El día del viaje llegó. Al fin. Dakota llevó a los chicos, Ian, Shawn y Jasper, los últimos dos se pelearon todo el camino hasta el colegio, incluso la mujer les ofreció que se fueran caminando, fue lo único que logró que se callaran por un rato, pero no fue tan largo como hubiera deseado.
Shawn se encargó de contarle a su madre la situación que refería a Ian y el viaje, ella se asustó e hizo demasiadas preguntas sobre el como habían hecho para la firma y el aviso que a ella ya le había llegado, ellos solo contestaron lo esencial y dejaron el resto a la imaginación de la mujer. Aseguró que no comentaría nada más allá de lo necesario y al llegar al colegio se bajó a despedirlos.
—Se divierten—acaricio a la par los cabellos de Jasper e Ian, quienes estaban en las orillas—. No hagas que tu madre se preocupe, Jaspi, por favor—le sonríe y da un abrazo.
El ultimo campamento escolar que hicieron, los padres de Jasper tuvieron que ir hasta el lugar, pues su hijo se había metido entre las hierbas y había algunas venenosas así que resulto con un severo salpullido y para sumarle, era terriblemente alérgico a dicha hierba.
—Ian, quiero que sepas que cualquier cosa que necesites, puedes llamarme sin ningún cuidado—no se acerca mucho a él, Jasper lleva en su familia un tiempo y la cantidad de momentos compartidos en su anterior casa, eran demasiados, casi parecía un hijo extra, con Ian, aunque ella lo veía con demasiado cariño, pues no tenían gran confianza y no quería que se sintiera incomodo—. Estoy a toda tu disposición, sea lo que sea—abre un poco los brazos y él termina por acercarse, a penas ahí lo envuelve, es más alto que ella, pero al agacharse para corresponder el abrazo ella alcanza a dejar un beso sobre su cabello—. No causen problemas, vengo por ustedes en una semana—se despide moviendo con emoción una mano mientras ellos se alejan hasta donde están Ethan y Mark.
Shawn la ve con burla. Ella no se da cuenta que prácticamente todos la están viendo y que Ian y Jasper se alejaron rojos hasta las orejas, provocado por la euforia de la mujer.
—Bien, ahora tú—lo ve seria antes de rebuscar en su bolso—. No compre muchos para que los uses todos, Shawn, solo es por si acaso—ve la tira de envolturas negra con una franja plateada que brilla gracias a la luz del sol y se las arrebata a toda velocidad.
—Mamá—siente como comienza a hacer calor, a pesar de que la temperatura esta cerca de los quince grados. A como puede mete aquello en la maleta que cuelga sobre su hombro. Seguro todos vieron esa escena, ya los veían desde antes.
—No soy estúpida y me gusta que te cuides. Me llegaron los resultados de tus exámenes, me alegra que estés limpio, pero que lo estés, no quiere decir que los demás también—le da un par de besos antes de alejarse mientras le grita una infinidad de cosas que Shawn prefiere no escuchar y mejor camina hasta donde están quienes parecían ser su nuevo circulo social.
Cielos, su madre era una cosa seria. Claro que le llegaban los resultados, si era menor de edad y la relación con su seguro médico, era directo con su madre, así que todo le llegaba de manera digital, pero podría hacer como que no se entera, en vez de decirlo en pleno estacionamiento, rodeado de cientos de chicos que comparten institución con él.
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Verde Océano
Ficção AdolescenteIan y Shawn, dos jóvenes de dieciocho años cuyas vidas siempre han estado llenas de rivalidades. Estos chicos parecen expertos en encontrarse problemas, incluso por las cosas más insignificantes, como el último sándwich de pavo en la cafetería. Shaw...