v e i n t i t r e s

450 26 53
                                    

Salieron de sus respectivas habitaciones casi al mismo tiempo, topándose fuera mientras cerraban cada uno su puerta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Salieron de sus respectivas habitaciones casi al mismo tiempo, topándose fuera mientras cerraban cada uno su puerta. Ian le medio sonríe pasando junto él para bajar las escalera, pero lo detiene jalándolo del brazo. 

—¿Te sientes bien?

—No tienes que preocuparme por mi. Si puedo con ser tackleado por tipos musculosos—lo ve de arriba a abajo—, créeme que puedo contigo. 

Shawn no puede esconder su cara de indignación al escuchar semejante insulto a sus músculos en crecimiento.

—¿Ah sí?—lo reta rodeando su cadera con un brazo. Ian se tensa al sentir una mano sobre sus montañas—. No estaba preocupado, solo soy cortes—con dos de sus dedos presiona justo en medio de sus nalgas, por sobre la ropa esperando sacarle aunque fuera una mueca de disgusto, pero ni se inmutó.

Claro que quería darle la madriza de su vida por hacer eso, el idiota se tomaba muy a la ligera el que su culo resentía cualquier tacto después de que lo atormentara la noche anterior. Aun así no dejaría su orgullo. Podría arrancarse a correr un maratón de dos días seguidos solo para demostrar que no era frágil. 

—Ian, si se te rompió solo lo tienes que decir, yo te lo arreglo.

Oh ¿como lo vas a arreglar?

—Te puedo sobar y darle un besito para que deje de doler—dice con burla soltándolo.

—Tener tu cara en mi trasero no esta en mis planes, pero gracias por la oferta—es lo ultimo que dice antes de bajar las escaleras. 

No creía poder acostumbrarse a la extraña sensación de aun tener a Shawn dentro. 

Estuvieron en la cocina buscando algo que llevarse en el camino cuando la puerta de entrada se escucha. 

¿No era demasiado temprano? Hacían casi cuatro horas de viaje y a penas eran las ocho ¿A que hora se levantaron para estar ahí tan temprano?

No tenían ningún problema con que hayan llegado a esa hora, pero no creían que los verían hasta la tarde, por eso los tomó un poco por sorpresa.

—Mamá, el agua de lluvia no debería tocar mi cabello, esta contaminada y lo seca—escuchan la voz chillona de la chica que al parecer estaba haciendo un berrinche. 

Lluvia. En sincronía giran hacia el ventanal de la cocina que da al patio, a penas si caían gotas del cielo, ni siquiera lo habían notado por lo apaciguada que estaba. 

—Es solo un poco de agua, Becky, no hagas tanto drama. 

—Te recuerdo la cantidad de dinero que gastas en tratamientos para cabello rubio natural. 

—Esa es agua moja pendejos, Bec ¿De verdad te mojaste?—pregunta su hermano llegando hasta donde están sus chicas. 

—Pendejo tu culo—lo ve mal.

Verde OcéanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora