Ian y Shawn, dos jóvenes de dieciocho años cuyas vidas siempre han estado llenas de rivalidades. Estos chicos parecen expertos en encontrarse problemas, incluso por las cosas más insignificantes, como el último sándwich de pavo en la cafetería.
Shaw...
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Al llegar a la escuela la chica corrió con su amigos, mientras el par caminó hasta sus casilleros, antes eso hubiera sido un problema ya que están separados solo por una de esas cajas de metal. Ahí habían ocurrido la mayoría de sus problemas, siempre se peleaban en ese lugar, porque odiaban toparse, entonces terminaban discutiendo y una cosa llevaba a la otra, sabían que toparse en los casilleros, era sinónimo de ir a ver al director. No podía haber otro resultado de esa situación.
No podía entrarles en la cabeza el cambio tan repentino que había tenido su relación. Bien no tenían la mejor convivencia, pero al menos habían logrado evitar que los corrieran del colegio. De alguna manera todo resultó favorecedor para ellos. Incluso los maestros los veían raro, todos esperaban que para ese momento ya no pusieran un pie en las instalaciones. Las personas a su alrededor no sabían lo que había detrás y el por qué ahora se toleraban, parecía que los ovnis los habían abducido y luego los regresaron a la tierra como unas nuevas personas.
Siempre había sido una relación extraña, porque para ser "archienemigos" algo debían conocer del otro, siempre se hacían a la tarea de investigarse mutuamente, sabían más de lo que imaginaban, se habían creado una historia en la cabeza también, debía existir alguna justificación para tanto odio y es que en verdad ni siquiera pueden recordar como es que empezaron las cosas, no saben cuando fue el momento en que comenzaron a joderse la vida, pero llevaban haciéndolo tanto tiempo que ya era solo por costumbre. Ponían tanto empeño en molestarse, era una lucha por ver quien era más ingenioso en los ataques, no eran cosas solo de golpes, que al final, todas terminaban en eso, pero comenzaban siendo bromas pesadas, algún comentario hiriente o cosas así.
Shawn iba a hacer un comentario sobre lo extraña que era la situación actualmente, pero una bola de pelos negros se le atravesó en el camino impidiendo que pudiera ver a Ian. Katie lo veía con una cara de odio, podía sentir como intentaba matarlo con la simple mirada.
-Necesito que vayas y le pidas disculpas a mis padres por el alboroto que hiciste en mi casa-dice sin rodeos.
¿Quien se creía esa niña?
-No tengo porque pedir disculpas.
Quisiera ir a ver a su papá y explicarle detalladamente como se enteró que su hija se acostaba con otro tipo, pero muy seguramente a penas tuviera al hombre en frente, haría lo que la chica le pide.
-Una disculpa, Shawn, hoy mismo. Ayer después de todo lo que provocaste hable con él, me costo demasiado trabajo hacerle entender que todas las personas somos libres.
-Eres libre, pero me fuiste infiel, Katie. No mentí, eres libre, pero se suponía debía existir alguna clase de respeto a nuestra relación, yo no voy por la vida metiendo...
-No comiences a utilizas tus palabras vulgares-lo interrumpe-. Si quieres continuar con esta relación, ve hoy a mi casa, tienes hasta las siete de la tarde, después de esa hora, daré por terminado lo nuestro.
