Ian y Shawn, dos jóvenes de dieciocho años cuyas vidas siempre han estado llenas de rivalidades. Estos chicos parecen expertos en encontrarse problemas, incluso por las cosas más insignificantes, como el último sándwich de pavo en la cafetería.
Shaw...
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Era jueves por la tarde. Ultimo partido de fútbol antes del viaje de invierno. Lo que significa que si quieren ir felices, tiene que ganar. Habían estado viendo las jugadas un rato después de clases, no entrenaron para guardar energía y evitar algún accidente que pudiera mover todo. Shawn terminó estresado y con unas inmensas ganas de vomitar, de puro coraje porque Foster le toca las pelotas de una manera que ni él mismo es capaz de comprender.
Necesitaba su mente en el juego, era esencial juntar puntos antes de la pausa de invierno, pero Foster había logrado hacer un cambio de jugada. Entrarían por sin ningún lado, la jugada estaba para la mierda y Shawn lo había dicho, puntualizo cada una de las cosas que estaban mal, pero no logró que la cambiaran. Debía concentrarse para saber que hacer en la primera oportunidad.
Otra cosa, ese alguien que ya no importaba donde estuviera, con quien, a que hora, ningún factor era relevante, porque Ian siempre aparecía en su mente. Su jodida mente ¡Que debía mantener al ruedo!
Pero ahí estaba, en vez de equiparse, veía a Ian, quien estaba parado frente a él, hablando con Ethan sobre algo que no podía escuchar, no porque sus oídos no fueran capaces, sino porque su cerebro no lo procesaba por estar concentrado en que la piel pálida de Ian ese día brillaba, todo él lo hacia.
Movía sus manos sobre las medias, haciéndole creer a sus cerebro que estaba haciendo algo, cuando no era así, pero no perdía el tiempo, era la mejor inversión, porque carajo, ver a Ian era como recobrar energías, como hacerse creer que no estarían perdidos ese día y que en algún momento le permitirían sacar el As que lleva bajo la manga.
—Ian—llamó Jasper, sentado junto a Shawn, logrando captar su atención—. Que culo se te ve con las licras—alaga y el rubio sonríe con algo de burla y con una risilla choca los cinco con su amigo.
—Por ahí derrapo yo.
El comentario hace a Jasper reír más y que Shawn reciba un golpe con una media en la cara, patrocinado por Ian. Así que se pone serio antes de reclamar.
—Jasper, te prohíbo que hables del culo de Ian.
Ignorando las quejas de Jasper sobre "¿De que culo puede hablar?", camina hasta el pelinegro con una sonrisa coqueta, sonrisa que espanta a Ethan y Mark que se alejan de ellos para ir a donde el pelirrojo, solo a unos pasos de distancia.
—No—dice Ian con una diminuta sonrisa, haciéndolo hacia atrás. Lo ponía de los nervios. Era inexplicable como se aceleraba su pulso solo con tenerlo a unos pasos.
Shawn es tan descarado, o creía que nadie lo veía nunca y luego hacia cosas sumamente comprometedoras. Aunque se supone que todos ahí en los vestidores estaban ocupados poniéndose el equipo, seguro que cualquiera podía darse cuenta si el rubio se le insinuaba.
Este se sentó en la banca que Ian tenia el pie, amarrándose el calzado y solo para molestarlo, cada que terminaba, se lo volvía a desamarrar, lo hizo unas tres veces, hasta que Ian lo vio con el seño fruncido, muestra del disgusto de estar haciendo las cosas una y otra vez, para después darle la espalda, cosa que no fue mejor, porque pronto sintió como le picaban entre los glúteos.
