo a la tina y ayudarlo a bañarse, pero Ian se negó diciendo que eso seria mucho más homosexual que todo lo que habían hecho antes junto y lo obligó a meterse junto con él, en lugar de que lo bañara desde afuera. La tina del baño que compartían era muy pequeña, así que Shawn tuvo que sentarse entre las piernas de Ian, lo cual le pareció una cagada, ya que su intención era enjabonar a Ian y esas cosas. Al final, después del relajante baño, ambos volvieron a la habitación, Shawn le robó un poco de ropa, sabia que la suya estaba justo del otro lado de la pared, pero así era más cómodo. Se recostaron y se quedó dormido acariciando las cejas de Ian, justo después de que él se haya dormido.
Pero al Ian despertar, su compañero no estaba. Se quedó ahí, no se movió ni un milímetro, estaba pensando en la cantidad de cosas que pasaron la noche anterior, esa confesión. El claro "Me gustas" que aunque no lo dijo así, era entendible. Porque ¿Como más debe interpretar un "No quiero que me gustes, pero ya es demasiado tarde para eso"? Cielos, Shawn de verdad ponía en aprietos su mente y corazón.
Como si sus pensamiento lo hubieran invocado, aquel chico rubio entró justo por la puerta del baño. Iba silbando, aun vistiendo su ropa, como si nadie fuera a notar que no le pertenecía. Ian vio como comenzó a desvestirse y se apuro a sentarse cuando ya llevaba el bóxer a media nalga.
—¿Qué carajo haces?—le lanza una almohada que Shawn atrapa mientras ríe.
—Esperaba que reaccionaras—vuelve a reír— ¿Como te sientes?
—Como si hubiera peleado con un oso durante la noche, te mueves demasiado.
—Si, ya me lo habías dicho antes, pero nunca como queja—finge aires de grandeza, hasta que un golpe en la cara le borra la sonrisa.
—¿Cuándo he dicho algo como eso?—se levanta con disgusto hasta el baño para lavarse la cara y los dientes.
Cuando regresa, Shawn esta tendido, abarcando toda la cama. Sin intención de seguir entablando esas extrañas discusiones a las que Shawn siempre lo arrastra, se sienta en la silla del escritorio.
—Ian ¿Podemos hablar?
—¿Sobre como he sido ignorado toda la semana o sobre Jack?—hace una pequeña pausa y antes de que le responda, vuelve a hablar—. Porque no me interesa hablar de ninguna de las dos, la verdad.
—Te debo una disculpa y que sepas que no soy una persona que pide disculpas...
—Oh, he de sentirme afortunado, bendita mierda que una persona que constantemente se equivoca—lo ve directo a los ojos, sin importar cuanto le pese aquello—, porque es humano y eso suele pasar, no pida disculpas.
—Estoy intentando hablar bien.
—Justo como yo hice estos días pasados, Pickman.
—No me digas así—se queja.
Sabia que era su culpa, él mismo creó esa situación y estaba molesto consigo mismo, pero esperaba que tuvieran una "reconciliación" diferente.
—¿Cómo te digo entonces?
—Vete al carajo—su orgullo y la vía láctea debían ser del mismo tamaño.
—¿Que me vaya a donde?—lo reta poniéndose de pie junto a la cama.
—Al carajo, Ian, vete al carajo—lo repite lentamente, como si estuviera intentando que un niño de dos años le conteste qué es un "antagonista".
—Últimamente prefiero que me manden a la verga—dice para si mismo.
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Verde Océano
Teen FictionIan y Shawn, dos jóvenes de dieciocho años cuyas vidas siempre han estado llenas de rivalidades. Estos chicos parecen expertos en encontrarse problemas, incluso por las cosas más insignificantes, como el último sándwich de pavo en la cafetería. Shaw...