Verde Océano

t r e i n t a y dos

El viaje duró unas extensas cuatro horas y como si no hubiera sido suficiente, al llegar al destino los mantuvieron arriba del autobús por unos minutos, con las ventanas cerradas, mientras les contaban que ese era un lugar al que generaciones pasadas iban, pero como lo restauraron y ahora era más caro, habían cambiado el lugar de visita. Esta ocasión hicieron la excepción ya que los becados en el colegio habían disminuido, lo cual le pareció jodidamente estúpido a Ian, pero no dijo nada. 

El lugar es inmenso. Un hotel de lujo ubicado dentro del bosque, la explanada tenia una extensión sorprendente, un llano gigantesco, que tiene a Ian pensando en que la deforestación es un problema por personas con dinero que hacen lugares como ese. La construcción era linda, un hotel blanco con toques rústicos, pero sin perder esa imagen de glamur que buscan dar. Detalles en madera, tanto en el exterior como el interior, al estar a inicios de noviembre y en un lugar tan alto, el clima era frio y las chimeneas en el interior estaban encendidas, dando un aroma a ahumado, nada abrumador, era ligero y estaba acompañado por un delicioso aroma a jengibre y canela. Por el interior se extendías varias estancias, había distintas salitas, algunas que solo eran unos puf, esas estaban algo escondidas, para que no contaminara demasiado la vista en el recibidor. Cuenta con amenidades como un jacuzzi en el centro del hotel situado en el precioso jardín interior. Tambien hay una alberca de varios metros de largo y profundidad, pero por el clima, estaba cerrada. 

Contaban con distintas habitaciones, había para cuatro, tres y dos personas, pero había unas en las que solo había camas individuales y otras que tenían camas que deberían compartir. Su entrenador pensó en él mismo y escogió las habitaciones más alejadas, para que los maestro no lo molestaran demasiado. Claro, él tenia una habitación para él solo, mientras tanto los chicos deberían arreglárselas en el área que estaba hecha para parejas y familias, con camas enormes en las que para poder entrar más de dos personas por habitación algunos debían compartir cama. 

—Pero entrenador Jones—se quejó uno de los chicos del equipo cuando les dieron la noticia de como debían distribuirse. 

—De este lado del condominio no habrá tantos maestros, yo les estoy haciendo un favor. 

—¿Obligarnos compartir cama es hacernos un favor? ¿Sabe lo fuertes que son las piernas de los jugadores de fútbol? ¿Como cree que podrían resentir nuestras piernas una patada proporcionada por alguno de ellos?

—Lo que tienes pensado hacer en el interior de las habitaciones, déjalo para ti, Evans, a mi no me interesa como planeas matar el tiempo—el chico se puso rojo cuando todos comenzaron a reírse.

Shawn y Jasper no se quejaban, ellos habían dormido en la misma cama una infinidad de veces, así que no les importaría tener que compartir. Ian, Ethan y Mark estaban en las mismas, mientras ellos pudieran elegir a sus compañeros, no tendrían problema con compartir cama, incluso han dormido en una misma cama que resulta pequeña para los tres. 

—Bien, les comento que todas las habitaciones son diferentes, las camas son grandes, pero no contaremos más de dos personas por cama ¿Okay? No quiero peleas, yo estaré en la primer habitación y escucharé si hacen algo y créanme que no quieren ser victimas de mis represalias—saca un bonche de tarjetas que tienen la función de llaves—. La habitaciones para cuatro, hay unas que tienen dos camas para compartir y otras que tienen una cama para compartir y dos individuales—. Las que son para tres—continuó explicando como funcionaban cada una y al final dijo que seria a la suerte. Formaron grupos de distintos tamaños y después él les entregó una tarjeta que cumplieran con la cantidad de integrantes de dicho grupo.