Acción de Gracias fue terrible en Tennessee.
Shawn despertó en su antigua casa. Llevaban unos cuantos días ahí, pero Dakota los había llevado a ver un total de seis casas en ese tiempo. Shawn y Bec no se ponían de acuerdo con la elección, así que su madre les dijo que se fueran al carajo, de una forma poco amable y ella misma se encarga de encontrar el lugar perfecto.
Así que era Acción de Gracias y Shawn despertaba solo en casa, porque su madre bien podría estar haciendo banquetes o yendo a visitar viviendas y Bec fue a hacer galletas con forma de pavos con alguno de sus amigos.
Los días no eran tan diferentes al primero después del viaje. El lunes no había ido a la escuela, para el martes, su entrenador prácticamente lo obligó a ir a entrenar y el miércoles se presentó desde en la mañana para las clases. Ese día por obvias razones se suspendían todas las actividades estudiantiles.
Aunque estaba despierto, se quedó recostado en la cama. Estaba harto de no tener respuestas. Cada día que pasaba era más desesperante. Amy dijo que lo más probable era que Jack lo haya sacado del país y eso no lo tenia mucho más tranquilo.
Todos los días le dolía la cabeza, desde que despertaba, hasta que se quedaba dormido. Ahora resultaba que sufría de insomnio. No podía dormir por las noches porque lo único que pasaba era que su cerebro se ponía a trabajar. Su habitación era tan deprimente en esos momentos. Las cosas de Ian normalmente siempre estaban en su cama y aunque se había llevado más de diez prendas del chico a su casa, solo había usado dos cambios, porque no quería quitarles el aroma a las demás. El par de cochecitos le daban los buenos días todas las mañanas y aunque le gustaba verlos, admitiría que le dolía el corazón un poco.
Se levantó de la cama con pesadez y se asomó por la ventana. El cielo estaba nublado, como si el clima compartiera su melancolía. La casa estaba en silencio, y la soledad en la que se encontraba parecía abrumadora. Cerró los ojos y recostó la frente contra el vidrio frio.
Mientras estaba ahí, sumido en sus pensamientos, el sonido distante de la campana de una iglesia llegó a sus oídos. Era un sonido suave y agradable.
Irónico, era día de Acción de Gracias y él lo único que tenia, eran reclamos.
En momentos de calma como esos, era imposible no ponerse a pensar en Ian. Extrañaba robarle besos o simplemente verlo.
Como odiaba a Jack y en momentos se odiaba por haberse enamorado a tal magnitud.
Junto con los recuerdos felices también siempre estaba la preocupación y las preguntas sin respuesta. Se preguntó dónde estaría Ian en ese momento, si estaba a salvo, si estaba pensando en él de la misma manera. La incertidumbre seguía atormentándolo, como una sombra que no podía deshacerse. Los suspiros ya eran habituales.
Después de unos minutos, las campanas finalmente dejaron de sonar, dejando un eco suave en el aire. Shawn abrió los ojos y miró hacia el cielo nublado.
ESTÁS LEYENDO
Verde Océano
Ficção AdolescenteIan y Shawn, dos jóvenes de dieciocho años cuyas vidas siempre han estado llenas de rivalidades. Estos chicos parecen expertos en encontrarse problemas, incluso por las cosas más insignificantes, como el último sándwich de pavo en la cafetería. Shaw...