Ian y Shawn, dos jóvenes de dieciocho años cuyas vidas siempre han estado llenas de rivalidades. Estos chicos parecen expertos en encontrarse problemas, incluso por las cosas más insignificantes, como el último sándwich de pavo en la cafetería.
Shaw...
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Su asno en mi cara
¿Sabes como abortar un bebé de dieciocho años?
¿Qué?
Ya no quiero hacer esto😭😭
Llorón.
A ver, HDTPM, no me vuelvas a decir llorón porque te juro que te piso un huevo👊
JSKFJJFSKJDFK
Y todavía te burlas
Eso es descortés
Tienes razón, lo siento, mi Rey
Para entrar en contexto. Estaban en el último día del campamento, un día que prometía culminar en una fiesta monumental. Los rumores sobre la existencia de un DJ habían llegado a los oídos de Mark, una señal inequívoca de que esa noche habría diversión. Sin embargo, justo en ese momento, las actividades del día estaban tomando un rumbo que estaba lejos de ser emocionante. Los grupos se habían dividido en salones más pequeños, y todos estaban siendo instados a expresar sus emociones. Una hora de discusión sobre cómo las amistades influyen en el desarrollo emocional, tenía a Shawn al borde de la exasperación.
Ni siquiera Ethan estaba ahí, que tal vez no era su persona favorita, pero en ese momento hubiera sido mejor que lo que tenia. En cambio, Katie sí estaba, su mirada transmitiendo una incomodidad palpable. Cada vez que sus ojos se cruzaban, Shawn tenía la sensación de que podría hacer estallar las burbujas de tensión en el aire. Sus indirectas no eran precisamente sutiles, rozando lo descarado, y había llegado al punto de insinuar una experiencia personal dolorosa relacionada con ser dejada por un hombre. Era una astuta maniobra para intentar socavarlo, y aunque por dentro Shawn estaba al borde de hervir, se mordió la lengua para no darle el gusto de una reacción.
El hecho de que Katie no tuviera idea de lo que realmente estaba ocurriendo entre Shawn e Ian solo añadía otro nivel de incomodidad. Pero ahí estaba, cumpliendo con su amenaza velada de sembrar la semilla de un supuesto romance entre ellos. La situación le resultaba tan surrealista como incómoda. Las palabras de Katie eran como pequeñas bombas que detonaban en su mente, alimentando la tormenta de emociones que había estado luchando por controlar.
Shawn se sentía atrapado en una maraña de situaciones incómodas, rodeado de gente que parecía ajena a su verdadero mundo interno. El contraste entre la próxima fiesta y la actual discusión sobre emociones y amistades era abismal. En medio de todo esto, la figura de Ian se mantenía presente en su mente, un recordatorio constante de lo que estaba en juego y la delicada línea que estaban recorriendo.
A pesar de la insistencia de Katie por hacerlo molestar, Shawn sabía que debía mantener la calma. No podía permitirse ser arrastrado por las provocaciones y las emociones que lo embargaban.
