Pasaban de las once de la mañana. Tenían un viaje que hacer antes del medio día hacia Carolina del Norte y parecía que la materia de estadística, quería quemarle el cerebro a Shawn, porque le habían dicho que solo podría salir de la clase cuando terminara los ejercicios, pero no podía, no importaba cuanto los viera y cuanto buscara entre sus apuntes, no lograba comprender. Los chicos ya habían terminado, incluso Mark ya se había ido.
Los últimos días han sido terribles. Su atención en clase había reducido drásticamente. Y era un dolor inmenso cuando se daba cuenta que ya nadie hablaba al respecto de la ausencia de Ian.
Para la segunda semana los maestros dejaron de nombrarlo cuando tomaban asistencia.
Eso era en lo único que Shawn podía pensar, en lugar de intentar copiarse de alguno de sus compañeros, porque de otra forma, no saldría de ahí y su equipo se iría al partido sin él.
La campana sonó y al adulto al frente de la clase no le importó. Lo dejó ahí aunque ya estaba él solo.
Shawn dejó caer el lápiz sobre el escritorio y pasó una mano por su cabello, sintiéndose agotado y frustrado. Las palabras en el papel le resultaban confusas y distantes, como si su mente estuviera en otro lugar. Miró alrededor de la clase vacía.
Se levantó de su asiento con un suspiro resignado. Guardó sus pertenencias en su mochila y antes de que pensaran en detenerlo, salió corriendo. Escuchó los gritos a sus espaldas, pero no se detuvo. Aun tenia que ir a buscar su equipo a los vestidores.
Cuando llegó a donde todos esperaban subirse al autobús. Los chicos lo vieron con algo de alivio.
Estaban aterrados. Esas tres semanas sin Ian habían sido los entrenamientos más complicados. Entre todo el equipo y el entrenador intentaron buscar la manera de que las cosas funcionaran sin su corredor estrella. Por si se lo preguntan, no, ninguna fue buena.
Shawn se mantuvo despierto toda la noche creando estrategias que les dieran ventajas sobre las Panteras.
Ya se habían mudado. Su madre consiguió una increíble casa, con habitaciones el doble de grandes que la anterior, cada uno tenia su propio closet y baño. Contaban con una sala en planta baja y una en el primer piso. Y dos habitaciones de invitados. Uno en la planta baja y el otro en el patio, como casa de la piscina. Era fascinante. La mujer al fin se desprendía un poco de su dinero.
Aun no terminaba de acomodar su habitación, pero iba tomando un poco de forma. Las paredes eran blancas y él expresó el odio hacia ellas, pero cuando Dakota le dijo que para mayor facilidad tenia que pintar antes de que metieran todos los muebles, él dijo que mejor así las dejaba, porque no se sentía con ánimos de pintar y su madre no quiso contratar a nadie para que lo hiciera por él.
También su cumpleaños estaba cerca, seria unos días después de regresar de ese pequeño viaje deportivo. Su entrenador logró convencer al director de que los dejara quedarse una noche más. Así que regresan el sábado por la mañana y su cumpleaños es el lunes. Así que todos en el equipo dijeron que debían de hacer como si fuera un viaje por esa "fecha especial".
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Verde Océano
Ficção AdolescenteIan y Shawn, dos jóvenes de dieciocho años cuyas vidas siempre han estado llenas de rivalidades. Estos chicos parecen expertos en encontrarse problemas, incluso por las cosas más insignificantes, como el último sándwich de pavo en la cafetería. Shaw...